Redacción Wayka

Tiemblan los sacerdotes de la Iglesia Católica acusados de cometer delitos sexuales contra menores de edad. Y es que el Papa Francisco dispuso abolir el secreto pontificio que impedía que las autoridades locales accedan a las actas de los procesos canónicos para conocer los detalles de las denuncias contra los curas.

La consigna del Papa Francisco, transmitida en un comunicado oficial del Vaticano, parece marcar distancia de la complicidad sobre los curas acusados de pederastia. “No puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada ni a los testigos”.    

Con la finalidad de colaborar con la justicia y terminar con el silencio cómplice, la anulación del secreto pontificio que ha protegido a los sacerdotes de sanciones penales y civiles hasta hoy, permitirá que las autoridades fiscales y judiciales conozcan los detalles de los casos de pornografía infantil, violación sexual y tocamientos indebidos a menores de edad al interior de la Iglesia Católica.

En concreto, la disposición del Papa Francisco se refiere a los delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo: “obligar a alguien, con violencia o amenaza o mediante abuso de autoridad, a realizar o sufrir actos sexuales; realizar actos sexuales con un menor o con una persona vulnerable; producir, exhibir, poseer o distribuir, incluso por vía telemática, material pornográfica infantil, así como recluir o inducir a un menor o a una persona vulnerable a participar en exhibiciones pornográficas”.

La medida también permitirá dar a conocer qué las autoridades canónicas que intervinieron en los procesos de la Iglesia Católica para proteger a los curas acusados de pedofilia u obstruir las investigaciones internas.