Redacción Wayka

Durante el Estado de emergencia, la selva peruana y las comunidades indígenas han sido testigos de ocho derrames de petróleo ocurridos dentro del Lote 192, actualmente a cargo de la empresa canadiense Frontera Energy.

Según las federaciones indígenas amazónicas de la zona, que agrupa a más de 100 comunidades ubicadas en las cuencas de los ríos Pastaza, Corrientes, Tigre, Marañón y Chambira, los derrames de petróleo se deben a “una infraestructura deteriorada que se cae a pedazos y sin ningún mantenimiento, por falta de prevención y una fiscalización débil”.

A inicios de marzo, cuando se habían confirmado los primeros casos de COVID – 19 en el país, la Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) registró un derrame en la base Dorissa de Frontera Energy, ubicada en la cuenca del río Corrientes, y que afectó a la comunidad achuar Nueva Jerusalén.

En adelante, según reportes del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y de los monitores ambientales de los Pueblos Indígenas Amazónicos Unidos en Defensa de sus Territorios (PUINAMUDT), ocurrieron otros siete derrames más.

El segundo derrame ocurrió el pasado 17 de abril, cerca al pozo de Capahuari Sur, ubicado en la cuenca del río Tigre. Actualmente, esa zona es habitada por la comunidad kichwa Doce de Octubre. Los siguientes derrames, ocurridos en 30 de abril, 11 de mayo y 7 de junio, afectaron a comunidades quechuas y kichwas.

En un pronunciamiento que adhiere las voces de las federaciones indígenas amazónicas FEDIQUEP, FECONACOR, OPIKAFPE y ACODECOSPAT, las comunidades afectadas expresaron que “estos derrames no nos han dejado tranquilos ni en el tiempo de la cuarentena (…) tampoco se ha detenido la indiferencia del Gobierno que aprovecha el Estado de Emergencia para actuar a espaldas de las comunidades”.