Cuarto Poder encontró un documento policial que se pensaba perdido. Contiene parte del pasado del juez supremo César Hinostroza Pariachi, hoy presunto líder de la organización “Los Cuellos Blancos del Puerto”, de acuerdo con las primeras conclusiones de la Fiscalía.
Fue elaborado hace cinco años por un equipo de la división especializada en lavado de activos –DIVILA-, que investigaba el patrimonio del juez Hinostroza luego de que algunas denuncias periodísticas dieron cuenta de que el magistrado era propietario en Miami, Estados Unidos, de un inmueble que no había reportado en su calidad de funcionario público peruano.
La policía logró en pocas semanas acopiar información sobre los inmuebles, los viajes, los movimientos, la actividad abogadil y judicial del juez, y la ocupación laboral de su esposa. Los hallazgos debieron ser un insumo importante para el fiscal que investigaba al vocal superior.
Pero ocurrió lo contrario. La fiscalía no tomó en cuenta el trabajo policial, y terminó archivando el caso. En enero del 2014, el fiscal provincial a cargo del caso repitió lo que un año antes había hecho el entonces fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, quien por las casas de Miami también abrió investigaciones por enriquecimiento ilícito, pero al final archivó.
La Fiscalía acogió la explicación de Hinostroza sin mayor contrastación: que él sólo era propietario de una primera casa; pero no de la segunda. Ésta sólo la había comprado su esposa, sin su conocimiento. Archivaron todo.
Hoy, la Procuraduría de Lavado de Activos desempolvó el expediente archivado por la Fiscalía cinco años atrás y lo revisaron. Llegaron a la conclusión de que la investigación contra Hinostroza fue deficiente, el 16 de agosto pidió a la Fiscalía de la Nación reabrir el caso.
Pero al expediente que obra en los archivos de la Procuraduría contra el Lavado de Activos le faltaba una pieza clave: el parte policial. La Fiscalía tampoco lo remitió al despacho de la Procuraduría. Cuarto Poder recuperó una copia de la pieza perdida.
Entre los años 2011 y 2013, la revista Caretas, el diario El Comercio y el semanario Hildebrandt en sus Trece revelaron la existencia de los inmuebles del condado de Miami Dade, en Miami, Estados Unidos. Eran dos casas con un valor de US$ 180,900 la primera y US$ 323,800 la segunda.
La primera casa fue revelada en el 2011, y tras las primeras noticias, quien era Fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, abrió caso contra Hinostroza, pero éste interpuso un hábeas corpus contra ella y contra la investigación, y el caso se frenó. Al poco tiempo de asumir, el sucesor de Echaíz, José Peláez Bardales, mandó todo al archivo.
El año siguiente, cuando Hinostroza postulaba para ser fiscal supremo, se publicó la historia de la segunda casa. Un inmueble adquirido en US$ 323,800 por Gloria Elisa Gutiérrez Chapa, la esposa de Hinostroza.
La Fiscalía de la Nación tuvo que abrir una nueva investigación por enriquecimiento ilícito, y la 38 Fiscalía Provincial Penal de Lima hizo lo propio por lavado de activos. En ambas instancias, y también en la OCMA, que dispuso investigar el hecho, Hinostroza argumentó que nunca supo que su propia esposa, Gloria Gutiérrez Chapa, había comprado la casa de más de 300 mil dólares, pues el año de la adquisición, 2005, ellos estaban separados. Aseguró que solo cuando se reconciliaron él se enteró de todo. Sus investigadores le creyeron. Hinostroza sostiene que su esposa perdió este inmueble por falta de pago.
Así, logró que en octubre del 2012 Peláez le archive por vez definitiva el caso por enriquecimiento. Unas semanas antes, en setiembre, el fiscal provincial Carlos Juárez Muñoz, de la 38 Fiscalía Penal de Lima, había dispuesto investigaciones por lavado de activos; y en julio del 2013, el mismo fiscal le pidió a la División de Lavado de Activos de la Policía que rastreen. Apenas ocurrió esto, Hinostroza Pariachi le exigió al fiscal provincial que cierre la investigación porque ya Peláez había archivado el asunto, y le advirtió: “de continuar la investigación se estaría avalando una infracción a la Constitución y la vulneración de mis derechos fundamentales, prescribiendo la Carta Magna que nadie debe obediencia a mandatos inconstitucionales, bajo responsabilidad”. También le dijo que “ningún fiscal de inferior jerarquía puede contradecir al Fiscal de la Nación”.
La Divila pudo obtener interesantes pistas que el fiscal no tomó en cuenta, pues al final, reiteramos, archivó el tema. Por ejemplo, a las dos casas ya conocidas, incluyó dos más, en la misma zona South West, de Miami Beach. Según la Divila, eran cuatro los inmuebles. Cuarto Poder sólo pudo ubicar el tercer supuesto nuevo inmueble, más no el cuarto. El juez Hinostroza asegura que él solo posee una casa allí, la que compró en los años 90, y que no posee más.
Hasta hoy domingo pedimos al Ministerio del Interior y a la Dirección General de la Policía tomar contacto con el policía que dirigió la investigación, pero nuestro pedido no fue acogido.
Hay otros dos hechos del archivamiento que llaman la atención.
El primero es que el delito fuente considerado para probar el lavado de dinero es el peculado. Pero la esposa de Hinostroza no era funcionaria pública, por lo tanto, era prácticamente imposible probarle tal hecho.
Y lo segundo es que la investigación se limitó al período 2001 al 2005, no obstante que en el 2008, después de la adquisición de las casas de Miami, los esposos compraron un inmueble en Surco que después traspasaron a una de sus hijas.
El 13 de febrero pasado Hinostroza le pidió al entonces fiscal de la Nación, Gonzalo Chávarry, una constancia que acreditara que las investigaciones en su contra fueron archivadas.
La Procuraduría contra el Lavado de Activos ha pedido que este caso sea reabierto e investigado nuevamente.
Inmuebles:
1989: casa de Baca Flor 116, Pueblo Libre, vendida por US$ 400,000 en el 2015.
2003: casa en 15840 South West 146 Terrace, Miami, por US$ 180,000.
2008: departamento de 131 m2 y dos cocheras, por US$ 67,130, en Manuel Olguín, Surco. En el 2013 fue traspasada por anticipo de herencia a su hija Sandra Hinostroza Gutiérrez.
2016: casa de dos pisos en la calle Boulevard, San Borja, por US$ 491,000 pagados al contado. Sólo lo adquiere Gloria Gutiérrez Chapa, ex esposa, por separación de bienes.