Adolescente de 16 años falleció por un impacto de bala en la cabeza cuando se trasladaba a ayudar a su madre en el centro de Juliaca. Fue registrado como NN por la Diresa. Sus padres exigen justicia por la muerte y asesinato de su hijo.
Por Jair Sarmiento
Elmer entra al área rival, se lleva al defensa, supera al arquero, y hace un golazo. Da un brinco, alza los brazos y luego los extiende. Festeja como uno de los mejores futbolistas del mundo, Cristiano Ronaldo. Así se le ve en uno de los videos que compartió uno de sus compañeros. Elmer Zolano Leonardo Huanca pudo ser un crack del fútbol peruano, pero una bala lo mató durante de las protestas en Puno que exigen la renuncia de Dina Boluarte, el adelanto de elecciones y cierre del Congreso.
Tenía 16 años y estudiaba en el quinto grado de secundaria del I.E. Colibrí, un programa social de la Policía Nacional del Perú (PNP) que acoge a niños y adolescentes que trabajan en las calles con el fin de incorporarlos en un ambiente educativo. Cumpliría 17 en abril sino fuera por un disparo que lo asesinó en el centro de Juliaca.
El 9 de enero de 2023, Elmer estaba junto a Ruth, su amiga y compañera de escuela. Ambos no participaban de las manifestaciones en Juliaca, pero Elmer le dijo que iba a buscar a su madre para ayudarla con la carreta donde vendía salteñas (empanadas).
En ese momento, cuando cruzaba las calles, una bala le impactó en la cabeza.
“Ayer yo lo ví, estaba a mi lado”, dice Ruth, con lágrimas en los ojos, y sosteniendo una de las copas y medallas que había ganado Elmer.
La madre de Elmer llevó sus condecoraciones al velorio en las afueras el hospital, quien pide justicia para su hijo. En tanto, su padre, Germán Leonardo, sostenía una caja negra de cartón en donde se lee “Hermanos juliaqueños, apóyenme con una colaboración”. Su imagen se viralizó en redes sociales y una funeraria le donó un ataúd para la sepultura de su primogénito.
Elmer había sido clasificado como NN por la Dirección Regional de Puno (Diresa-Puno), pero ayer el Hospital Carlos Monge Medrano aclaró a Wayka que se trataba del adolescente futbolista.
Según ciudadanos que lo vieron, estaba junto a un compañero suyo, quien también fue asesinado, pero que fue clasificado como NN, pero al cual lo nombran como Kevin. “Falleció junto a su amigo”, comentan.
SUEÑOS DEPORTIVOS
Elmer jugaba en la Escuela Deportiva de Fútbol Alianza Juliaca con la que había ganado medallas y copas en los campeonatos de la provincia de San Román y en la región de Puno.
El profesor Vidal lo recuerda en sus redes sociales como un campeón. “Fuiste un gran deportista y un buen amigo para todos tus compañeros”, manifestó.
Uno de sus colegas de balón, Quenth, dice que Elmer jugaba como delantero centro. “Tenía esas ganas de querer hacer gol, y aunque fallara, siempre sonreía, tenía esa actitud que a muchos de nosotros nos gustaba, la entrega que ponía”, dice.
“El astro Neymar JR 10 era a quien admiraba”, dice su compañero de academia de fútbol, quien también lo recuerda como un gran amigo y hermano.
VÍCTIMAS POR IDENTIFICAR
Cabe precisar que hasta el cierre de la nota, la Diresa-Puno y la Defensoría del Pueblo aún no actualizaban la información respecto a los fallecidos y heridos.
Este miércoles 11 de enero, los familiares y amigos de Elmer aún permanecían en el patio del Hospital Carlos Monge Medrano, junto a su féretro. Otras familias también pernoctaron en el lugar y realizaron un velorio colectivo.
Luego de ello, el ataúd de Elmer y otras víctimas recorrieron las calles hasta llegar a la plaza de Juliaca. De esta forma, se despidió a los «mártires y héroes de Juliaca», como exclamaron miles de juliaqueños.
Actualmente los familiares están a la espera de los resultados de la necropsia que se encuentran realizando fiscales y forenses.
Hasta el momento Juliaca tiene 17 fallecidos y decenas de heridos producto de la violencia militar y policial. Desde 1965, no se vivía un episodio de violencia estatal, cuando el pueblo juliaqueño se levantó contra autoridades de nivel central, exigiendo derechos fundamentales como agua, desagüe y otros. O como en el 2011 cuando se protestó por la contaminación del río Ramis y se intentó tomar el aeropuerto Internacional Inca Manco Cápac, en donde se registraron 5 muertos y más de 20 heridos.