En estos días se estrena en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), el documental Brujas de la cineasta peruana Carmen Rojas Gamarra, que se adentra en los backstage de los conciertos o tocadas de diversas bandas punks feministas de España, para ahondar en sus motivaciones y gritos contra el patriarcado.
Brujas se desarrolla de modo simple: cantantes y músicas frente a la cámara contando y mostrando cómo las recibe y se insertan en la escena hardcore masculina, con sus ritos y pogos. La cineasta elige el formato de la entrevista y la visita a algunos escenarios, para mostrar sobre todo las performances, y describir el interior de este mundo pleno de canciones que reclaman más libertad y acciones sin etiquetas sociales.
Bandas como Violeta Vil, Meconio, Las Odio o Troika son fuente de emociones, donde letras tipo: “A las brujas no las quemaron por malas, las quemaron por inteligentes, por rebeldes, por libres, por practicar abortos, porque se resistieron a ser violadas…”, cobran la dimensión del manifiesto, mientras los riff del punk o el hardcore se convierten en los latidos que marcan el ritmo y la furia.
Carmen Rosa Gamarra realizó este documental sobre mujeres durante una estancia estudiantil en España. Recupera algunos motivos que se inspiran en el movimiento feminista Riot Grrrl que surgió en Washington hace más de veinte años, que mezcló música, militancia y activismo. Los fantasmas de una banda como Bikini Kill y su líder, Kathleen Hanna, son marca de inspiración, pero en tiempos y contextos distintos, donde algunos estamentos feministas parecen más una marca de moda que una convicción. Gamarra capta la ambivalencia social en este punto, sobre todo porque la naturaleza “punkeke” parece solo un disfraz, o al menos eso parece sacar a la luz al final de cuentas el documental.
Brujas se hermana con proyectos similares en la región que relacionan el hardcore con el feminismo, como la serie documental Censuradas (2017) de Andrea Barrajas y dirigida por José Andrés Nieto, sobre las mujeres en el punk de Colombia, que se inspiran a su vez en The punk singer (2013), el film de la estadunidense Sini Anderson. Mujeres retratando mujeres. Marcando distancia, en Colombia hay un film fundamental para la región: Rodrigo D: No futuro de Víctor Gaviria, un referente de cine y punk en América Latina.
Por otro lado, Brujas quizás pudo haberse hecho en el Perú aunque en la actualidad hay una escena poco compacta de mujeres feministas haciendo punk y escasas bandas inspiradas en el Riot Grrrl, sin embargo aún queda la posibilidad de ver recuperadas el espíritu de cantantes que irrumpieron un entorno conservador limeño de los ochenta como la desaparecida Mari T-Ta (nombre artístico de Patricia Roncal), vocalista de la banda Empujón Brutal, y una de las pocas punks peruanas abanderada de la lucha de género y el empoderamiento sexual.
Hay fragmentos de una entrevista a Mari T-Ta en el importante documental en video sobre la escena subte Grito Subterráneo (1987) de Julio Montero, que junto a Lima Explota (2004) de Santiago Herrera, se han convertido en documentos únicos de épocas y sensibilidades.
Hay pocos documentales sobre la escena juvenil peruana, tanto de los ochenta como de la actualidad. Es en las ficciones donde se ha abordado, sobre todo de manera frívola y como pastiche, la posibilidad de la música como oportunidad de liberación social y cuestionamientos a estamentos sociales. No puede ser que en el imaginario popular quede como referencia punkeke el papel que hiciera Christian Meier como Pacho en Ciudad de M, vestido con cuero y cabellos pintados de rubio, como un representante de la estética punk.
La teoría que afirma que el punk nació en Perú con Los Saicos, no ha sido recogida en su espíritu irreverente y de insatisfacción de hombres y mujeres. El documental Saicomanía de Héctor Chávez hace un retrato de la banda y busca responder precisamente la pregunta de que si elpunk nació o no en Perú, pero no hay una intención por recuperar contextos o relacionarlos con otros estadios musicales en el país.
De todas maneras, el documental Brujas de Carmen Rojas Gamarra, a pesar de ser un registro de un contexto ajeno, ofrece una lectura sobre qué viene pasando por la cabeza de las mujeres de la escena, y quizás sea un detonante para que otras cineastas peruanas se inspiren para explorar la escena local, ya que la relación de cine peruano y punk es casi nula.
EN CARTELERA
La cartelera peruana está en uno de sus momentos más flojos, que quizás haga que los espectadores busquen films en plataformas online. En ese panorama poco entusiasta, queda volver a recomendar Un lugar en Silencio, el film de suspenso de John Krasinski, que se ha convertido en un éxito en EE.UU.
Si bien el film comienza con algunos giros o salidas fáciles o predecibles, el film de Krasinski va cobrando interés debido al uso de los silencios y el lenguaje de señas para comunicarse en un mundo gobernado por aliens ciegos y brutales. Si te incomoda que la cartelera esté poblada de películas dobladas, esto no será problema, ya que es un film casi libre de diálogos y por eso obliga a la colocación de subtítulos. Es un film que obliga al silencio, en salas plagadas de ruidos de cancha y demás.