El Estado la obligó a vivir al margen durante 42 años al no reconocerla como mujer en su Documento Nacional de Identidad (DNI). Tras cuatro años de espera y varios miles de soles gastados, un juez ordenó el cambio de sexo a femenino en su partida de nacimiento. No tuvo que realizarse una cirugía de reasignación genital. «No deseo que mis compañeras pasen por lo que yo he pasado. Por eso necesitamos urgente una Ley de Identidad de Género», exige ahora.

Por Nicol León

En mayo de 2020, Dania Calderón, mujer trans de 42 años, ganó el juicio que inició contra el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) para que el sexo de su Documento Nacional de Identidad (DNI) figure como femenino, un cambio que deseó durante mucho tiempo, pero que decidió no celebrar en ese momento.

Han transcurrido casi cuatro años desde que inició la batalla legal para que el Estado reconozca su derecho a la identidad. Es martes 14 de setiembre de 2021. Dania acude a la sede de Santa Anita de Reniec con sus compañeras de la colectiva trans Féminas. En la puerta, aún desconfía de que vayan a entregarle un DNI con sus verdaderos datos. Pide a sus amigas que no festejen hasta que salga del local con su documento.

«Entré, di mi ticket. Mi DNI sí estaba. Vi que decía femenino y soltera. Era mi sueño», cuenta ahora.

En ese momento, Dania bailó y cantó. Aquel cambio representaba algo mucho más potente que el simple acto de borrar el sexo y nombre masculino en su DNI. Y, pese a esto, la alegría no fue plena.

«Me siento un poco frustrada por las trabas que hemos tenido por parte del Reniec, acerca de la rectificación de mi partida y luego de mi DNI. Es importante resaltar también que no deseo que mis compañeras pasen por lo que yo he pasado. Ha sido un proceso muy tedioso. Necesitamos urgente una Ley de Identidad de Género para que mis compañeras no tengan que pasar por lo que yo pasé», exige.

Foto: Colectivo Féminas.

Esta ley permitiría que las identidades trans sean reconocidas como tales por el Estado. Es decir, que una mujer trans, como Dania, podría emitir su DNI con el sexo y el nombre con el que se identifica. Así, estas ciudadanas dejarían de vivir al margen de la sociedad; tendrían más oportunidades laborales y dejarían de sufrir violencia transfóbica, que se comete con insultos, acoso y hasta asesinatos (el 62,7% de esta población respondió que sufrió algún tipo de violencia y/o discriminación, según la Primera Encuesta Virtual LGTBIQ).

Con su nuevo DNI, Dania, a sus 42 años, recién empezará a gozar de derechos que debió tener desde los 18.

– Qué es lo primero que harás ahora que tienes el DNI con tu sexo y nombre verdaderos?

– Voy a hacer cambios significativos. Primero, está el tema de mi desarrollo personal. O sea, el ámbito laboral. Ya no solamente depender de una institución, sino abrirme a otras para tener otros ingresos. Antes solamente me limitaba a un trabajo porque era aceptaba en esa institución. Ahora puedo acceder a otros espacios, donde antes no podía. Como por ejemplo, EsSalud. Yo soy enfermera. Siempre hay convocatorias para profesionales de salud. Si bien es cierto, pasaba los filtros, pero cuando llegaba el tema del DNI, se daban cuenta de que era una mujer trans. (…) Entonces, ahí, me daban cualquier excusa para no darme el puesto de trabajo.

NO LE EXIGIERON REASIGNACION GENITAL

Es la primera vez que en el Perú un juez falla a favor de que se cambie el sexo a femenino en el DNI de una mujer trans, sin que esta se haya sometido a una cirugía de reasignación genital.

Para el juez, bastó con los testimonios de los médicos que atienden a Dania para certificar que ella se identifica con el sexo femenino. Durante el juicio, el magistrado entrevistó a la médica endocrinóloga que le brinda tratamiento hormonal y al cirujano que operó sus senos y caderas.

«En nuestro caso, queremos armonizar con nuestro género. Esto con lo que hemos nacido no es el ideal. Queremos armonizar en el tiempo que transicionamos para que nuestro cerebro sea congruente con nuestra identidad. Si mi cerebro piensa, actúa, razona de una manera femenina; entonces, mi cuerpo tiene que estar acorde y es como yo me siento. Así, me siento completa, me siento feliz», explicó.

El juicio implicó que Dania gaste más de 10 mil soles y lidié con la tristeza y el agotamiento por los argumentos que presentó la procuradora de Reniec para evitar que le reconozcan el derecho a la identidad.

Joha Sotelo, su abogada, contó que la defensa legal de Reniec argumentó que Dania no podía cambiar el sexo de su DNI porque sino se estaría difundiendo información falsa.

«En este caso, el juez al respecto de este argumento de Reniec, le dice que los terceros tienen la opción de ir a Reniec y acceder a este dato. Entonces, dónde está el perjuicio?», agregó.

Dania ganó el juicio. Pero aún faltaba que transite el camino más accidentado del proceso para lograr el cambio de sus datos en su DNI.

Foto: Colectivo Féminas

BATALLA LEGAL

En diciembre de 2020, siete meses después de que Dania ganó la sentencia a Reniec, el juez notificó su decisión a la procuradora de Reniec, quien tenía 5 días para apelar la decisión.

«Era el 2 de enero, el último día hábil para que ellos puedan apelar. El 2 de enero, con mi abogada y mi otro abogado, hemos estado hasta las 12 de la noche, contando los segundos como si fuera noche buena, porque Reniec podía ingresar un documento y apelar la sentencia. Era 11:59, 12:00, 12:01. Yeee. No apelaron. Ya no podía hacer nada Reniec», contó.

Sus amigas y abogados le pidieron que divulgue este acto histórico, pero Dania prefirió mantenerse en silencio. Quiso parar desapercibida para evitar que Reniec utilice recursos legales que impidan el fallo a su favor. Pero no fue así.

A los pocos días, la procuradora de Reniec informó al juez que no le habían notificado correctamente la sentencia, por lo que pidió que todo el proceso se anule. Dania visitó al juez, quien le explicó que iba a verificar si realmente se había confundido. Si lo que señalaba Reniec era cierto, el fallo a su favor se anularía.

«Eso fue un golpe. Tantos años de lucha, para que te ahogues en la orilla. Era una montaña rusa de emociones. Subes y bajas. No se lo deseo a nadie», comenta.

El juez rechazó el pedido de la procuradora de Reniec tras verificar que sí había sido notificada de manera correcta. La entidad estatal apeló nuevamente, por lo que el juez les pidió que actúen de buena fe y les impuso una multa.

El próximo movimiento de Reniec fue despedir a la procuradora, contratar uno nuevo y hacer que este solicite que le notifiquen la sentencia a su casilla electrónica. Así, según Dania y sus asesores, habría pretendido anular la sentencia. Pero una vez más el juez rechazó la solicitud.

«Es ahí donde Reniec se ve perdido. Ya no tenía de dónde agarrarse con lo último que le respondió. (El juez) dijo que ya no iba a reenviar la sentencia. Eso fue lo último y ellos tuvieron que acatar. Después de 20 días hábiles cambiaron la partida y con la partida me fui a Santa Anita a sacar mi DNI», narró.

DEJAR DE VIVIR AL MARGEN

En el Perú, si una persona trans quiere un DNI que detalle el nombre y sexo con el que se identifica, debe demandar al Estado.

«No es justo a mis 42 años recién se me reconozca mi ciudadanía. Cuando yo he sido niña, he sido adolescente y no he podido gozar de mi identidad como yo hubiese querido. Eso es algo terrible, que no puede pasar. No podemos hablar sobre un primer caso ganado a mis 42 años. ¿Quién me devuelve todos los años que no he tenido derechos para ejercer ciudadanía? Eso no se lo deseo a ninguna compañera», afirma.

Dania no quiere que sus compañeras vivan la incertidumbre que ella ha pasado. Es consciente de que la sentencia a su favor fue un hecho fortuito y sabe que si el Estado sigue sin reconocerlas como ciudadanas, ellas no podrán acceder a trabajo, educación, salud, entre otros derechos básicos. Sabe también que su lucha es la de muchas. Aún hay mucho por batallar.

Foto: Agencia Presentes.