Hasta el momento, el Ministerio de Salud ha confirmado 145 casos de coronavirus COVID-19 en el país.

Por Álvaro Meneses

A tres días de la Emergencia Nacional declarada por el gobierno que obliga a todo el país al aislamiento social por 15 días, Wayka analiza las poblaciones más golpeadas a las dos semanas en donde no podrán salir de casa. Trabajadores informales sin seguros médicos y personas en pobreza extrema sin acceso a agua potable son las más expuestas al azote del coronavirus COVID-19 en Perú.

El pasado domingo 15 de marzo, en un mensaje a la Nación que anunciaba el Estado de Emergencia en todo el país para contrarrestar la propagación del coronavirus COVID-19, el presidente Martín Vizcarra también mencionó la asignación de un bono de 380 soles para 3 millones de familias vulnerables, para que estas puedan solventarse durante los 15 días de aislamiento social.

Frente al 21.7% de peruanos que vive en situación de pobreza, y el 3.8% en extrema pobreza, según registros del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) de 2007 al 2018, el gobierno precisó que la distribución del bono se realizará en base a los datos de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y en coordinación con los ministerios de Desarrollo e Inclusión Social, Economía y Finanzas y la asociación de bancos.

Foto: Andina.

Gente sin agua

Por no tener acceso a agua potable, casi a 750 mil personas, según indicaron fuentes de SEDAPAL, se les complica cumplir con una de las recomendaciones más básicas del Ministerio de Salud para prevenir el coronavirus COVID-19: lavarse las manos por lo menos durante 20 segundos.

Según registró el INEI hasta octubre de 2019, el 9,3% de peruanos no tiene acceso a agua por red pública, y solo se abastecen por camiones cisternas (1,2%), pozos (1,7%), ríos, acequias, manantiales (3,6%) y otras formas menos seguras y sanas (2,8). Y del 90,7% de gente con agua potable, el 4,2% tiene que salir de casa para conseguirla, mientras que el 1,1% cuenta con un pilón de agua de uso público.

En las zonas rurales del país, el 24,7% de personas no tiene agua. Y las regiones con menor acceso a este servicio básico son Tumbes (78,7%), Ucayali (76,1%), Huánuco (76,1%), Puno (69,9%) y Loreto (56,6%). En el caso de esta última región, el problema se agrava por la presencia de plomo, arsénico y otros metales dejados por la actividad petrolera por lo menos en 4 ríos (Pastaza, Marañón, Tigre y Corrientes) que abastecen a cientos de comunidades indígenas de la selva peruana.

Golpe a la informalidad

Otro sector de la población que ha sido golpeado económicamente por el aislamiento social obligatorio es el 72.5% (hasta 2017 según INEI) de peruanos económicamente activos que son parte del empleo informal, es decir, un promedio de 11 millones 978 mil ciudadanos; 320 mil personas más que en 2016. Todas ellas no podrán trabajar por lo menos hasta el 30 de este mes.

Hasta hace 3 años, por lo menos 3 millones 254 mil peruanos (43.4%) laboraban sin un contrato de trabajo, es decir, sin garantía de gratificaciones, horas extra remuneradas y seguro médico.  De todos ellos, por lo menos hasta 2018, la mayoría son trabajadoras del hogar (91,7%) e independientes (89,3%), entre los que se encuentra el comercio ambulatorio, la venta de alimentos, transporte, confecciones, construcción civil, y otros.

Información del INEI indica que las mujeres son las más propensas a caer en el empleo informal: su tasa de informalidad es del 75,3%, mientras que en hombres no supera el 70,1%. Foto: Andina

Para el sociólogo especialista en temas laborales, Carlos Mejía, «se trata de personas que se desarrollan entre el autoempleo y los trabajadores asalariados sin contrato o en fraude laboral, es decir, contratos desnaturalizados en donde la mayoría de ellos caerá primero al desempleo abierto y luego a la pobreza en unas semanas de no contar con un subsidio económico» y que «los asalariados con sindicato tienen mayores posibilidades de resistir al impacto económico de esta crisis».

Según datos del INEI, el aislamiento social temporal afectaría más a la población femenina y proveniente de las regiones del país. Y es que si bien los hombres tienen mayor presencia en el trabajo informal (6,6 millones frente a las 5,6 millones de mujeres), son ellas las más propensas a caer en el empleo informal: su tasa de informalidad es del 75,3%, mientras que en hombres no supera el 70,1%. Por otro lado, en algunas provincias del país el empleo informal es casi general: 90% en Huancavelica y Apurímac, y 88% en Cajamarca.