Redacción Wayka
El embarazo no solo afecta la vida de las adolescentes, también acarrea repercusiones a los Estados, que pierden $2.8 billones al no solucionar esta problemática, según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), realizado en Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay.
El informe muestra que no prevenir el embarazo adolescente frena el desarrollo económico nacional. Esto debido a que el embarazo adolescente está asociado con una mayor probabilidad de abandonar los estudios, y una menor probabilidad de continuar la escuela secundaria.
Al no culminar los estudios básicos, las adolescentes, de adultas, tendrán menos posibilidades de conseguir un empleo con buenas condiciones laborales. Además, el asumir el rol de la crianza de los hijos impide que participen activamente en el mercado laboral.
Esta falta de participación femenina en el mercado formal de trabajo repercute directamente en una pérdida de recaudación fiscal para los Estados, debido a la ausencia de contribuciones derivadas de la actividad laboral.
El análisis del UNFPA identificó que los Estados dejan de percibir $123.55 por cada mujer que fue madre en la adolescencia. A esto se suma los gastos en el sector salud. El gasto público en la asistencia médica de los embarazos adolescentes es mayor que en mujeres adultas.
Además, las mujeres que tuvieron hijos durante la adolescencia son más propensas a participar en los programas sociales y a depender de los ingresos de la asistencia social, debido a los ingresos propios bajos y la necesidad de cuidar a sus hijos.
Las adolescentes que asumen una maternidad temprana tienen cuatro veces más posibilidades de sufrir violencia por parte de su familia o pareja, ya que se refuerzan los roles tradicionales de género y prolonga situaciones de dependencia.
En Perú, el índice de embarazo adolescente se ha mantenido en 13% desde hace diez años, al menos en data oficial. En 2019, fueron 50 mil adolescentes entre 15 y 19 años que tuvieron partos.