Mafia de extorsionadores amenazaron de muerte a víctimas si se niegan a pagar cupos. Ellas llamaron a la línea 111, pero les dijeron que no recibían denuncias; acudieron a la Dirincri y tampoco aceptaron la demanda anónima.
La ‘Dinastía Alayón’, organización criminal conocida por el cobro de cupos, trata de personas, secuestro y explotación sexual, sigue amenazando la ciudad. Trabajadoras sexuales de Independencia, San Martín de Porres y Los Olivos, distritos declarados en estado de emergencia, han sido amenazadas de muerte si se niegan a pagar cupos y no se alinean a las condiciones que les imponen.
Incluso, les han puesto un ultimátum. “Tienen hasta las 9 p. m. para comunicarse, cada uno de ustedes, para explicarles cómo será el sistema de trabajo y cuáles serán los beneficios que obtendrán al alinearse con nosotros”, señalan en su mensaje extorsionador. Quien incumpla con lo expuesto, “será puesto de ejemplo”, advierten, en una clara amenaza de muerte.
Ante esta situación, las trabajadoras sexuales decidieron denunciar lo ocurrido a la Línea 111, publicitada en páginas oficiales del régimen de Dina Boluarte como “un servicio gratuito y confidencial (anónimo) que permitiría denunciar de manera inmediata cualquier acto de extorsión y recibir protección oportuna por parte del personal policial”.
Sin embargo, denunciantes se dieron con la sorpresa de que en la Línea 111 al inicio les piden sus datos personales de manera prepotente, para luego señalar que esta línea no recibe denuncias, sino que solo se encarga de dar orientación. Así, les dijeron que debían acudir a una comisaría o a la Dirincri más cercana para realizar la demanda.
Acudieron a la Dirincri ubicada en la avenida España, en el Cercado de Lima. Sin embargo, una vez allí la Policía les pidió registrarse con todos sus datos para ingresar a la oficina de denuncias. “No podemos tomar tu denuncia anónima, pero podemos coordinar para que nos avises quién es la persona que te cobra el cupo”, señalaron en la Dirincri.
Pese a que insistieron y preguntaron por otras formas de realizar la denuncia anónima, pues eso las expondría al revelar sus datos, la PNP les negó ese derecho.
“En la puerta me dijeron que por más que quiera denunciar de manera anónima no voy a poder porque la denuncia tiene que estar con tu nombre y con tus datos”, señala una de las víctimas, quien prefiere mantener su identidad en reserva por seguridad.
Esta serie de trabas hizo desistir a las trabajadoras, quienes estaban dispuestas a poner la denuncia anónima y dar todas las facilidades para que la Policía investigue quiénes están detrás de los números de los que reciben amenazas. Consideran que al exponer su identidad, ponen en un riesgo mayor sus vidas ante la ‘Dinastía Alayón’, una de las facciones más temidas del ‘Tren de Aragua’ que ya ha cobrado víctimas con anterioridad.
“Digamos que yo acepto, ponen mis datos y me registran. Van, agarran a la persona, que da aviso a otros y posiblemente me maten al día siguiente. Hay una mala estrategia para recibir las denuncias, y más a nosotras que somos trabajadoras sexuales y estamos expuestas a este tipo de cosas”, sostiene otra de las trabajadoras sexuales afectadas.
Wayka llamó a la Línea 111 y corroboró la forma hostil en la que las operadoras de la línea responden a quienes desean realizar las denuncias. Al inicio, no dejan hablar a la víctima, sino que piden nombre completo, edad y DNI. Luego, cuando la persona dice que quiere realizar una denuncia por extorsión interrumpen el relato para señalar que esta es solo una línea de orientación. “Nosotros, la Línea 111 no recibimos denuncias, solo recibimos reportes. La función de la Línea 111 es dar orientación al ciudadano, dónde, cómo y cuándo debe denunciar”, señalaron.
Con este tipo de respuestas fallidas por parte de la Policía y el Ejecutivo, la población se encuentra absolutamente desamparada frente a los extorsionadores.