Redacción Wayka
La pandemia por el COVID-19 y las medidas adoptadas por los gobiernos para prevenir su contagio no afecta a todas las personas por igual, dentro de los grupos en situación más vulnerable se encuentran las niñas. Para ellas no solo está presente el riesgo de contraer el virus, también aumenta la probabilidad de sufrir violencia. En Perú, durante el primer mes de estado de emergencia, 56 niñas fueron víctimas de violencia sexual.
ONU Mujeres alertó que, en contextos de emergencia, la cuarentena y la restricción de circulación se configuran como nuevos obstáculos que impiden a las sobrevivientes de violencia denunciar a sus agresores o pedir atención en los servicios de salud.
Por esta situación, más de 130 organizaciones de América Latina, congregadas en la Campaña Regional “Niñas, No Madres”, han exhortado a los Estados a garantizar el acceso a los servicios esenciales de salud, como la anticoncepción oral de emergencia y la interrupción legal del embarazo para víctimas de violaciones sexuales.
“No podemos permitir que la pandemia de la COVID-19 ponga también en peligro la salud y la vida de miles de niñas, particularmente de aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, debido a la violencia sexual y embarazos forzados. (…) Hacemos un llamado a los Estados latinoamericanos para que garanticen las medidas necesarias para la prevención, denuncia y atención de la violencia sexual, así como para el acceso a servicios de salud reproductiva”, señalan el pronunciamiento de la campaña regional.
La violencia sexual, además de impactar en la salud emocional y psicológica de la niña, pone en riesgo su vida si es que la violación tiene como resultado un embarazo. Las niñas menores de 14 años tienen cuatro veces más probabilidades de morir que una mujer adulta durante la gestación.
Además, debido a la violencia sexual y al embarazo forzado, muchas niñas deciden suicidarse. La Organización Mundial de la Salud ha reportado que el suicidio en adolescentes y niñas embarazadas es desproporcionadamente alto. Esta situación se agrava en países con alta estigmatización hacia este tipo de embarazos y donde no hay acceso a métodos anticonceptivos ni servicios legales de aborto.
América Latina es la única región del mundo donde los partos de niñas va en aumento. En nuestro país, solo entre 2015 y 2019, más de cinco mil niñas entre 7 y 14 años, tuvieron partos por violencia sexual.
Ante esta realidad, la campaña “Niñas, No Madres” alerta que los servicios de salud reproductiva y la protección del Estado “no pueden ponerse en pausa justamente en el momento en que las niñas y mujeres más los necesitan”.