Escribe Pedro Francke
Dentro de cinco años, el 2022, un 76 por ciento de la población urbana de China será clase media (con ingresos entre US$9,000 y US$34,000 al año) según un estudio de la consultora McKinsey & Company. Es decir, 550 millones de chinos serán clase media, una cifra largamente superior a toda la población de los Estados Unidos, que es el tercer país más poblado del mundo.
Un 54 por ciento de estos van a ser clase media-alta, con ingresos superiores a US$ 16,000 al año, lo que suma 300 millones de personas, es decir, casi diez Perú. Estamos hablando de ingreso per cápita; es decir, si pensamos en una familia de tres, dos padres y un hijo, equivale a más de 13 mil soles mensuales, suma que permite una vida bastante acomodada y ciertos lujos.
El crecimiento de esta clase media china no pararía allí; en una década más, al 2030, otras 300 millones de personas adicionales se sumarían a la clase media china. La clase media china será más grande que toda la población europea o de Latinoamérica entera. Esto va a tener consecuencias mundiales sobre el consumo y los patrones culturales, y podría significar importantes oportunidades para el Perú.
El explosivo crecimiento de la clase media china en este periodo se debe al nivel de ingresos al que ya han llegado y al ritmo de crecimiento económico que tienen. La clase media china era solo 4 por ciento de su población urbana el año 2 000 y ya hoy es la mayoría. China ha logrado reducir su pobreza a solo 4% según las cifras oficiales y el plan presentado recientemente por su presidente Xi Jinping es eliminar la pobreza al 2020. ¿Por qué es recién ahora, y no antes, que crece tan rápidamente la clase media china? Lo que sucede es que China empezó a crecer desde bien atrás, es decir, de un nivel de ingresos sumamente bajos y una pobreza muy extendida, producto de su desconexión de la revolución industrial europea de los siglos XVIII y XIX y de un siglo largo de muy duras guerras externas e internas ente 1840 y 1950. Por eso aun luego de décadas de crecimiento acelerado en términos de PBI per cápita China está todavía en el puesto 78 a nivel mundial con unos US$ 13,500 anuales, apenas un poco por encima del Perú que tiene 11,000 de PBI per cápita, en dólares PPP (del mismo poder de compra). Gracias a una política económica que ha apostado fuerte a la industrialización y el avance tecnológico, con empresas públicas, crédito dirigido y un tipo de cambio promotor (es decir todo lo que nosotros no hacemos), China ha crecido fuerte y tiene las perspectivas de seguir creciendo apostando por la robótica y la energía solar, con lo que los ingresos de su gente y su clase media seguiría creciendo.
Esta clase media china es, además, de una nueva generación, más segura de sí misma, más consumidora, occidentalizada y con uso intensivo de Internet. Una empresa china de alquiler de bicicletas en ciudades por horas usando apps e celular tiene más de 100 millones de usuarios registrados. Mientras en occidente Amazon conquista mercados, en oriente hay una empresa china Alibabá de magnitud similar, que también hace pagos electrónicos.
Los turistas chinos en todo el mundo van a aumentar en más de 70 millones entre el 2006 y el 2020. Esto puede tener un gran impacto sobre el Perú, adonde este año se estima que el número de turistas chinos que llegue será de apenas 50 mil. Si solo el uno por ciento de la clase media china visitara el Perú, dentro de cinco años serían más de 5 millones visitantes anuales, casi el doble del número total de turistas de todo el mundo que recibimos ahora.
El Perú tiene algunas fortalezas para atraer turistas chinos: tenemos una colonia de descendientes chinos con 150 años en nuestro país, con lazos que hacen que haya seguido la inmigración china por décadas, algo que no existe de la misma manera en otros países latinoamericanos. Han dejado su mayor marca en nuestra cultura con los chifas que se ven por doquier. Hay colegios chinos, periódico en chino y una enseñanza de la lengua, lo que hace más fácil atender a los turistas que puedan venir.
¿Estamos actuando para aprovechar esa oportunidad? Creo que no. Todavía el abrir nuevos destinos turísticos se hace muy lentamente y no hay vuelos comerciales para ir a Chachapoyas y Kuélap, por ejemplo. No estamos pensando en este nuevo y enorme mercado de turistas chinos. Ojo que camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.