Luego de meses de silencio, el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva,  se presentó en el Congreso y dio algunas entrevistas. Sus olvidos en esas presentaciones públicas son memorables.

Oliva, quien sigue la estirpe de la tecnocracia neoliberal (fue viceministro de Economía 2011-2014) no recordó que tenemos 13 meses de pérdida de empleos, y que el último dato indica que en el sector industrial se han perdido el 2,6% de los mismos. Otro olvido similar es que el 40% de los profesionales están subempleados.

En vez de tener en mente esta información básica, el ministro salió con que hay que “atacar” poniendo el foco “en flexibilizar más el mercado laboral, que significa que la gente pueda entrar y salir del mercado de una manera más dinámica y más fácil”. Olvida también Oliva estos datos oficiales del Ministerio de Trabajo: el año pasado más de uno de cada cuatro trabajadores formales perdieron su empleo en que laboraban: “la gente” sale muy fácil del mercado, y en la mayoría de casos por despidos, o por “no renovación de contrato”, lo que le sucede a la mitad de los trabajadores contratados a plazo fijo sin que se les pague indemnización.

La realidad es que en el Perú es muy fácil despedir a promotores de sindicatos y trabajadores que reclaman por sus derechos, que es la razón por la cual hay tantos abusos de empresarios sinvergüenzas.

El titular del MEF tampoco dijo nada sobre la caída del precio de cobre en 11 por ciento y del zinc en 21 por ciento, lo que trae por tierra su apuesta de que el mercado internacional ponga viento en las velas de la economía peruana y recaudos en el cofre del tesoro público. El ministro Oliva confía en una reactivación primario-exportadora cuando los vientos internacionales ya están nuevamente en contra nuestro.

Eso no puede seguir así. La prioridad tiene que ser la generación de empleos y eso demanda dar un empujón a la inversión pública para aumentar la demanda interna y facilitar el crédito a los medianos y pequeños empresarios. Hay que poner en marcha nuevos motores de la economía para lograr un crecimiento acelerado en sectores intensivos en mano de obra como la industria, el agro y el turismo.