El ingeniero textil Jorge Luis Vidal Trujillo llegó a la Clínica San Pablo el 11 de marzo con fiebre, dolor de cabeza y malestar general. El ingeniero recuerda que los primeros diagnósticos no lo vinculaban al virus. Pero al día siguiente se descompensó y con una nueva tomografía los médicos observaron anomalías en los pulmones.  El deterioro fue inmediato e ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos.

El ingeniero textil pasó cerca de dos días entubado en la clínica San Pablo, ubicada en el distrito de Santiago de Surco (Lima). Tras 85 días de recuperación, la nueva preocupación de Vidal es el pago de cerca de 32.000 soles durante diez meses hasta abril del 2021, pese a ser asegurado en el Seguro Social de Salud – EsSalud. Pero, cómo llegó él a esta situación.

La esposa de Vidal Trujillo, Elke Neumann Adrianzen, siguió el proceso de intervención  de Vidal desde su casa porque también tenía el virus.  Recuerda que la noche del 15 de marzo los médicos solicitaron el traslado del paciente con COVID-19 a uno de los establecimientos de EsSalud, pero la entidad respondió  que no tenían camas ni respiradores.  

 “Tuvimos que usar el seguro privado de mi esposo y pagar 144.000 soles. Pensamos que sería el gasto total, pero después nos llegó el recibo de 329.751.51 soles más. La verdad, con tantas cuentas, me pareció todo confuso. Esta última cifra debe ser asumida por EsSalud porque hay un decreto de intercambio prestacional”, manifestó a Wayka Neuman.

La esposa del ingeniero textil asegura además que envió una carta el 23 de abril para apelar a dicho Decreto legislativo N°1466. Para que de ese modo el monto de 329.751.51 soles de deuda total sea asumido por EsSalud, pero no ha tenido respuesta.   “Consulté el 19 de mayo pero ni siquiera lo han visto. Recién el 23 (de mayo) le dan trámite. Estamos muy preocupados porque la primera cuota es de 32.975.10”, agregó.

Vidal fue dado de alta el 3 de junio a las 7:00 de la noche, pero una hora antes tuvieron que firmar un “contrato de reconocimiento de deuda y compromiso de pago” que distribuye el monto de pago total en diez cuotas hasta abril del 2021.  Neumann escuchó que otros cinco pacientes tuvieron que hacer lo mismo.

Además,  la Clínica San Pablo también envió a la familia la carta N° 028-GG/DM-CSP2020,  donde indica que “la familia del paciente refiere no tener los recursos económicos para suplir los gastos de una entidad privada de salud como la nuestra,  por lo cual  le solicitamos acogernos al Reembolso  Extrainstitucional  por la Prestación Asistencial de Servicios Médicos  brindados  al paciente, por ser lo que corresponde de acuerdo al marco legal del litera a), del artículo 11 de la Ley 27604, aprobado por el decreto supremo  N° 016 – 2002 SA – Directiva N° 0014-GG-EsSalud”

Wayka consultó a EsSalud sobre los asegurados con COVID-19 que mantienen deudas con las clínicas. También preguntó por los que fueron atendidos antes del decreto supremo de intercambio prestacional. La entidad prestadora de salud respondió que estas disposiciones deberán ser anunciadas por el Ministerio de Salud por ser un “ente rector”.

Otra paciente afectada

Las denuncias de cifras exorbitantes no solo aplican a pacientes con el virus COVID-19. La pandemia también perjudica a pacientes con otras dolencias como el caso de la madre de Jinre Guevara Díaz con septicemia.

Guevara Díaz denunció públicamente que necesitó atención para su madre y acudieron  a los hospitales públicos, pero estaban colapsados. “Entonces, con esfuerzo llevamos a mamá a las varias clínicas, pero ocurrió lo mismo”.

Para internar a la señora en la Clínica Centenario, Maison de Santé Chorrillos y Maison de Santé Surco , se pedían sumas de hasta  45.000 soles. “Mi madre estaba grave (septicemia) llamé a «SUSALUD» para denunciar y no contestaban el teléfono; el doctor de turno increíblemente mintió diciendo que mi madre estaba estable y que debíamos irnos”, cuenta.

Otra historia similar le pasó a la familia Guevara cuando fueron a la Clínica Jesús del Norte, colapsada también. Se les pidió 37.500 soles “solo por  ingresarla”. Las cifras para atención llegan hasta los 50 .000 soles, asegura Jinre Guevara.  “Mi madre sigue mal, batallando y está siendo atendida desde hace días en casa rodeada del amor de sus hijos, nietos, de toda su familia… y por suerte, por dos médicos venezolanos generosos que llegan a casa y no entienden todavía por qué en el Perú aguantamos este sistema tan inhumano; algo que nunca vieron”, agrega.