Organizaciones indígenas expresan su rechazo a Héctor Valer, a quien consideran un viejo enemigo.

Redacción Wayka

Héctor Valer Pinto, el recién nombrado presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Pedro Castillo, es una amenaza para las comunidades indígenas. Así lo señalan La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) y la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP). 

Los miedos de las comunidades indígenas tienen su asidero en unas declaraciones que hizo Valer como vocero de la bancada Perú Democrático. En entrevista con la radio Exitosa, el pasado 10 de enero, el ministro acusó a las comunidades de ser los grandes terratenientes que bloquean el uso de recursos naturales. 

En su enfurecido discurso, el legislador propuso hacer cambios en la Constitución Política para despojar a las comunidades campesinas de sus territorios. “Las tierras comunales conducen al comunismo o a un socialismo parasitario» dijo. 

En la misma entrevista, el premier acusó a las comunidades nativas de ser las responsables de perforar el oleoducto. En el estudio “La sombra del petróleo” elaborado por Aymara León y Mario Zúñiga da cuenta que el 65 por ciento de los derrames se debe a la corrosión de los ductos y fallas operativas. 

En el mismo programa, Valer sostuvo que otra medida necesaria es eliminar la Defensoría del Pueblo, “organismo que no sirve para nada”, debido a que sus opiniones no son vinculantes.

VIEJO ENEMIGO

Pero esta no es la primera tentativa de Valer contra las comunidades indígenas, más bien,  es considerado un viejo enemigo. Por ejemplo, en 2009 cuando era militante del Partido Aprista Peruano y funcionario de Indepa (Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos) convocó a una asamblea nacional para crear la Confederación Nacional Agraria, Campesina y Nativa (CONAC).

La convocatoria la hizo junto al aprista Mauricio Mulder, Valer pretendía formar una organización pro-oficialista afín al gobierno aprista, paralela a las organizaciones existentes legítimas como Aidesep. 

Como lo reportó Servindi el 28 de diciembre de 2009, el plan fracasó porque congregó “menos de 40 compañeros”, «casi todos eran caras conocidas» de personas que «viven en Lima pero representaban a Cusco, Apurímac, La Libertad, etc.» 

Es por esta razón que la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) difundió una carta abierta al presidente Pedro Castillo en la que se expresan su indignación y alarma general. Exigen el respeto a los derechos indígenas y rechazan el racismo de cualquier signo: «¡No al retorno de la violencia racista del “perro del hortelano”!», en referencia a la política del gobierno de Alan García que provocó el enfrentamiento del Baguazo.