Alan no cambia. Nunca cambió.

La historia de Alan García es como un pésimo poema en el que arde Roma o el Perú, mientras él recita monólogos de extensión colosal.

Hacer un memorex siempre es bueno para entender al personaje, en este caso un expresidente cuyos dos gobiernos han estado plagados de denuncias, pero a la vez de archivos, prescripciones y muchos amigos encargados de defenderlo o ‘limpiarlo’.

‘ALANADAS’

Si analizamos el discurso de Alan lo primero que se evidencia es esa tendencia que en el argot de la prensa ya es bastante conocido “La escopeta de dos cañones”. Sus últimos tuits lo pintan de cuerpo entero:

“Nos allanamos para que nadie piense que ocultamos algo. Y para mí no es una sanción estar 18 meses en mi patria y apoyar al Aprismo”.

“A todo el país le digo que tengo en paz mi conciencia. Ni me vendí ni nada pedí. Creo en la historia y en la gloria del aprismo que es mi única riqueza”.

Acto seguido se esconde en la residencia del embajador uruguayo Carlos Barros. Allí espera el momento de la fuga.

Ya en las investigaciones de su primer gobierno, sus discursos eran hipnotizantes y engañosos a tal punto de ser elegido para un segundo gobierno después de uno primero con inflación histórica. El exministro y exsenador Pedro Cateriano en su libro ‘El caso García’ menciona las características así: “Con aplomo y elocuencia, pero sobre todo con cauto dramatismo, encontraba el verdadero tono para persuadir, no importaba si complicando, simulando o fantaseando. Siempre conseguía la impresión de estar diciendo la verdad. Las exageraciones e inexactitudes, los embustes, las faltas a la verdad no le alteraban un solo músculo de la cara…”.

Y si hablamos de personalidad encontraremos también la famosa ‘patadita’ que le propinó a un ciudadano en una marcha por ponerse delante de él, o la cachetada a un joven colaborador de EsSalud que le gritó “¡corrupto!” y que trató de negar sin éxito o el último exabrupto “¡Demuéstrenlo, pues, imbéciles!”.

“FAENONES”

En 1985 cuando estaba en su primer año de gobierno y tenía sueldo de parlamentario y apenas declaraba una casa y un reloj en su declaración jurada, se le abrió una investigación por una casa en Chacarilla que compró –según su testimonio- por 99 mil dólares, pero luego los rastreos indicaban que la casa no pudo costar menos de 170 mil. ¿Y cómo consiguió los 99 mil que él señalaba? Pago de conferencia de la FAO, organización que atiende el hambre mundial. Es curioso que ya en esos años, fueran las conferencias parte de los ingresos de García. Tal como hoy, en la investigación de la Fiscalía de Lavado de Activos en el marco del megacaso Lava Jato, se le sigue el rastro de 100 mil dólares provenientes de la Caja 2, la caja de donde Odebrecht pagaba las coimas, según explica José Domingo Pérez en audiencia. En ese marco, investiga al expresidente Alan García por los presuntos delitos de lavado de activos y colusión agravada.

Fernando Olivera, Lourdes Flores, Pedro Cateriano en comisión investigadora primer gobierno de Alan

Así, las sospechas de sobornos, o mejor dicho, de coimas recibidas no son nuevas, es más son más de 30 años de ‘Alanadas’. Sin olvidarnos de casos no resueltos como ‘El Frontón’ y Petroaudios que el mismo exministro aprista Rómulo León llamaba «faenones».

Y en esos años ya se hablaba también de presunto enriquecimiento ilícito cuando se fueron descubriendo sus casas y sus ingresos. Primero la casa de Chacarilla, luego la de la playa Naplo, la casa en España, la de Miraflores con un valor de 830 mil dólares, hoy convertida en un búnker. Y, si hablamos de pagos, hasta el mismo Alan García dijo que pagó de su bolsillo unos 35 mil dólares como parte de la construcción del Cristo del Pacífico que donó Odebrecht. El costo total se estimó en 835 mil dólares. Su instalación que se realizó en una zona considerada intangible se realizó en tiempo récord de un mes y fue exonerada de impuestos y aranceles mediante Resolución Ministerial N° 112-2011-PCM/OAA18 del 4 de abril de 2011.

Y no olvidemos qué pasó con las investigaciones de la Megacomisión. El informe final recomendaba al Ministerio Público continuar investigación por la presunta comisión de enriquecimiento ilícito, asociación ilícita para delinquir y lavado de activos no solo de los funcionarios públicos sino también de parientes, socios y apoderados.

Luego, Alan presentó recursos, amparos, anulaciones. El Poder Judicial anuló denuncias de la Megacomisión contra Alan García por los «Narcoindultos». Invetsigaciones periodísticas revelaron que el juez fue Jesús Manuel Soller quien tenía 3 hermanos inscritos en el Partido Aprista. Alan fue padrino de promoción del juez. Soller había postulado a diputado, congresista y regidor por el Apra. En ninguna elección ha resultado electo.

Después, el Tribunal Constitucional declaró infundada queja de Procuraduría del Congreso para que se revoque fallo que anuló denuncias contra García por los casos Narcoindultos, Business Track, colegios emblemáticos, el aeródromo de Collique y Agua para Todos. El titular del Quinto Juzgado Constitucional de Lima, Hugo Velásquez Zavaleta, aceptó la acción de amparo presentada por el exmandatario Alan García Pérez, anulando todo lo investigado por la Megacomisión desde el 8 de marzo del 2013. Alan invalidó declaraciones que podrían hundirlo. En setiembre de este año dicho juez fue vinculado con el exjuez chalaco Walter Ríos, integrante de ‘Los cuellos blancos del Puerto’ ordenando aportes a jueces supremos.

Una vez más se ha burlado de la justicia. Alan García es un escapista entrenado. Siempre sacando la vuelta a la ley.