Escribe Pedro Francke.
El lunes pasado se presentó el informe de la “Comisión de Protección Social” que el gobierno nombró en sus inicios sin incluir, por cierto, a nadie con inclinaciones izquierdistas. Quienes han elaborado la sección de pensiones son un funcionario del Banco Mundial y un gerente de un banco privado trasnacional. Pero lo que este informe dice sobre las AFP habla por sí solo y las AFP han respondido, directamente y con sus economistas y opinólogos amigos, enfurecidos.
En este caso, lo mejor es dejar que el informe de la Comisión de Protección Social hable por sí solo. Acá les presentamos, en sus propias palabras, un breve resumen de su evaluación del sistema peruano de AFPs, también llamado SPP o Sistema Privado de Pensiones.
Sobre a quienes alcanza a cubrir con un apoyo económico en la vejez, el sistema peruano tiene “Un nivel de cobertura bajo y decreciente, producto de un sistema enfocado fundamentalmente en el mercado laboral formal (de trabajadores asalariados). En la actualidad, solo un 16.8% de la población económicamente activa (PEA) aporta al sistema previsional (ubicando al Perú como el país con menor tasa de aportantes de la Alianza del Pacífico)… sólo el 13.7% de la PEA peruana puede realistamente aspirar a recibir una pensión del SNP o SPP en la vejez. Ese porcentaje, que es sumamente bajo en comparación internacional, cae aún más y dramáticamente a menos de 5% si sólo nos fijamos en la población económicamente activa de menores ingresos”.
Sobre el nivel de las pensiones, el sistema peruano otorga “pensiones insuficientes e inequitativas… la pensión promedio, para los pocos que la reciben, es baja comparada con las pensiones promedio en, Colombia, Chile y México. De los trabajadores afiliados en el SPP, alrededor del 60% no ha acumulado ahorros suficientes para adquirir una renta vitalicia”.
Sobre las AFPs mismas y sus ganancias, “La evidencia es contundente respecto a la extrema concentración de mercado de administración del ahorro, las barreras de entrada y el comportamiento oligopólico que deriva en elevadas comisiones para los trabajadores y elevadas ganancias para las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Esta situación de ineficiencia social que tiene hoy el mercado de AFP no guarda coherencia con una industria que se basa en el cobro de retenciones obligatorias sobre el salario dentro de un marco de seguridad social… El desaprovechamiento de economías de escala y el mercado oligopólico de AFP impide la reducción de costos y que ésta se traduzca fácilmente en menores comisiones para los afiliados, al tiempo que posibilita altas tasas de ganancia para las AFP, comparadas con las tasas de ganancia de bancos o compañías de seguro, pese a que, en comparación a esas entidades, las AFP toman muy poco riesgo (el riesgo de la inversión lo absorbe mayormente el afiliado)… La reforma propuesta apunta a reducir las comisiones que se cobran a los trabajadores por la administración e inversión de sus ahorros a un promedio no mayor a 60 puntos básicos (0.6%) calculados sobre del saldo (comparados con el promedio actual estimado de 94 puntos básicos)”.
Sobre como manejan nuestros fondos, evalúan que hay “Una gestión de portafolios cortoplacista por parte de las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP). Dicha gestión es en general inconsistente con el objetivo de largo plazo del ahorro previsional (a saber, maximizar la tasa de reemplazo dado un cierto nivel de riesgo) y con el ciclo de vida del afiliado”.
Sobre lo que se ofrece a alguien que se jubila en las AFPs, resalta “la existencia en el SPP de dificultades para acceder a esquemas de retiro simples que aseguren la estabilidad de los ingresos en la jubilación a costos razonables, frente a un incremento persistente en la esperanza de vida… Hay ausencia de información y asesoría financiera adecuada, activa, independiente, simple y de fácil acceso para el afiliado, tal que le ayude a planificar y administrar mejor su ingreso en la fase de jubilación y le alerte de posibles malas decisiones en materia previsional. Este déficit es aún más grave considerando la complejidad de decisiones de largo plazo que el afiliado debe tomar”.
Sobre el servicio que brindan las AFPs: “Más allá de los reportes de estado de cuenta (que carecen de información clave como, por ejemplo, la proyección de la pensión que el trabajador puede esperar) y las aproximaciones agresivas de las fuerzas de venta, no ha existido una asesoría activa e independiente que le alerte de malas decisiones. Todo esto hace necesario que en la nueva visión integral del sistema de pensiones y en la reconfiguración de su organización industrial se plantee un rol central para la información, la educación y asesoría financiera, esta última libre de conflictos de interés. Ello requiere de un representante válido y real de la demanda (de los afiliados), hoy inexistente”.
Contundente. Habrá oportunidad próximamente para discutir sus propuestas. Lo que es encomiable es una evaluación descarnada de los problemas. Al oligopolio que maneja a su antojo 153 mil millones de soles de nosotros los afiliados no les ha gustado nadita, aunque sea la verdad.
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