El grupo El Comercio tras la adquisición del grupo Epensa hace poco más de dos años, concentra casi el 78% del mercado de venta de diarios en el Perú– 86% en Lima, además de ser dueño o estar relacionada comercialmente con un conglomerado de grandes empresas con mucho poder económico en el país. Eso, para una democracia es sumamente PELIGROSO.

Peligroso porque es un pequeño grupo de personas –familias– que tienen el poder de hacer cargamontón mediático a personas o colectivos que cuestionan las injusticias del sistema que tienen que ver con sus intereses. Peligroso porque tiene el poder comercial de sacar del mercado a cualquier nuevo medio de prensa independiente fijando cláusulas de exclusividad con grandes o medianos auspiciadores.

Peligroso porque trata con rudeza a algunos políticos corruptos que no son afines a sus intereses económicos mientras que a otros igual o más cuestionados moralmente los trata con guante de seda por ser afines a sus intereses comerciales.

Peligroso porque callan ante la vil trampa de empresas –nuevamente, ligadas a sus intereses- que evaden impuestos o cargan con serias sospechas de usar malamente sus recursos o hasta de contaminar gravemente al ambiente y la salud de las personas, llevándolas inclusive a la muerte.

Peligroso porque estos pequeños grupos se vuelven especialistas en fabricar basura televisiva para nuestro consumo: en entumecer a la población mostrando como referentes juveniles a monos en calzones (con el perdón de los monos) haciendo piruetas en horario estelar.

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Lo que muchos de manera edulcorada llaman “cuarto poder” nosotros le llamamos dictadura mediática y es peligrosa porque esencialmente afecta un derecho humano: el de informarse libre y pluralmente para formarse un criterio no condicionado por los intereses de los grandes grupos de poder económico y político. Hasta la ONG conservadora Freedom House aceptó hace algún tiempo que la concentración de medios en el Perú afectaría la diversidad de opiniones. No es difícil verificarlo, basta con pasar por un kiosco y ver los titulares casi idénticos, solo con matices de color, uso de más o menos jergas y retoques más o menos exageradas de imágenes. Mientras que para el grupo EC lo que tiene no es una concentración de medios sino «de lectores» para nosotros queda claro que se viola el art. 61° de la constitución vigente, que dice que los medios de comunicación “no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento, directa ni indirectamente”. No es poca cosa, el otro grupo acaparador (La República, derrotada en la puja por Epensa) señala que esta adquisición «no habría podido ser posible en Colombia, Chile o México» y por ello se sumó la demanda interpuesta en el Poder Judicial por directores de cuatro diarios y algunos periodistas contra EC. Lío de concentradores.

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Desde aquí consideramos que urge, como en otros tantos países, una Ley de Medios que se constituya en un instrumento de democratización y que fije cosas tan básicas como: a) límites a la propiedad de medios privados como al número de medios que una misma entidad puede tener y en cuantos espectros mediáticos (para evitar tiranías mediáticas y desleal competencia comercial); b) promueva la creación de medios comunitarios sin fines de lucro (entendiendo que la información no es una mercancía sino un derecho) y; c) desarrolle contenidos televisivos públicos de calidad, orientados a promover valores, cultura, deporte e información plural, sin tinte proselitista del gobierno de turno.

Screen Shot 2016-02-12 at 11.19.28 a.m.Leyes de esta naturaleza, que restringen la concentración privada por un bien mayor  que es la democracia las tenemos en muchos países europeos y norteamericanos. Un ejemplo paradigmático en Latinoamérica fue la que se aprobó en Argentina el 2009, fuertemente combatida por el equivalente argentino de EC, el grupo Clarín, donde se definía con claridad, por ejemplo, que un tercio de medios debían ser de naturaleza “sin fines de lucro”, o donde ningún grupo mediático podía tener más de 10 licencias de radio y televisión abierta o no podía tener un canal de señal abierta y ser operadora de cable en la misma localidad, etc.

En nuestra lectura urge poner sobre el tapete este tema –una Ley de Medios– pues de seguir profundizándose el modelo actual se seguirá vulnerando nuestro ya endeble sistema democrático.

¿Qué proponen los candidatos sobre la CONCENTRACIÓN DE MEDIOS en sus planes de gobierno?

Luego de leer los 9 planes de gobierno de los candidatos con mayores opciones a alcanzar la presidencia, encontramos tres tipos de propuestas:

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TIPO 1: NO A LA CONCENTRACIÓN, LEY DE MEDIOS

Solo la candidata Verónika Mendoza, del Frente Amplio, trabaja este tema a fondo reconociendo en su plan de gobierno como problema que la “escasa independencia y concentración de la propiedad de medios privados reduce la pluralidad de voces” así como haber “casi nula participación de medios comunitarios, indígenas o educativos”. Además reconoce que los “televidentes manifiestan disconformidad con la calidad de la oferta televisiva de señal abierta, la misma que no respeta horarios de protección al menor ni la cultura nacional”. Tras dicho diagnóstico propone “establecer límites a la concentración de la propiedad y a la propiedad cruzada de medios de comunicación, a partir de un debate nacional que arroje como resultado un acuerdo social que se exprese en una nueva normativa en la materia”, asimismo una ley que garantice un porcentaje del espectro para emisoras comunitarias, un fondo de promoción de la producción televisiva (similar a CONACINE) asignable mediante concurso público así como la creación de un organismo regular independendiente conformado por sectores representativos de la sociedad que sea el encargado de regular este sector que es el único que no cuenta con un regulador autónomo. Le tomamos la palabra.

TIPO 2: SOLO MEJORAR LA TELEVISIÓN ESTATAL

Aquí tenemos a los candidatos PPK y Julio Guzmán. El primero propone “asegurar que la Radio Televisión Peruana tenga programación en lenguas originarias donde se difunde la cultura material e inmaterial de nuestros pueblos aprovechando la televisión digital con el multilenguaje”. Guzmán, por su parte propone dos canales de televisión digital de señal abierta: uno orientado a los deportes (TV Perú deportes) “que dé cobertura a ligas nacionales” que no tienen cabida en medios comerciales así como apoye a la difusión de juegos deportivos escolares y universitarios, así como uno orientado al arte y la cultura (TV Perú Cultura) donde se produzca contenido convocando a artistas y se difunda cultura las 24 horas del día. Ninguno de los dos candidatos hace mención ni tangencialmente al problema actual de la concentración de medios, ni al de la autorregulación, ni ponen en valor la importancia de una red de medios que no entiendan la información como una mercancía estrictamente sino como un derecho humano. TARJETA AMARILLA.

TIPO 3: NO PROPONEN NADA

Los otros seis candidatos, Fujimori, Acuña, García, Barnechea, Toledo y Urresti, no hacen mención alguna en sus planes ni al problema de la concentración mediática, ni siquiera proponen mejoras al canal del estado. En este sentido, manejamos dos hipótesis: a) estos candidatos y sus equipos de gobierno no entienden la importancia que tienen los medios de comunicación en una democracia hoy en día (lo que es grave) por lo que no identifican la necesidad de regularlos, o; b) no tocan el tema por los serios perjuicios que ello traería a grupos mediáticos afines, protegiéndolos. TARJETA ROJA.

Hasta la próxima entrega.