Wayka revisó informes que describen las erróneas acciones que se tomaron desde el Ministerio de Salud durante el régimen de Alberto Fujimori y consultó con especialistas con más de 20 años de experiencia,  sobre el origen de la epidemia de la temida TB-MDR.

Por Alvaro Meneses

Después de supervisar 72 centros de salud en todo el país, la Defensoría del Pueblo detectó falta de personal y de reactivos en los laboratorios para la detección de la tuberculosis, según reporte fechado el 19 de febrero.

De acuerdo con los resultados, se detectó que en el 57% de los establecimientos no cuenta con la cantidad de trabajadores necesarios, en el 33% no existían ambientes diseñados para los pacientes, el 22% carecía de reactivos en los laboratorios y en el 11% de los locales se comprobó desabastecimiento de los fármacos para tratar la TBC, una enfermedad frecuente en sectores de bajos ingresos.

Los hallazgos de la Defensoría del Pueblo son relevantes si se compara la situación de la tuberculosis en el Perú frente al resto de naciones de América: nuestro país se ubica segundo en la tasa más alta de TBC sensible y en primer lugar en el índice de las formas más letales de la enfermedad: TBC multirresistente (TB-MDR) y TBC extremadamente resistente (TB-XDR).

¿Cómo llegó el Perú a ubicarse entre los 30 países del mundo con más casos de TB-MDR?  Wayka revisó informes que describen las acciones que se tomaron desde el Ministerio de Salud en los años 90 y consultó con especialistas dedicados por más de 20 años a estudiar y combatir la tuberculosis, y determinó que la primera epidemia de TB-MDR se desató durante el periodo de Alberto Fujimori.

Paciente de tuberculosis recibiendo su tratamiento en 1996/Foto: Archivo del Ministerio de Salud.

Hasta antes del régimen fujimorista, la tuberculosis no era una epidemia.

En efecto, en 1985 se detectaron apenas 60 personas con TB-MDR y 59 en 1990, según datos del estudio “Resistencia inicial del M. tuberculosis a las drogas antituberculosis”, de los médicos especialistas en TBC y enfermedades infecciosas Luis Asencios, Hernán Sanabria, Susana Díaz y Neyda Quispe.

Los primeros casos de tuberculosis resistente (TB-MDR) aparecieron porque los pacientes de TB sensible recibían tratamientos autoadministrados; es decir, se les entregaba el paquete de pastillas sin supervisión ni control.

‘Resistencia inicial del M. tuberculosis a las drogas antituberculosis’ fue elaborado por los médicos especialistas en TBC y enfermedades infecciosas Luis Asencios, Hernán Sanabria, Susana Díaz y Neyda Quispe.

Coincidentemente, el índice de tratamientos abandonados e interrumpidos en TB sensible llegó hasta el 41% en 1980 y 34% en 1981.

“Es posible que en dicho periodo aparecieran los primeros casos de TB-MDR, en forma de recaídas, abandonos recuperados y fracasos al tratamiento”, explicó el neumólogo del Hospital Dos de Mayo, Oswaldo Jave, exdirector de la Estrategia Sanitaria Nacional de Prevención y Control de Tuberculosis. Jave ha cumplido 26 años investigando los inicios de la enfermedad en el país.

Sin embargo, la situación de la tuberculosis en el país comenzó a tornarse grave cuando el PNCT -actualmente llamada Dirección de Prevención y Control de Tuberculosis- fue asumida por Pedro Guillermo Suárez, quien se mantuvo en el cargo durante toda la década del régimen fujimorista.

De saco gris, Guillermo Suárez, director del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis de 1990 al 2000.

El costo de los errores

En 1991, el PNCT cometió los primeros errores: habilitó en todo el país un modelo de terapia denominado “Esquema Único”. Para Oswaldo Jave, el tratamiento era eficaz solo para pacientes de TB sensible, y era contraproducente aplicarlo sin diagnóstico previo.

“En esa época no detectábamos tuberculosis resistente, entonces cuando a los pacientes de TB-MDR les dabas ese esquema, resultaba insuficiente y produjeron fracasos, recaídas y muertes”, precisó el médico Jave a Wayka.

Oswaldo Jave, médico neumólogo del Hospital Dos de Mayo y exdirector de la Estrategia Sanitaria Nacional de Prevención y Control de Tuberculosis/Foto: Minsa.

En 1994, el estudio “Resistencia primaria del Mycobacterium tuberculosis a los medicamentos antituberculosis en el Perú” reveló la ineficacia de dos medicamentos del ‘Esquema Único’ en los últimos dos años: el 0,8% no obtuvo mejoras con la rifampicina ni el 5,5% con la isoniacida.

En 1996, el PNCT emitió la resolución N°006-96-PCT que dispuso tratar a los pacientes que fallaban con el ‘Esquema Único’ con un nuevo tratamiento: el “Esquema 2”, que solo consistía en las 4 mismas drogas del Esquema Único, complementada con la estreptomicina.

Primera evaluación del PNCT sobre el Esquema Único y Esquema Dos publicada en 1996.

La medida que tomó el exdirector de Prevención y Control de Tuberculosis, Pedro Guillermo Suárez, no hizo más que agravar la situación.

“Como empezaba a fracasar el ‘Esquema Único’, porque ya había resistencia, lo que hicieron fue agregarle a ese mismo esquema una quinta droga, y lo llamaron ‘Esquema 2’. Era un engañamuchachos”, cuestionó el neumólogo Hernán del Castillo, quien atendió a pacientes de tuberculosis en el Hospital del Niño de Breña por más de 20 años.  

Hernán del Castillo, médico neumólogo que atendió a niños con tuberculosis en el Instituto Nacional de Salud de Breña por 28 años.

El especialista  Jave tuvo acceso en 1996 acceso a un informe que reportó que el 30% de pacientes tratados con el “Esquema 2” ya habían fracasado, pero el PNCT anuló el documento y elaboró otro que informó sobre únicamente 4,5% de fracasos, cifra que fue cuestionada por expertos en TBC de la Sociedad Peruana de Neumología (SPN).

En paralelo, reportes de la Dirección de Salud de Lima y estudios efectuados por el neumólogo Juan Carlos Saravia -actual director del cuerpo médico de la Red de Salud Túpac Amaru- en hospitales de Comas, Independencia y Carabayllo, mostraron que los fracasos aumentaron hasta un 70% y las muertes en un 10%. Por su parte, el Instituto Nacional de Salud reportó los primeros casos de pacientes inmunes a los 5 fármacos del “Esquema 2”.

Parte del informe «La tuberculosis resistente en el Perú», publicado por ForoSalud y el Consorcio de Investigación Económica y Social.

En septiembre de ese año, la resolución N°017 -96-PCT aprobada por Suárez virtualmente dejó el camino libre a la epidemia: se prohibieron las pruebas para detectar la TBC hasta el año 2000. Una decisión inaudita en un país que ya tenía el escenario listo para contagiarse en masa hasta volverse una enfermedad social.

“Los pacientes tenían que ver de forma clandestina de hacerse las pruebas”, recuerda Jave. Y es que por esos años, según los neumólogos activos de dicha periodo consultados, la única forma que tenía una persona para saber si estaba contagio de TBC, era por intermedio de la ONG Socios en Salud, que enviaba las pruebas de esputo a un laboratorio de la ciudad de Boston, en Estados Unidos.

La prohibición de pruebas aprobada por Pedro Guillermo Suárez se apoyaba en la opinión de la OMS. El entonces director mundial del Programa de TBC de la OMS, Aratha Koshi, decía que las pruebas para detectar TBC eran tardías, costosas y poco confiables.


Parte del informe «La tuberculosis resistente en el Perú», publicado por ForoSalud y el Consorcio de Investigación Económica y Social

Sin embargo, en 1997, el mismo Arata Kochi admitió que fue una negligencia no haber recomendado los exámenes de TBC.

Frente a esto, recién en 2001, tras la caída del régimen fujimorista y la salida de Suárez del PNCT, se levantó la prohibición a las pruebas manteniendo algunas restricciones, como la autorización escrita de un neumólogo. Solo ese año se reportaron 33 mil 88 pacientes de tuberculosis.

Fue en 2005 donde se levantaron todas las restricciones para que cualquier ciudadano acceda a la prueba. Ese mismo año los exámenes de sensibilidad aumentaron en un 44% y hasta en más de 500% en 2011, y se llegaron a diagnosticar un total de 35 mil 541 casos de TBC en sus diferentes tipos.

Negligencia mortal

Increíblemente, pese a la evidencia médica que mostraba la llegada inminente de una epidemia a escala nacional, el director del PNCT, Pedro Guillermo Suárez, sostenía que la tuberculosis estaba siendo controlada con resultados positivos.

Así lo demuestran los informes anuales que elaboró en esos años el Programa Nacional de Control de la Tuberculosis que dirigía Suárez, quien estuvo en el puesto desde el inicio hasta el final del régimen fujimorista.

“El Control de la Tuberculosis en el Perú ha mostrado importantes avances, los mayores históricamente observados en el país en este campo, y que ha merecido un explícito reconocimiento a nivel mundial”, sostuvo Suárez en el informe anual del PNCT de 1996.

Informe escrito por Guillermo Suárez publicado en el reporte anual del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis de 1996.

Efectivamente, para la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, el trabajo realizado por Suárez era un “modelo” a seguir. Es más, en abril de 1997, la Association for World Health y la OPS premiaron al Ministerio de Salud.

En la ceremonia de esa premiación, el director adjunto de la OPS, Brandling Bennet, declaró: “Consideramos que el premio otorgado, significa un justo reconocimiento al esfuerzo realizado y a los avances logrados en el Control de la Tuberculosis en el Perú, por lo cual hacemos llegar nuestras felicitaciones a todos los trabajadores de la salud”.

Sin embargo, en el 2000, los mismos funcionarios del PNCT reconocieron que el “Esquema Dos” generó fracasos y muertes en pacientes de TBC y se prohibió hasta la fecha. En enero de 2002, según documenta el estudio ‘La tuberculosis en la historia de la salud pública peruana: 1821-2011’, las nuevas autoridades del PNCT reconocieron la existencia de una epidemia de TB-MDR en el país.

Wayka intentó contactarse con Guillermo Suárez, quien actualmente vive en Estados Unidos y es consultor en la fundación dedicada a la salud pública, Managment Sciences for Health, pero hasta el cierre de este reportaje no hemos obtenido respuesta sobre las decisiones y acciones de su gestión.