Sus hermanos dicen que aprendió el liderazgo de su madre. Sus compañeros de escuela lo conocían como ‘Pacha’ por su aspecto fornido y cuentan que siempre los defendía y ayudaba. Era contador e hincha de Cienciano. Quienes lo conocieron recuerdan su lucha por el pueblo de Anta en Cusco.

Por Jair Sarmiento y la colaboración de Wilson Chilo

“Me estoy muriendo, carajo…”, fueron las últimas palabras de Jlinner Remo Candia Guevara (42), mientras era socorrido por sus compañeros. El 11 de enero, un disparo de proyectil de arma de fuego impactó en su tórax. Remo participaba de las protestas que piden la renuncia de Dina Boluarte, el adelanto de elecciones, cierre del Congreso y una Asamblea Constituyente.

La represión policial acabó con la vida del presidente de la comunidad campesina Anansaya Urinsaya Ccollana en Anta, una de las trece provincias de Cusco. Era contador público, estaba casado y tenía tres hijos de 7, 10 y 18 años.

Algunos ciudadanos relataron a los familiares de Remo que el día de su muerte, en los edificios de la Alameda Pachacútec habían francotiradores. Periodistas cusqueños también señalaron que se dispararon bombas lacrimógenas desde zonas altas.

Sus compañeros y familiares dicen que se sienten orgullosos de él. Lo recuerdan como una persona centrada con convicción, empática, que ayudaba al prójimo y además, que hablaba sin titubear y exigía lo que su pueblo necesitaba. Un líder desde pequeño.

Dirigentes y parientes de Remo señalan que tenía esa sangre de héroe social y revolucionario por su abuelo y tíos, quienes era íntimos compañeros del exguerrillero y líder campesino, Hugo Blanco ya que juntos participaron en el inicio de las rebeliones campesinas de La Convención.

LÍDER ANTEÑO

Rómulo y José Candia Guevara, hermanos de Remo, señalan que los tres aprendieron el liderazgo de su madre. “Mi madre hizo obras de bien, obras sociales, apoyando al prójimo y por eso a nosotros nos nace. Somos comuneros netos”, señala Rómulo.

Remo era el hermano menor de la familia y el año pasado asumió el cargo de presidente de la Federación Campesina de Anta. “Ha tenido compromiso con su Anta, muchas veces olvidado y discriminado, él decía, algún día haremos algo por nuestra tierra”, agrega su hermano.

Sus amigos y compañeros más cercanos también coinciden que Remo era un luchador genuino. Alain Cuba menciona que sus dotes de liderazgo y gestor lo convirtieron en presidente de su pueblo. “Hizo gestiones en favor de su comunidad (un proyecto de vías y de irrigación, un parque infantil, etc.), Anansaya Urinsaya Ccollana, la más grande de Anta”. 

Jorge Prado, quien vive fuera del Perú, comenta que semanas antes de que lo asesinaran, conversaron sobre las protestas en el país. “Me dijo que estaba siendo parte de la organización para machar por el pueblo de Anta, era un líder político social”, añade.

ANÉCDOTAS DE COMPAÑERISMO

Remo o ‘Pacha’ —como lo conocían sus compañeros de clase por su gran estatura y cuerpo fornido— estudió en el Colegio Nacional de Ciencias, centro educativo emblemático de Cusco. Fue parte de la promoción 99 junto a casi 500 escolares y compañeros de varias secciones.

José Farfán y Jhonatan Quispe recuerdan que en la escuela eran muy bajitos y Remo, siempre los defendía y los apoyaba en lo que necesitaban. Incluso una vez actuó como inca para un documental.

«En educación física nos hacían ir por ahí, y yo no podía, y le pedía que me cargue, y así fue, me llevó en su espalda. Como si nada, ni Optimus Prime pudo subir”, dice Jhonatan Quispe.

Asimismo, recuerda que Remo traía mazorcas al colegio y las compartía. “Era un trabajador del campo, incluso siendo profesional trabajaba la tierra como buen campesino”, añade.

EL ÚLTIMO ADIÓS

Edgar, quien conocía a Remo como ‘Maquisapa’ —por tener las manos grandes—, recuerda cuando esperaban al recreo para comer un ‘ciencianito’, una comida de 50 céntimos hecha a base de fideo tostado con atún, papitas cuadradas y zanahorias. En aquellos ratos fueron forjando su amistad.

Ya de adultos, el líder anteño y sus compañeros tenían una costumbre de hacer una romería a todos los compañeros fallecidos en el cementerio general de La Almudena.

José recuerda que una vez le preguntó a Remo: “¿Qué pasa si nos toca a nosotros? ¿A dónde te vamos a visitar?”. El dirigente campesino le respondió: “Pucha, si yo muero por mi Anta, vendrán pues, a Anta, seguro les va a ser complicado, pero tienen que venir”.

El jueves 12 de enero, al ritmo del sacsampillo, danza guerrera, el féretro de Remo fue cargado por familiares, amigos y conocidos de la provincia de Anta. Se le rindió homenaje en el centro histórico de Cusco.

Jhonatan tuvo el honor de dar las últimas palabras en el colegio. “Era lo poco que podía hacer, por él, siempre nos enseñó la humildad, sencillez, que no tenías que venir de un lugar adinerado para ser buena persona”, señala.

Sus compañeros aseguran que el asesinato de Remo no fue casualidad. “Ya lo tenían siguiendo, se han enfocado en nuestro amigo, eso debe quedar claro”, comenta Alain. Otro de sus colegas señalan que esto “no es un hecho aislado, asesinar a dirigentes campesinos viene desde la época de Alberto Fujimori”, agrega Jorge.

LA REBELDÍA TAMBIÉN ES ALEGRÍA

Jlinner Remo así como era un dirigente y líder para encausar las demandas de su pueblo, también encabezaba las fiestas costumbristas. Sobre todo la de la festividad de la Virgen Inmaculada Concepción de Anta.

Sus compañeros de aula recuerdan que también lideraba el Warachicuy, una fiesta que celebraron al culminar el colegio.

Y así como la política despierta pasiones, también el fútbol. Alain Cuba recuerda que a veces compartían asiento en el estadio de Cusco. “Era un hincha acérrimo del Cienciano”, agrega y recuerda cuando Remo revaloró el campo deportivo de su comunidad al firmar un convenio con dicho club deportivo para que sus futbolistas puedan usarlo para sus prácticas y entrenamientos. El dirigente campesino era admirador de los ‘locos’ Ernesto Zapata y Mauricio Martínez.

Anta es una provincia ganadera, pero también agricultora, una de las actividades menos recompensadas a nivel económico. Este lugar también tiene lugar en la memoria colectiva peruana, ya que aquí ocurrieron las primeras denuncias de esterilizaciones forzadas durante la dictadura fujimorista de los 90.

Hoy, sábado 14 de enero, anteños y anteñas despidieron a Remo en la plaza mayor de Anta. «Que no solamente sea la memoria por un día, por una semana, por un año, porque eso sería traición a Remo Candia Guevara. Que esta partida y esta pérdida de nuestro hermano quede en la historia como legado para cada uno de nosotros», dijo un asistente al sepelio.

Los familiares y compañeros de escuela del dirigente anteño exigen justicia y añaden que no descansarán hasta que haya una sanción para el Gobierno de Dina Boluarte y para la Policía y Fuerzas Armadas.