Después de la renuncia forzada de Alfredo Draxl como director del colegio Liceo Naval Almirante Guise, nuevos testimonios respaldan el cuestionamiento por la entrada del exsodálite a esta institución educativa pese a acusaciones de abuso.
Redacción Wayka
Cuando se difundió que el exsodálite Alfredo Draxl era director del Liceo Naval Almirante Guise, los reclamos de padres y madres de familia no se hicieron esperar. Después de todo, sobre él pesan acusaciones de abuso físico y psicológico contra menores que actualmente son investigadas por el Congreso de la República.
Así, el sábado 23 de marzo el Ministerio de Educación y Ministerio de Defensa anunciaron que el exsodálite había sido retirado del cargo. Poco después, un comunicado emitido por la Marina de Guerra, entidad que administra el Liceo Almirante Guise, confirmó que Draxl había renunciado.
En este mismo documento, se afirmaba que para la contratación de Draxl “se evaluaron capacidades profesionales, trayectoria laboral, así como referencias de los centros educativos donde laboró en los últimos años”.
Ahora, un informe de la periodista Paola Ugaz para La República revela nuevos datos sobre la trayectoria de Draxl como director del colegio San Pedro, institución sodálite que él ayudó a fundar y donde laboró hasta el 2015.
Obediencia y bullying
Giselle Reátegui, cuyos dos hijos estudiaron en el colegio San Pedro, es abogada y fue parte del Movimiento de Vida Cristiana. Es la primera vez que da su testimonio.
“Cuando mi hijo estaba en primer grado, me obligaron a llevarlo a un psicólogo católico que ellos recomendaban, donde me obligaron a medicarlo. Mi hijo parecía un zombi con la medicación”, cuenta.
Era una condición para que su hijo siguiera en el colegio y también ella tuvo que medicarse. Todos los padres eran tratados bajo el principal mandamiento sodálite: la obediencia. “El que obedece nunca se equivoca”, es lo que les repetían siempre.

Giselle Reátegui afirmó, además, que Draxl negó que hubiera bullying en el colegio. El exdirector del colegio San Pedro habría dicho también que no se debía permitir una investigación por parte del ministerio. “Nos hacían repetir en los grupos de oración que hablar mal del colegio era pecado”, explicó.
El modelo Sodalicio en las escuelas
La Red de Colegios Sodálites está formada por los colegios San Pedro y Villa Caritas, Nuestra Señora de la Reconciliación, San Juan Apóstol y Santa María de Chincha.
San Pedro abrió sus puertas en 1997 y Alfredo Draxl formó parte del equipo que lo fundó. Giselle cuenta que en la institución había muchos sodálites como consejeros.
Además, que un cuadro de Luis Fernando Figari –fundador del Sodalicio, encontrado culpable de abusos sexuales– al lado de Juan Pablo II se exhibía en el colegio y que se repartían estampitas de Germán Doig, también acusado por abusos sexuales, en grupos de formación para madres.
La estrategia de intimidación aplicada con los estudiantes, se extendía a los padres.
«La encargada del área Matrimonio y Familia del colegio San Pedro y Villa Caritas me hizo sentir muy mal. Resaltó lo peor de cada uno. Me hizo mierda y lloré tres días seguidos. Eso fue lo que más me dolió. Eran matones mentales«, narró Giselle Reátegui.
Las acusaciones contra Draxl
Este año, de acuerdo al informe de la periodista Paola Ugaz, un padre de familia del Liceo Naval Almirante Guise se acercó a Walter Ravinez, director del área de Bienestar Social del colegio, para conversar sobre el nombramiento de Draxl. La respuesta que recibió fue que «pasó todos los exámenes y no tenía denuncia alguna».
Ernesto Martínez, otro padre de familia, declaró: “El almirante Ravinez nos pide pruebas. ¿Qué pruebas le vamos a dar? ¿No es su trabajo acaso velar por el bien de nuestros niños?”.
Las principales acusaciones contra Alfredo Draxl están basadas en el testimonio de José Enrique Escardó, ex miembro del Sodalicio durante su adolescencia. Uno de los episodios más graves en su denuncia es que Draxl le puso una cuchilla suiza en el cuello, con la orden «¡empuja, maricón!», en el periodo que Escardó pasó en la comunidad San Aelred.
Draxl declaró sobre estos hechos ante la comisión investigadora que preside el congresista Alberto De Belaúnde. No negó esa situación, pero se defendió diciendo que «es la circunstancia de un juego y ahora me parece una estupidez, de mi parte una cuestión irresponsable, pero no es una circunstancia de violencia o de amenaza de ninguna manera».
Ante las acusaciones de Escardó, como de haberlo hecho dormir en las escaleras o sobre las tablas de la cama, respondió que «uno lo concebía como una preparación, no como un castigo» y que el objetivo era enseñarles a «superar la incomodidad».