
La represión policial cada vez se pone más violenta. Las imágenes de ayer: iniciando con el cierre de Plaza San Martín nos pone en una situación difícil. Decenas de maestros heridos y ahora un muerto por contusiones cerebrales producto de la violencia de los policías.

Al contrario de la opinión pública, los maestros sí quieren ser evaluados. La comunicación entre el gobierno y los profesores tiene que darse. De lo contrario, todo se pondrá peor.

En medio de la represión policial, un maestro, entre lágrimas, le pregunta por qué lo hacen si estaban almorzando y descansando. ‘Cálmate’, le responden mientras lo empujan y siguen disparando bombas lacrimógenas.

Las pancartas y las arengas son las armas de los maestros. Casi 3 meses en huelga y no parece encontrar solución.

El maestro agredido les habló a los policías con una calma increíble. No los insultó, les aseguró que respeta su trabajo, que solo cumplen órdenes. Él sabe que ellos no son el enemigo.

Una maestra cubriéndose tras ser afectada por los gases lacrimógenos.


Gran cantidad de efectivos policiales no llevan la identificación en su uniforme. Si se sobrepasan en su autoridad y te hacen daño, ¿cómo los denuncias?

En medio de la represión, una pareja no se separa y aguanta el efecto de los gases lacrimógenos, los empujones y las lisuras.



La lucha es también por la educación gratuita, si la privatizan, ¿quién nos salvará?