Una niña chiclayana víctima de violación sexual entró a labor de parto en un hospital de Lambayeque hace tres meses. El caso está en investigación y su presunto agresor con prisión preventiva. Así como ella, más de cuarenta niñas de la región se convirtieron en madres. ¿Qué hace el embarazo en la salud física y mental de una niña?

Redacción Lambayeque

Andrea* es una niña de 13 años que ingresó al hospital de EsSalud Almanzor Aguinaga Asenjo de Chiclayo con 8 meses de gestación y en plena labor de parto. Su madre tuvo que llevarla por emergencia del hospital, tras afrontar meses de un embarazo forzado en silencio en el distrito de Pátapo en el norte de Perú.

José Alonso Bustamante (40) es el padrastro de Andrea y ella lo señala como su agresor. En el hospital, la menor reveló que desde octubre de 2021 era víctima de violación sexual por parte de Bustamante y que la amenazaba de muerte si confesaba las agresiones. 

Según el acta policial, Andrea fue internada el 3 de julio al promediar el mediodía y fue derivada al área de pediatría, para luego ser trasladada al Centro Obstétrico, ubicado en el cuarto piso del nosocomio.

Hospital de EsSalud Almanzor Aguinaga Asenjo de Chiclayo.

Andrea es una de las niñas lambayecanas que es parte de las 42 menores de 14 años que llevaron embarazos y entraron a labor de parto, según el Ministerio de Salud. Una realidad pone en riesgo la salud física y mental de las niñas en la región.

Pero, ¿qué sucede en el cuerpo y salud mental de una niña como Andrea que no está preparada para el embarazo?

Consultada por Wayka, la doctora chiclayana Jasmín Acosta Puicón explica que una niña que afronta un proceso de gestación presenta cambios fisiológicos como el aumento de su útero, además su ritmo cardiaco y respiratorio se aceleran.

“Estos cambios son de mayor riesgo para una niña, porque su cuerpo empieza a producir en mayor cantidad algunas hormonas para prepararse para la gestación y la lactancia. Los cambios son graduales y permanentes durante todo el embarazo, que suponen un verdadero estado de estrés fisiológico para el organismo de la embarazada”, asegura la doctora. 

Si bien el cuerpo de una mujer en edad fértil experimenta una serie de cambios durante el embarazo, en el caso de una niña como Andrea, la posibilidad de perder la vida significa un riesgo, según Acosta. 

“Algunos de los riesgos del embarazo y parto en niñas incluyen anemia fisiológica, síndrome de dificultad respiratoria, y sangrado excesivo postparto. Además, si el parto es por cesárea, es más grave el riesgo de muerte de la niña o adolescente gestante, y -evidentemente- también del bebé. Una niña o adolescente no tiene desarrollada la pelvis materna, no cuenta con salud óptima para enfrentar los cambios que implica ser madre”, sentencia Acosta. 

Las afectaciones van desde lo físico hacia la salud mental de las niñas. Para explicarlo, Wayka conversó con Diego Portillo, psicólogo social y jefe de proyectos del Instituto Peruano de Paternidad Responsable (Inppares), institución que se ha encargado de acompañar a víctimas de violencia y vulneración de derechos sexuales y reproductivos. 

Portillo señala que las afectaciones en un niña que vive un embarazo son psicosociales. “La ansiedad, depresión, afectación de la autoestima son emociones que definitivamente sentirá una niña o adolescente embarazada, puede mostrarse más tímida y temerosa de tener relaciones interpersonales saludables, así como enfrentar problemas en la escuela, ya sea el abandono del colegio o el bullying. Estamos obligando a una niña a vivir una situación para la que su cuerpo, cerebro y madurez emocional no está preparada», expresa.

En el departamento de Lambayeque, en lo que va de 2022, 42 niñas menores de 14 años han sido madres, según el sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea del Ministerio de Salud. Este registro en línea que es de acceso público, abarca los hospitales públicos y privados a nivel nacional. Las cifras de años anteriores en la región no difieren mucho.

En el 2021 se registraron 49 casos y 35 en el año 2020. Cabe precisar, que dentro de estas cifras también se suman las niñas menores de 10 años, cuyo estado de salud se agrava aún más con el embarazo. A nivel nacional, solo en este año se han registrado dos casos.

ACCESO AL ABORTO TERAPÉUTICO Y EDUCACIÓN SEXUAL

La aplicación del aborto terapéutico es una alternativa para resguardar la vida y salud de las menores víctimas de violación sexual, como señala la Organización Mundial de la Salud. En Perú es legal desde 1924 y su protocolo se aprobó recién en el 2014 con la Guía Técnica Nacional del Ministerio de Salud (Minsa).

En otros países de América Latina se tiene despenalizado el aborto en causales donde el cuerpo de las mujeres y niñas están en grave riesgo. Al respecto, Diego Portilla de Inppares, destaca las experiencias en la región. “Debemos empezar a mirar, como en lo están haciendo otros países de Latinoamérica, la despenalización del aborto. Si no logramos prevenir, debemos apuntar a una atención oportuna, porque de lo contrario estamos obligando a las niñas a ser madres», menciona.

Guía Técnica Nacional del Ministerio de Salud.

Por su parte, Jasmín Acosta, señala la importancia de la educación sexual como prevención. «Es importante la educación sexual para las niñas, niños y adolescentes, pero si la atención preventiva es limitada y no logramos evitar embarazos adolescentes, habría que invertir en definir el riesgo obstétrico, porque las niñas y las adolescentes no están preparadas para ser forzadas a ser madres», precisa.

Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, de enero a agosto del 2022, se han reportado 5392 violaciones en contra de niñas, niños y adolescentes. Frente a esta cifra, Portillo recalca que así como el aborto terapéutico, también es necesario fortalecer la política de Educación Sexual Integral.

“No existe educación sexual integral en las escuelas, para que las niñas, niños y adolescentes aprendan a reconocer que es o no una caricia, que puedan reconocer que están siendo víctimas de algún tipo de violencia sexual, pero sobre todo que aprendan a comunicarlo, que aprendan lenguaje corporal que comunique rechazo a cosas que a ellos no les gusta, orientarlos a tener un pensamiento crítico”, dice Portillo.

INVESTIGAN AGRESIÓN SEXUAL

La obstetra que atendió a Andrea en el hospital llamó a la policía para denunciar la agresión sexual de la menor. Al promediar la tarde, ya se contaba con una acta policial y posteriormente se emitió una orden de captura contra José Bustamante. 

Según las leyes peruanas, el delito de violación sexual en agravio de niñas, niños y adolescentes menores de 14 años debe ser castigado con pena de cadena perpetua, debido a que todavía no han desarrollado su propia personalidad sexual; es decir, no tienen libertad sexual, ya que no disponen aún de la determinación necesaria sobre su vida sexual. 

Andrea contó en cámara Gesell que su agresor ingresaba a su habitación por una de las ventanas de su casa en horas de la madrugada, cuando su madre salía a trabajar. En las diligencias realizadas por la Fiscalía, se ha constatado que la ventana a la que hace referencia le falta la varilla central, y que es lo suficientemente grande para que ingrese una persona. 

El 5 de julio de 2022, luego de dos días del parto de la menor, los efectivos policiales detuvieron a Bustamante en el centro de Pátapo. Para el 8 de julio, el Poder Judicial de Chiclayo, aceptó el pedido de prisión preventiva por el plazo de nueve meses solicitada por el Ministerio Público contra José Alonso Bustamante Muñoz, como presunto autor del delito contra la indemnidad sexual, previsto en el artículo 173° del Código Penal. A pesar de los intentos por deslegitimar el testimonio de la niña de parte de la defensa legal de Bustamante, el 26 de julio la Tercera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque confirmó la medida.

Fuentes de la Defensoría del Pueblo informaron a Wayka que tanto Andrea como el bebé se encuentran bajo la custodia de la familia materna. En estas semanas, la Unidad de Protección Especial (UPE) de la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes (DGNNA) del Ministerio de la Mujer evaluará las condiciones sociales, psicológicas y económicas para determinar que ambos no tengan ninguna situación de riesgo. 

El Estado peruano tiene canales para reportar si somos testigos o víctimas de violencia de género con llamadas gratuitas a la línea 100. Un servicio del Ministerio de la Mujer que atiende las 24 horas del día. También se puede llamar al 105, central telefónica de la Policía Nacional del Perú o a la central del Centro de Emergencia Mujer para asistencia psicológica, legal y social, directamente al (01) 4197260.

*’Andrea’ es un nombre ficticio que se usó para proteger la identidad de la menor.