La muerte de Pedro Estrella, quien fue un trabajador de ATU por ocho años, fue la gota que colmo el vaso. Sus colegas denuncian los maltratos que reciben de parte de la  Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao.

Claudia Risco

Dos días antes de su muerte, Pedro Estrella le pidió permiso a su supervisor porque se sentía mal de salud. El permiso fue denegado. El hombre de 54 años siguió trabajando aún con el malestar, el lunes 9 de mayo se desplomo en la estación Domingo Orué del Metropolitano y no volvió a despertarse. Para la familia y los compañeros de trabajo de Estrella se trata de una negligencia.

Pese a que trabajaba hace 8 años como orientador en las distintas estaciones del Metropolitano, no contaba con beneficios laborales como un seguro de salud, ni CTS, ni gratificación, ni vacaciones, señalan sus compañeros. Pedro cobraba su sueldo a través de recibo por honorarios.

Pedro laboraba 12 horas, entraba a las 10 de la noche y salía a las 10 de la mañana. El 9 de mayo, llamó en la madrugada a los supervisores para pedir un reemplazo porque se sentía mal, le dijeron que no había relevo, que se tenía que quedar. Aguanto hasta las 9:30 cuando murió de un infarto. Así lo precisan trabajadores que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a ser despedidos.

«Era un locador y no contratado. Lo que muestra el abuso excesivo del giro de ordenes de servicio, por tal razón no era un afiliado al sindicato ya que la política de la misma solo permite afiliar personal contratado bajo algún régimen laboral vigente, CAS, etc», detalle Joaquín Márquez, secretario general del sindicato de ATU, quien fue despedido tras la creación de esta organización.

DENUNCIAN CONDICIONES PRECARIAS

Trabajadores sostienen que supervisores de la ATU quisieron hacer parecer que la muerte de Pedro como la de un usuario y no la de un trabajador. «La familia debe solicitar los videos para validar si se le quitó el chaleco, la ATU quería evitar ser responsabilizada», comenta Márquez.

Las duras condiciones en las que trabajaba Pedro parecen no ser la excepción. «Hay mucho abuso por la necesidad que tienen los trabajadores. Aceptan todo tipo de trato», refiere el secretario general del sindicato.

Con todo tipo de trato, Joaquín Márquez se refiere a que trabajan en feriados, almuerzan en quince o veinte minutos, si alguno desea ausentarse por enfermedad lo despiden, los hacen laborar doble turno. Y si se quejan corren el riesgo de perder el trabajo.

Los trabajadores y extrabajadores entrevistados para esta nota realizarán una protesta frente a la estación Domingo Orué en Miraflores para hacerse escuchar. Además, responsabilizan a la gerente del ATU, María Jara, a Threisy Erika Acosta Luna, jefa de seguridad del Metropolitano, a Tito Huanca, supervisor de ATU, por los maltratos físicos y psicológicos.