El otro lado de los políticos, ex – presidentes y ex – ministros, corruptos, son los empresarios corruptos, pero no fue solo Odebrecht, ni hay que añadir a la lista solo a las otras constructoras brasileñas. Las grandes constructoras nacionales también estuvieron metidas hasta el cuello; Odebrecht mismo contó como compartía el pago de las coimas con Graña y Montero, con quien está asociada en varias de las grandes megaobras de la corrupción, y hay también el registro de como Graña y Montero y otras socias le dieron a Odebrecht una “compensación” nunca explicada y que todo indica era precisamente la forma de pagar su parte de las coimas.
Las trafas no eran solo donde estaban las brasileñas, había en Perú un “club de la construcción”, que según ha delatado algunos involucrados, se repartían las obras entre ellos, coima de por medio por supuesto para los funcionarios respectivos. La trafa también se daba en buena parte a través de los “arbitrajes” para cobrar cantidades extras a las contratadas, conociéndose que un conocido abogado y dirigente del PPC. Horacio Cánepa, cobró varios millones por “arbitrajes” arreglados, al costo de varios cientos de millones de soles para el fisco con algunos millones yendo a su bolsillo. No era ni es casualidad que varias de estas empresas involucradas en trafas, como KunturWasi por el aeropuerto de Chinchero o por el Gasoducto del Sur, ahora encima tienen la frescura de enjuiciar al estado peruano pidiendo millones de dólares.
Pero el asunto es que, de todos estos, no hay nadie en la cárcel. Los empresarios de 4 constructoras pasaron unas semanitas con prisión preventiva, y ya están libres circulando por donde quieran. No solo eso. Hace unos meses, a fines del gobierno PPK, el MEF de entonces, apoyado los medios empresariales y los comentaristas defensores del modelo económico, sacaron una ley para permitirles que pudieran seguir contratando con el estado. Se dijo que eso era indispensable para que la inversión pública avanzara, pero a varios meses de esa ley, se constata que no era sí, y que las obras públicas pueden avanzar con otros contratistas, como es el caso de las obras para los juegos panamericanos y miles de otras hechas por municipios en todo el país. El resultado ha si más bien que esos corruptazos hoy siguen haciendo obras sobrevaluadas y ganando buenos intereses bajo el mismo esquema de Alianzas público-privadas y arbitrajes que no ha sido modificado sustancialmente,
Hoy, nueva discusión sobre el gran peligro que se cierne sobre la lucha anti-corrupción. Efectivamente, hay que asegurarse que los grandes corruptos, con los distintos gobiernos desde el fujimorismo comprometidos, paguen con cárcel. Pero no debemos olvidar que había otro lado en la ecuación, los que pagaban las coimas y se metían al bolsillo el dinero público cobrando por obras sobrevaluas, a quienes también hay que castigar. Ni tampoco que el mismo esquema de Alianzas Público-Privadas y contratos malos para el estado sigue vigente.