Escribe Rafael Salgado

Hace un mes PPK refrendó la Ley N°30640, que modifica el artículo 75 de la Ley de Recursos Hídricos en materia de cabeceras de cuenca. Este concepto no es nuevo en la Ley, así lo quieran ocultar con mentiras diversos representantes del sector minero. Esta Ley tiene como objetivo “regular la conservación y protección de las cabeceras de cuenca” y ordena a la ANA “elaborar un Marco Metodológico de Criterios Técnicos para la Identificación, Delimitación y Zonificación de las Cabeceras de Cuenca” según la cual “La Autoridad Nacional, con opinión del Ministerio del Ambiente, puede declarar zonas intangibles en las que no se otorga ningún derecho para uso, disposición o vertimiento de agua”.

De inmediato representantes del sector minero han puesto el grito en el cielo. Dicen que se puede usar políticamente para prohibir la actividad minera. Que se está poniendo en riesgo millones de dólares en inversión minera. Y muy convenientemente, el defensor del ¿pueblo? afirma en una conferencia que sin inversión minera no se podrán cumplir derechos sociales.

Nuevamente el paquete sicosocial completo: ¿quieren derechos sociales? bien, pues entonces se necesita incrementar las inversiones privadas, lo que en un país como el Perú solo se logra vía la inversión en gran minería. Así que hagamos todo lo posible por generar las mejores condiciones para que sus ganancias sean las más altas posibles. Y luego, como acaba de hacer la ministra Molineli, les pedimos por favor que nos den un poco más de plata para los programas sociales.

No deja de sorprenderme como se usa el aspecto técnico para dizque demostrar que realizarán, sí ellos no nosotros, un proceso objetivo, es decir, donde la política no tiene nada que ver. Esto oculta un hecho importante, no nos dejarán ser parte del proceso, la decisión final no está en manos de quienes vamos a sufrir las consecuencias de aquello que se decida en relación al agua. No sólo quienes viven en una cabecera de cuenca, o en las zonas de influencia de un proyecto minero. Somos también los que vivimos muy lejos de ahí, los que estábamos acostumbrados abrir el caño y usar el agua, quienes seremos afectados si perdemos las fuentes de agua. Y no, no son sólo las lluvias la fuente de agua, como dice por ahí otro minero.

La importancia del agua es asumido por todos. No hay proceso humano o industrial que no utilice agua. La vida en general depende del agua. Asumo que por ello, el gobierno de PPK ha implementado el programa de “Fabrica de agua” que fomenta proyectos para la recuperación y protección del ecosistema altoandino y así asegurar nos siga proveyendo de agua. Esperemos que lo de fabrica no sea en realidad fábrica y se busque sólo asegurar el agua para la industria.

De esta manera este gobierno reconoce la importancia de estas zonas para la disponibilidad y acceso al agua, tema de crucial importancia si tomamos en cuenta un dato técnico: 95% del agua que consumimos en el Perú proviene de las zonas altoandinas, más aún si tomamos otro dato técnico: el cambio climático ha ocasionado  la pérdida de casi 60% de nuestros glaciares.

En algo debemos estar todos de acuerdo, debemos legislar, debemos lograr consensos sobre lo que implica una cabecera de cuenca y su rol en el acceso y disponibilidad de agua para toda la ciudadanía. Por ello es crucial que la propuesta que la ANA presentará dentro de unos meses sea debatida no sólo el gobierno y el sector privado sino por toda la sociedad, finalmente ¿el agua es un bien común ¿no?