Por Nicol León

Doce partidos políticos no reconocen los derechos de la población LGTBIQ+ en sus propuestas de gobierno.

Se trata de Acción Popular, el APRA, Democracia Directa, Perú Libre, Perú Patria Segura, Renovación Popular, Somos Perú, Avanza País, Alianza Para el Progreso, Frente Esperanza, Podemos Perú y Unión Por el Perú.

De todos los candidatos presidenciales que lideran estas organizaciones políticas, siete ya lograron la inscripción.

«Es muy peligroso que los partidos no tengan ninguna propuesta y no solamente propuesta, sino que no reconozcan que existe esta población, que es vulnerada. Las estadísticas indican que la cantidad de violencia que sufrimos o la cantidad de discriminación laboral, familiar y en el espacio público es real», comentó Alexandra Hernández, integrante del colectivo Más Igualdad.

El partido Renacimiento Unido Nacional propone enfrentar «la destrucción del núcleo familiar como célula básica de la sociedad», mediante la defensa y protección solo de las familias compuestas por un hombre y una mujer con fines de «procreación».

«Sabemos políticamente qué significa cuando alguien dice que defiende la familia, sabemos que ese discurso está completamente relacionado a la negación la existencia de personas LGTBIQ+ y también de negarles sus derechos. Sabemos que políticamente un partido que se enuncia como tal, está diciendo en realidad que va a permitir la discriminación y la violencia contra las personas LGTBIQ+, que va a permitir que incluso se fomente eso», explicó.

Otros tres partidos políticos (Fuerza Popular, Partido Popular Cristiano y Partido Nacionalista) solo se refieren a esta población como «vulnerable», mas no proponen nada para solucionar sus demandas.

Algo similar se lee en el plan de gobierno del Partido Morado, pues solo mencionan que se debe erradicar la discriminación contra la población LGTBIQ+, pero no fundamentan cómo lo lograrán.

Precisamente, esa es la demanda más urgente para estas personas, quienes también exigen una ley que reconozca la identidad de género y de matrimonio igualitario.

«Otra de las grandes demandas que recién hemos empezado a hablar en los 2 últimos años es prohibir las terapias de conversión, que en nuestro país lamentablemente todavía existen desde iglesias, malos profesionales de salud, que hacen esas prácticas con la población LGTBIQ, principalmente en niños y adolescentes, cuyas familias someten a prácticas violentas», afirmó la activista.