Doris Aguirre / La República
La titular de la Fiscalía Superior de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio, Elizabeth Peralta Santur, ordenó investigar el origen de los fondos y de las propiedades del “apóstol” Pedro Hornung Bobbio y su esposa la “profeta” y ex congresista Alda Lazo Ruíz, la pareja de esposos que dirigen la comunidad evangélica Agua Viva.
La indagatoria fiscal por lavado de activos alcanza al socio de los Hornung, Manuel Gutiérrez Espinoza, y a las entidades Impacto Perú, Asociación Centro Cristiano Misionero Palabra de Vida, Comunidad Cristiana Agua Viva, Centurión Capital y Cristofaro, entre otras.
En octubre de 2017, el medio periodístico digital Wayka publicó una serie de reportajes sobre los sospechosos signos exteriores de riqueza de la familia Hornung y las cuantiosas compras inmobiliarias que hizo la congregación, como la adquisición del coliseo Amauta por 6 millones de dólares, donde suelen reunirse los seguidores de Agua Viva para celebrar sus ceremonias y acopiar masivamente las aportaciones denominadas “diezmos”.
El fiscal Eduardo Cueva Poma asumió el caso y luego de casi 8 meses de pesquisas, en junio de este año sorprendentemente archivó el expediente. Sin embargo, el procurador especializado en Lavado de Activos, Miguel Sánchez Mercado, interpuso una queja basándose en una serie de deficiencias que se cometieron en la investigación de Cueva.
El procurador Sánchez señaló que el fiscal Eduardo Cueva solo se limitó a recibir la documentación de descargo que entregaron los investigados en cuanto a la constitución de la comunidad cristiana Agua Viva y sobre los pagos puntuales de sus impuestos a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), sin haber indagado exhaustivamente los fondos con los que el “apóstol” Pedro Hornung y su esposa la “profeta” compraron bienes e hicieron millonarias inversiones.
Representantes de Agua Viva habían dicho a Wayka que el dinero provenía de los diezmos de los seguidores, algo que repitieron ante el fiscal Cueva, para quien resultó suficiente explicación.
De acuerdo con la resolución fiscal a la que tuvo acceso La República, la fiscal Elizabeth Peralta ha dispuesto que se requiera a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) información si los investigados cuentan con operaciones sospechosas, así como actividades financieras y bancarias en el extranjero.
Hasta el último diezmo
Requirió además la pericia contable y el levantamiento del secreto bancario, así como la reserva tributaria y bursátil de los esposos Hornung Lazo, diligencias que fueron omitidas extrañamente por el fiscal de lavado de activos Eduardo Cueva Poma.
La fiscal Peralta llamó la atención por qué no se procedió al levantar el secreto bancario a los investigados, una diligencia elemental, básica, determinante en este tipo de casos. Es por eso que el procurador Miguel Sánchez se quejó por la deficiente indagación fiscal.
“Dentro de toda investigación por delito de lavado de activos es necesario realizar el levantamiento del secreto bancario a fin de de acreditar con certeza las actividades económicas de los investigados antes, durante y después de la ocurrencia de los hechos imputados, para luego ser confrontados con los que obran en autos y con la pericia contable se verificará técnicamente si existe desbalance patrimonial”, señaló en un escrito el procurador Miguel Sánchez.
Si bien es cierto que los esposos Hornung Lazo arguyeron que adquirieron bienes mediante el sistema bancarizado, el procurador aclaró que no era suficiente para establecer el origen de los fondos.
Respecto a la compra del coliseo Amauta, el “apóstol” Hornung señaló que Agua Viva hizo la adquisición por intermedio de la empresa Servicios Cobranza e Inversiones, y que luego esta cedió el inmueble a la iglesia evangélica. Hornung afirmó que hicieron dos depósitos, uno por 3 millones 179 mil 562 dólares y otro por 2 millones 400 mil dólares. Cuando fueron interrogados por agentes de la Dirección de Lavado de Activos (Dirila) sobre el origen del dinero, la pareja prefirió guardar silencio.
Según los Hornung Lazo su principal fuente de financiamiento son los diezmos aportados por los fieles de Agua Viva.
Según el reporte de la Dirila sobre la organización evangélica al que tuvo acceso La República, “la comunidad Agua Viva se inició con un minúsculo grupo de seguidores que rentaba locales para sus prédicas, pero que en poco tiempo tuvieron un incremento vertiginoso de sus capitales que evidenciaría signos de lavado de activos, en tanto que los representantes legales tienen registrados a su nombre numerosas propiedades y que a través de sus empresas tratan de ocultar y evitar la incautación de dinero o ganancias de procedencia ilícita”.
En su momento la Dirila remitió el informe al despacho del fiscal Eduardo Cueva para que autorice el levantamiento del secreto bancario, la pericia contable y otras diligencia a fin de establecer el origen del dinero de los esposos Hornung Lazo y de la comunidad evangélica Agua Viva. Sin embargo, el fiscal mantuvo encarpetado el expediente durante 8 meses y el 20 de junio de este año lo archivó definitivamente.
Deficiente trabajo
El fiscal Cueva señaló como argumento para no investigar a los líderes de Agua Viva: Que los investigados no tienen orden de captura ni de impedimento de salida del país, requisitorias y/o antecedentes internacionales, además (sus) declaraciones anuales al impuesto a la renta, como personas naturales y jurídicas, reconoce el origen lícito de sus ingresos a través de la administración tributaria, lo que determina la amplia solvencia económica de los investigados”.
Pero tanto para el procurador como para la fiscal de lavado de activos, la forma de saberlo era levantando el secreto bancario, lo que prefirió no hace el fiscal Cueva.
Y añadió: “La relación directa de Pedro Hornung Bobbio con inmuebles y vehículos no concurren en ningún indicio suficiente que permita generar sospecha reveladora de la existencia de actos de lavado al igual que su esposa Alda Lazo, debido a que ellos tienen ingresos lícitos declarados ante la Sunat”, remató el fiscal Cueva.
Tampoco le resultó relevante que los esposos Hornung no respondieron a la policía de Lavado de Activos sobre de dónde salieron los 6 millones de dólares para comprar el Amauta: “En cuanto al incremento patrimonial de los imputados que provendría de un presunto delito de tributario, se tiene en consideración la declaración anual del impuesto a la renta declaradas ante la Sunat, dicha observación resulta insuficiente para advertir la existencia de indicios de lavado”, indicó el fiscal. O sea, si un sospechoso tributa, ya no es necesario investigarlo.
Felizmente ahora la investigación será diferente.