Keiko Fujimori llama “leyenda urbana” a las denuncias de maltrato que hizo su madre, pero fotografías corroboran que Higuchi sobrevivió a la violencia que ejerció su exesposo después del golpe de Estado de 1992.

Por Nicol León

La candidata presidencial Keiko Fujimori insiste en negar las torturas que su madre Susana Higuchi Miyagawa narró haber sufrido ante los integrantes de las comisiones investigadoras del Congreso presididas por Anel Townsend y Mauricio Mulder, en 2002.

Wayka accedió a las fotografías que registraron el momento en que Susana Higuchi mostró a la excongresista Anel Townsend los sótanos del Servicio de Inteligencia (SIE), en el Cuartel General del Ejército, en San Borja, donde dijo que fue torturada. También se obtuvieron imágenes inéditas de 2001, cuando Higuchi mostró heridas en el brazo a un grupo de exparlamentarios.

En marzo de 1992, Susana Higuchi avisó a su exesposo Alberto Fujimori que lo iba a denunciar ante la fiscalía por el robo de ropa y dinero donados desde Japón y Estados Unidos para la Fundación por los Niños del Perú, que en ese momento ella presidía.

Alberto Fujimori le respondió “que no estaba preocupado porque ya todo estaba arreglado con el doctor Vladimiro Montesinos y el fiscal (Víctor) Cubas Villanueva y que no iba a pasar nada”, según declaró Higuchi a la fiscal Luz Ibáñez Carranza, el 23 de abril de 2001.

El fiscal acudió al Palacio de Gobierno y en el Salón Verde la entrevistó, mientras 2 militares la apuntaban con metralletas que rastrillaban cada vez que se hacía una pregunta, relató Higuchi a la fiscal Ibáñez.

Declaración de Susana Higuchi ante fiscal Luz Ibáñez Carranza.

Un mes después, en abril de 1992, Fujimori y sus cuatro hijos se mudaron a las instalaciones del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) “por motivos de seguridad”. Según Higuchi, en ese lugar fue secuestrada y encerrada en los sótanos del SIE.

El abogado que acompañó a Higuchi durante su manifestación a la fiscal Ibáñez, Alberto Bautista Merino, declaró a Wayka que las denuncias por tortura contra la exesposa de Fujimori «son conocidas», pero que actualmente lo niegan porque están en campaña electoral.

«Esas denuncias son conocidas. Eso se sabe. Ella lo ha contado en diferentes entrevistas, hasta por escrito está», aseveró.

“¿A usted como su abogado le constaba que ella había sufrido esos episodios?”, preguntó Wayka a Bautista.

“Antes que la conociera, ya había escuchado todo eso. Han cambiado todo porque están en campaña, evidentemente. Pero como dice el dicho, papelito manda. Claro que sí (fui su abogado)”, respondió.

RATIFICACIÓN DE TESTIMONIO

En octubre y noviembre de 2001, Higuchi acudió a la comisión presidida por el excongresista Mauricio Mulder para narrar las torturas que padeció durante la dictadura de Fujimori.

La conclusión de la investigación parlamentaria fue que existían indicios de que el padre de Keiko Fujimori habría intentado asesinar a Higuchi y que consintió que fuera secuestrada y torturada.

En aquella oportunidad, Higuchi manifestó que la agredieron con electroshock tras mudarse al Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), en mayo de 1992, aproximadamente. Y también el 4 de junio de 2000, cuando permanecía internada en cuidados intensivos.

“Sufrí torturas con electroshock. Fue luego de la denuncia de la ropa donada, luego del autogolpe, y dentro de los cuatro meses que me mantuvieron encerrada en el Pentagonito, en el Servicio de Inteligencia del Ejército. (Tardaban entre 2 a 3 horas) mientras que me amarraban, hasta que me torturaban y luego me ponían el electroshock”, se lee en el informe de la comisión presidida por Mulder. 

Los hechos fueron ratificados por Luis Renteros Pineda, otro abogado de Higuchi que la asesoró cuando se presentó en el Congreso.

“Esto demuestra una serie de hechos que poco a poco se van vislumbrando, que lo que decía Susana Higuchi en ese entonces era cierto: persecución, acoso psicosocial y todo lo demás e intento de asesinato”, aseguró.

En marzo de 2002, diez años después de que habría sufrido torturas, Higuchi acudió a los sótanos del SIE junto a la excongresista Anel Townsend. Allí reconoció que habían remodelado los ambientes donde la violentaron.

Dijo que cerca de 8 personas, aparentemente militares, la golpearon hasta que se desmayó. Cuando despertó, la vendaron y encapucharon para subirla a una camioneta, donde le inyectaron una sustancia.

“Asimismo sostuvo que le inyectaban una sustancia que la hacía dormir cada vez que se despertaba: ‘Pero me seguían inyectando, como se dice … Así es, pero apenas veían eso llamaban al enfermero a gritos y me ponían otra dosis en el muslo’. En esta situación la congresista permaneció dos días y medio aproximadamente porque recuerda que fue el día viernes a las 6 de la tarde, aproximadamente, la fecha en que ocurrieron estos graves hechos”, se lee en el informe de la comisión presidida por Townsend.

Después de estos episodios, Higuchi contó a Alberto Fujimori lo que sufrió, pero este le respondió que lo había soñado. Sobre sus quemaduras, le contestó que “deben ser los que sufrió años atrás”.

En su visita a los sótanos del SIE, Susana Higuchi aseguró que aún tenía huellas en el cuerpo que habrían sido ocasionadas por descargas eléctricas.

FOTOGRAFÍA INÉDITA

Antes de que acudiera a las comisiones mencionadas, en los primeros meses de 2001, Higuchi, entonces congresista electa por el Frente Independiente Moralizador, había acudido a una comisión de trabajo.

La sesión aún no había iniciado y en la sala también se encontraban los excongresistas Manuel Masías Oyanguren, Jorge Polack Merel y Willy Serrato.

Cerca de la mesa donde se acomodaban los exparlamentarios, los observaba el fotógrafo Victor Torres, quien colaboraba entonces en la revista Oiga. En conversación con Wayka, reveló que escuchó a los excongresistas hacer comentarios a Higuchi sobre las denuncias que interpuso por tortura.

“Había salido en los medios de comunicación las agresiones y ellos le decían que los medios estaban exagerando porque la veían bien. Ella les dijo: ‘Ah, ¿no me creen?’”, narró.

Luego, incómoda, remangó su blusa y mostró su brazo para dejar ver una herida. Torres registró ese momento.

“Yo estaría unos 2 metros lejos de la mesa de donde estaban ellos y veo los pinchones que tenía en el brazo. (…) Eran varios pinchazos de aguja. (…) Como todos estaban concentrados mirando para verificar si era cierto, ahí tomo la foto y ella se da cuenta por el flash. Me dijo que no le tome foto, se remanga y se quedan conversando. Ahí tomé la segunda foto”, contó.

Preguntamos a Manuel Masías Oyanguren sobre qué conversaba con Susana Higuchi en ese momento, pero aseguró que no lo recuerda.

Reconoció que aparece en la fotografía. Sin embargo, negó lo evidente: la herida en el brazo de Higuchi y la investigación de los episodios de tortura en las comisiones del Congreso.

“Todos sabemos que ese divorcio fue complejo (…). Nada de eso pasó por comisiones (…). Es una conversación y yo no veo ninguna herida en esa foto”, contestó.

“Vemos que su brazo está rojo”, le indicamos.

“Bueno, sí, pero estoy especulando. De verdad, no recuerdo exactamente el contenido de esa conversación”, dijo.

Higuchi también envió una carta a la revista Caretas, en la que reafirmó la violencia que sufrió en los sótanos del SIE. Señaló que Keiko la había abandonado para acompañar a su padre en el cargo de primera dama.

“Keiko me abandonó. Prefirió el dinero sucio de su padre. Para mí tiene cara de diablo”, denunció.

Sus declaraciones quedaron registradas; sin embargo, para la lideresa de Fuerza Popular tales hechos nunca sucedieron.