El sistema sanitario en el país sigue teniendo serios cuestionamientos. El Perú ha registrado el mayor número de contagios de dengue en los últimos 5 años, se ha emitido una alerta epidemiológica por nueva variante de la viruela del mono y la ciudadanía no tiene disponible medicinas para tratar sus afecciones. Este problema no es nuevo, pero se sigue perpetuando con la presencia del ministro de Salud Cesar Vásquez, quien ha sido criticado por el nuevo proceso de Serums que no garantiza la calidad de profesionales que serían enviados a zonas rurales del país.  

La pandemia de la COVID-19 declarada en 2020 no hizo más que mostrar las ineficiencias de salud que tenían muchos países, entre ellos el Perú. Se esperaba que luego de las lecciones aprendidas, con miles de muertos y personas que aún sufren secuelas físicas y mentales, el sistema sanitario se fortaleciera y esté preparado para próximas alertas de este tipo. Pero el Perú sigue repitiendo errores. 

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud declaró la viruela del mono como una emergencia sanitaria mundial. En nuestro país, con un total de 77 casos hasta el momento, se hizo lo propio y el Minsa emitió una alerta epidemiológica por la nueva variante de la mpox. Sin embargo, pacientes con VIH, más vulnerables a contraer esta enfermedad, han denunciado que los centros de salud no cuentan con vacunas, que previenen llegar a fases graves de la viruela del mono.  

“Hay varias limitaciones, sobre todo, porque las vacunas son multidosis y se debía esperar juntar a cinco; luego, la falta de control para recibir la segunda dosis. Además, de los 20 fallecidos por mpox en 2022, la mayor parte vivían con VIH, por lo que solicitamos al Minsa que garantice la entrega de tratamientos sin cambio de esquemas, para que la persona se mantenga en estado serológico indetectable y no tenga complicaciones”, sostiene Marlon Castillo, coordinador del observatorio en VIH Givar.

Otra enfermedad que preocupa en demasía a la ciudadanía es el dengue. Las cifras son alarmantes y no dejan de aumentar. A inicios de este año, más del 83% del Perú fue declarado en emergencia sanitaria debido a que no solo los contagios, sino las muertes se multiplicaron. Como si de una competencia a la ineficiencia se tratara, cada año se rompe el récord de personas infectadas con dengue, una situación que debería encender las alarmas. 

  • En 2020 se registraron 25 mil 237 casos
  • En 2021 se registraron poco más de 29 mil
  • En 2022 se registraron 48 mil 644 (67,7% más que en 2021)
  • En 2023 217 mil 839 (un 347,8% más que en 2022)
  • Hasta agosto de 2024, se van registrando 260 mil 159 (19,4% más que en 2023).

Las estadísticas revelan que 7 de cada 10 personas se contagiaron de dengue este año. De estas, 242 fallecieron. Esta enfermedad, transmitida por la picadura de un mosquito aedes aegypti infectado, es conocida por su rápida propagación, sobre todo en zonas tropicales y subtropicales.

De las 10 regiones más afectadas en el Perú, dos cuentan con menos del 50% de abastecimiento de medicamentos para distintas enfermedades, de acuerdo a datos de Sismed: Loreto (45%) y San Martín (39,8%). Es decir, la ciudadanía que se atiende en establecimientos del Minsa de estas regiones deben de comprar las medicinas que les recetan en centros particulares, en vez de que el Estado garantice la salud pública. 

Aunque el Ministerio de Salud, dirigido por César Vásquez niega el desabastecimiento, la misma ciudadanía que se atiende a diario denuncia esta precaria situación. Pacientes, colegios profesionales y otras organizaciones de la sociedad civil han alzado su voz de protesta en un comunicado en conjunto. 

Señalan que aproximadamente 120 medicamentos han sido reportados como desabastecidos en los establecimientos públicos de salud, entre ellos medicamentos para la influenza, la insulina NPH (para la diabetes), dolutegravir y tenofovir (para el VIH), salbutamol (para el asma y otras afecciones respiratorias), entre otros. La falta de medicinas esenciales subsidiadas por el Ministerio de Salud pone en riesgo la vida de miles de personas, sobre todo quienes tienen menos recursos económicos. 

Pero no solo ello es lo que pone en alerta el sistema sanitario, sino también la calidad de profesionales de la salud que están próximos a ingresar a los centros de atención de primer nivel, como las postas médicas. 

La nueva prueba para el Serums 2024-II, impulsada por el ministro de Salud César Vásquez para el 1 de septiembre, ha sido rechazada por el Colegio Médico del Perú y las facultades de Medicina más importantes del país. ¿La razón? A menos de 15 días, se desconoce quiénes elaborarán esta evaluación, para lo cual el Minsa convocó a profesionales de universidades no licenciadas por Sunedu. 

En este proceso del Serums no se ha considerado el Examen Nacional de Medicina (ENAM), que consistía en el 70% del puntaje que obtenían los profesionales y aseguraba una preparación mínima en diferentes aspectos médicos. 

Detrás de esta propuesta se encontraría el odontólogo Yener López, quien se reunió con César Vásquez antes de la promulgación del nuevo plan de Serums. López desaprobó dos veces el ENAM. Asimismo, se ha cuestionado la afiliación del ministro de Salud al partido de César Acuña, dueño y fundador de la Universidad César Vallejo, institución que genera una gran cantidad de egresados en medicina que están desaprobados en el examen prerrequisito para el Serums hasta hace poco.

Con un sistema de salud pública tan frágil, medidas como estas nos ponen en una situación de peligro inminente ante próximas contingencias. No es un problema nuevo. No inicia ni termina con el actual ministro César Vásquez. Esta crisis estructural funciona con la venia de altos directivos y vulnera los derechos de la ciudadanía en general, con mayor énfasis en quienes tienen menos recursos.