Foto: Inppares

Escribe Sofía Carrillo Zegarra. Periodista. INPPARES

En las últimas semanas hemos sido testigos de manifestaciones discriminatorias, encubiertas de derecho a libre opinión, para justificar el rechazo a lo diferente. Seamos más específicos. El Currículo Nacional de Educación Básica aprobado por el Ministerio de Educación en junio del 2016, ha sido –para el sector conservador del país y el extranjero- la justificación “perfecta” para avalar su homofobia, su machismo, su sexismo… es decir, la posibilidad de decir NO a que no aceptan: la obligatoriedad que tiene el Estado peruano de garantizar la igualdad de género entre todas y todas y el combatir en todos los niveles, la discriminación por orientación sexual e identidad de género.

¿En qué momento se transforma la libertad de opinión discriminación? Pues, es bastante fácil detectarlo. El rechazo, la minimización al otro o a la otra por ser diferente e, incluso, el odio;  en este caso en particular a las personas Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI), basados en sus confesiones religiosas o simplemente en la imposibilidad de entender que hay otras formas de vivir, ha sido la consigna de quienes en los últimos días han invadido las calles de distintas partes del país tanto con pancartas, vallas y marchas. La consigna: rechazar a las mujeres, a la comunidad LGTBI. La estrategia: desinformar y apelar a los miedos, prejuicios y tabúes que tiene la mayoría en el país.

SÍ, así de claro. SÍ, así de duro. SÍ, así de discriminador. No es casual, la insistencia de afirmar que lo que se busca en las políticas educativas es imponer una ideología; en este caso en particular la mal llamada “ideología de género”, que simplemente no existe y en ninguna de las páginas del Currículo Nacional de Educación Básica se hace alusión a la misma. Entonces, ¿por qué la insistencia de afirmarlo y no señalar que lo que se plantea es el enfoque de igualdad de género?; esto último sustentado en nuestra normativa nacional (Ley de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres – 2007) y compromisos internacionales asumidos por el Estado peruano, siendo los últimos el Consenso de Montevideo de Población y Desarrollo de América Latina y El Caribe (2013) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015).

Muy fácil, el decir que es una ideología – término que no, necesariamente, es entendido por todas y todos los marchantes y voceros de #ConMisHijosNoTeMetas; tiene la clara intención de desprestigiar y descalificar el Currículo Nacional, pretendiendo señalar que lo que se busca es el “control social”. Pues no, lo que se señala en dicho documento es el enfoque de igualdad de género, que en términos concretos, es el lente mediante el cual se diseñan, implementan y monitorean políticas orientadas a disminuir las brechas de género, que tienen como causa el machismo y el sexismo, imperante en nuestra sociedad.

¿Cómo se manifiestan? Con las cifras de violencia hacia las mujeres que terminan, lamentablemente, en feminicidio; con brechas en ingresos económicos entre mujeres y hombres, donde las primeras son las menos favorecidas; con embarazos adolescentes que se convierten en la transmisión generacional de la pobreza; entre otras situaciones que afectan el desarrollo de proyectos de vida de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

En conclusión, el miedo y la desinformación son las principales armas de los sectores que se oponen a construir una sociedad más justa, con igualdad de género, sin ningún tipo de discriminación. ¿Eso es lo que queremos para nuestro país? Usted tiene la palabra. Por lo pronto, quienes creemos en la igualdad y la no discriminación, seguiremos rechazando este tipo de manifestaciones, por ser una cuestión de derecho y justicia.