Según un informe de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), entre el 22 de enero y el 29 de abril de este año, la agencia arrestó a 41,318 inmigrantes indocumentados. Un aumento del 37,6% respecto a los 30,028 del mismo período en 2016. También deportó a 56,315, un descenso del 12% debido a demoras en los tribunales.
Thomas Homan, director interino de ICE, declaró que es imposible hacer proyecciones de arrestos a futuro porque hay demasiados factores “variables”, como el número de cruces ilegales en la frontera, y la cooperación de las autoridades locales. Sin embargo, aseguró que todos los inmigrantes arrestados tendrán derecho al debido proceso pero, una vez que agoten sus recursos y apelaciones, reciben una orden de deportación final de un juez de Inmigración para que luego la ICE prosiga a su expulsión del país.
Cerca del 75% de los arrestados en 2017 tenía condenas criminales, acusados de homicidio, abuso sexual, secuestro y cargos relacionados con drogas, entre otros. Sin embargo, la cifra de arrestos en los primeros 100 días de la Administración Trump incluye a 10,845 inmigrantes “no criminales”, un incremento del 156% en comparación con 4,242 del mismo período en 2016, el último año de la presidencia de Barack Obama.
ICE aún no ha precisado las nacionalidades de los arrestados, pero Homan señaló que, en general, las autoridades han registrado un descenso en el arresto de inmigrantes mexicanos, y un aumento de los de Centroamérica, continuando la tendencia de los últimos años.