Redacción Wayka
Hace dos días, Lima amaneció con la noticia de una joven que, luego de ser rescatada por la policía de un intento de suicidio en el puente Villena del distrito de Miraflores, terminó con su vida cuando la dejaron sola dentro de una patrulla. A simple vista un caso de negligencia en el que surge la pregunta y es importante conocer cómo se debe actuar en este tipo de casos.
Desde la Organización Mundial de la Salud, las cifras son tan alentadoras como devastadoras: si bien la tasa global de suicidio disminuyó un 9,8% en promedio, el porcentaje pese a significar un avance representa a las 800 mil personas que se suicidan al año y a una cada 40 segundos. Y años atrás era peor. En 2009 se suicidaban hasta un millón de personas en un año, es decir, un suicidio cada 5 segundos; y ocurrían 20 intentos de suicidio por cada suicidio consumado.
Actualmente, la OMS observó que las tasas de suicidio se redujeron en un 19,6% y 4,2% en el Pacífico occidental y Asia suroriental respectivamente. En las Américas, por el contrario, aumentó un 6%, cuyos países más golpeados son Guayan, Surinam, Uruguay, Estados Unidos y El Salvador.
En Perú, según el Ministerio de Salud (Minsa), entre enero y julio de este año, se ha registrado 1 390 intentos de suicidio en el país, de los cuales el 74% serían de adolescentes y jóvenes entre 12 y 29 años de edad.
¿Qué hacer?
Desde el 2009, la OMS cuenta con un instrumento para policías, bomberos y otros socorristas de primera línea para prevenir el suicidio, en el que deja recomendaciones para atender estos casos.
Antes de empezar el contacto con la persona que intenta suicidarse, la OMS recomienda nunca suponer que las ideas o gestos suicidas son llamadas de atención inofensivos o simulaciones para fines específicos. Luego de despejar la zona, el rescatista debería tener en cuenta el espacio físico. Se recomienda no acercarse demasiado ni muy pronto, y evitar los movimientos repentinos, o intentar tocar a la persona o introducir otra persona a la escena.
Cualquier movimiento, mal interpretado por la persona que intenta suicidarse, puede desatar el peor final. El rescatista que tiene contacto con la persona también debería expresar interés y aceptación, y evitar dar consejos, sermonear, intentar resolver problemas o decirle específicamente que “se olvide de eso”. Se recomienda también que se estimule un diálogo fluido, nunca dejar solo al individuo potencialmente suicida y asegurar que la familia se comprometa a apoyar a la persona que ha intentado suicidarse.
En el caso del reciente suicidio de la mujer en Miraflores, quien se disparó cuando se quedó sola en la patrulla, los policías la estaban llevando a su casa. Para el exdirector del Hospital Víctor Larco Herrera, Edgar Miraval, fue un error haber llevado a la mujer a su domicilio. «Fue una negligencia por falta de información. Una situación de suicidio es una emergencia psiquiátrica, se le lleva a un centro de salud mental para que la internen, es como una persona con apendicitis que tiene que operarse sino se muere. La policía ha tenido una omisión por falta de conocimiento», explicó el doctor Miraval.