Redacción Wayka
El día de ayer en la Comisión de Presupuesto del Congreso, el jefe de la Sunat, Víctor Shiguiyama, proyectó que las exoneraciones tributarias –o ‘gastos tributarios’ como se les denomina formalmente en los presupuestos públicos- bordearían los S/17.240 millones para el 2019.
Con ello, la Sunat estima que lo dejado de recaudar por el Estado en el período 2010-2019, sería de S/129.000 millones, ingentes recursos que, no solo el titular de dicha entidad, sino diversos especialistas, cuestionan por su impertinencia en un país con una gran brecha de infraestructura y servicios de calidad en Educación, Salud o Saneamiento públicos.
El titular de la Sunat mencionó que poco más del 30% de estas exoneraciones (S/ 5451 millones) están por vencer este año, entre las que se encuentran las exoneraciones a la Amazonía, donde, según Shiguiyama, son pocas las empresas que se benefician de las mismas, no viéndose reflejados dichos privilegios en precios justos para la población.
En su presentación, Shiguiyama proyectó recaudar para este año, S/104.246 millones, y para el 2019, S/114.933 millones, es decir, un 6.6% más, pasando de una presión tributaria de 13.9% del PBI para este año a una de 14.2% para el 2019, lejos de los niveles de recaudación de los países de la OCDE, que superan el 30% del PBI en promedio.
En ese sentido, el jefe de la Sunat, hizo un llamado de atención sobre la necesidad de una “reforma tributaria estructural” para alcanzar, por lo menos durante los próximos años, niveles de recaudación de países de renta media (entre 18 y 20% del PBI). Esta alerta se suma a la que hace unos días hicieron algunas organizaciones especializadas.
Una agenda para la reforma
Recientemente, el Grupo de Justicia Fiscal (GJF), conformado por las organizaciones CooperAcción, Grupo Propuesta Ciudadana y Oxfam, alertó que, de no implementar en el corto plazo medidas que apuntalen a una reforma tributaria integral, nuestro país continuará careciendo de ingresos suficientes para garantizar niveles aceptables de salud, educación o saneamiento básico.
El economista Epifanio Baca, de Propuesta Ciudadana, señaló una serie de problemas estructurales que limitan nuestra economía, entre ellos, que nuestros ingresos fiscales dependan principalmente de los precios del cobre, por lo que su reducción en los últimos meses en 20%, afectará los ingresos al fisco. “Nuestro país es el único de la Alianza del Pacífico que no ha emprendido una reforma de estas características en los últimos años, según un reciente informe del Consejo Fiscal”, expresó Baca.
Sobre evasión y elusión fiscal, el economista César Flores de CooperAcción, advirtió que de mantenerse los niveles actuales, el Perú perdería este año cerca de 66 mil millones de soles que equivale al presupuesto de inversión social en Salud, Educación, Saneamiento, Agricultura y Protección Social. En cuanto a exoneraciones tributarias, estimaciones del GJF indican que, en los últimos diez años, el ‘gasto tributario’ alcanzó los 120 mil millones de soles en varios sectores que ya no lo necesitan como banca, universidades-negocio y agroexportadoras, planteándose como medidas urgentes, la revisión de dichas exoneraciones hasta alcanzar el 1% del PBI para el año 2021; así como compensar las exoneraciones regionales con recursos para inversión pública.
Los especialistas concluyeron planteando la necesidad de una reforma tributaria integral, para mejorar nuestras oportunidades de desarrollo y reducir las desigualdades, más aún si se anhela ser parte de la OCDE, junto a los dos únicos sudamericanos que lo son, Chile y -desde mayo de este año- Colombia.