Por Milton López Tarabochia |

El Perú es uno de los países más vulnerables frente al cambio climático, así es que mientras más se siga emitiendo gases de efecto invernadero por la combustión fósil para generar energía, la afectación climática será mayor en nuestro país, por eso resulta necesario diversificar las fuentes de energía en el mundo con énfasis en las energías renovables no convencionales, conocidas como “limpias”, dijo en entrevista el exviceministro de Energía del Perú, Pedro Gamio.

“Si bien el Perú no es uno de los principales países emisores de gases de efecto invernadero en la Tierra – solo genera hasta 0.4% del total – , sí se encuentra entre las naciones más afectadas por el cambio climático”, precisó el exviceministro.

De acuerdo al informe 2013 de WWF llamado ‘Mythbusters: acabando con los mitos sobre energías renovables’, “cuadruplicar el consumo actual de energía renovable para el año 2035 (en el mundo) podría evitar hasta el 23% de la reducción de las emisiones de CO2 necesaria para estar encaminados hacia el objetivo 2 °C (dos grados centígrados de temperatura mundial)”, meta que ratificó el Perú en el Acuerdo de París, junto a otros 195 países, durante la COP21 en el 2015 en Francia.

Según Gamio, las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, y que a la vez son las fuentes de energía nacional, son de naturaleza fósil como los hidrocarburos (el petróleo, por ejemplo). Al otro lado, están las energías renovables convencionales y las no convencionales.

Mientras que en las primeras encontramos a la energía producida por represas, hidroeléctricas y el gas natural, las energías renovables no convencionales reúnen a la energía solar, cuya versión más popular es generada por paneles solares (fotovoltaica); la eólica (por acción del viento); la geotérmica (que usa la energía subterránea); y la bioenergía (basada en el uso de la agricultura sostenible como la madera seca).

Sin embargo, en Perú aún estamos muy lejos de desarrollar al 100% todo nuestro potencial energético de manera “limpia”.

¿Cuánto se ha avanzado hasta el momento?

De acuerdo a Isabel Calle, directora del Programa de Política y Gestión Ambiental de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y el exviceministro Pedro Gamio los avances normativos en materia de promoción y ejecución de las energías renovables en Perú son limitados. “El paso más grande que hemos dado fue en el 2008 con el marco de promoción de las energías renovables bajo la promulgación del decreto legislativo 1002, el cual impulsó la inversión privada en esta materia. Gracias a ello se llegó a generar energía fotovoltaica para 2 000 hogares rurales”, detalló Gamio.

Isabel Calle, investigadora principal del Programa de Política y Gestión Ambiental (SPDA)

Luego del decreto 1002, Isabel Calle de la SPDA recordó que en el 2010 se elaboró la Política Nacional Energética la cual establecía que para el 2040 el Perú debería haber terminado de diversificar su matriz energética al 100%. “Como verás, es complicado alcanzar dicho compromiso. Más aún si en 2015 se promulgó el decreto legislativo 1221 con el fin de promover el uso de paneles solares de manera personal o para integrarlos a la red eléctrica nacional, pero hasta ahora no ha sido reglamentado, es decir, no se ha detallado cómo se procederá a ejecutarlo. Aún permanece congelado ese decreto”, precisó.

“Desde el 2008 no hay un avance sustancial en materia legal que impulse las energías renovables en el Perú. El próximo año, el 2018, habrán pasado diez años desde la promulgación del decreto 1002 y solo hemos alcanzado el 4% en diversificación energética, mientras que países vecinos como Chile ya están por el 19%”, alertó Pedro Gamio.

Además, el exviceministro de Energía dijo que el lento proceso hacia el uso de energías renovables no convencionales de manera total se debe a los lobbies que presionan al Estado para que no se emitan leyes que promuevan otro tipo de energía, salvo las fósiles. “Por los diferentes lobbies y la falta de información en los tomadores de decisiones no se realizan políticas públicas que superen los cinco años de un Gobierno y se continúe sin descanso en la diversificación energética”, acotó.

Los beneficios son múltiples

Si bien el beneficio principal del uso de las energías renovables no convencionales o limpias para el Perú y el mundo es la mitigación del cambio climático mediante la retención de carbono, no es el único bien que otorga. Para Pedro Gamio el uso de energías renovables no convencionales también disminuye el índice de conflictos socioambientales, ya que al desarrollar actividades que no vulneran tierras comunales o indígenas, se descartan futuros enfrentamientos.

En el informe de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo del Perú se precisa que de los 168 conflictos sociales existentes en dicho país, con datos actualizados a setiembre del 2017, 119 son de carácter socioambiental, y de estos conflictos, las actividades productivas vinculadas con hidrocarburos son 18, mientras que con el sector energético son 10, de esta manera ambos sectores ocupan el segundo y el tercer lugar en la lista de conflictos socioambientales, respectivamente. “El promover energías limpias haría decrecer de manera considerable los conflictos socioambientales relacionados a hidrocarburos y energía”, afirmó Gamio.

Reporte de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo hasta setiembre del 2017

Por otro lado, de acuerdo al presentación “Economía mundial y cambio climático” de Pedro Gamio, Perú ocupa el segundo lugar, luego de Haití, como el país con más población sin acceso a la electricidad en América Latina y El Caribe.

Ante la falta de cobertura de energía eléctrica, de manera especial en zonas rurales y amazónicas, especificó Isabel Calle de la SPDA, la promoción de energías limpias ayudaría mucho en reducir esta brecha de acceso a la energía eléctrica. “En especial se podrían desarrollar los paneles solares en las zonas alejadas de las grandes ciudades en el Perú. Con este tipo de artefactos se prescinde de extensos cableados o instalaciones de torres de alta tensión en zonas agrestes o donde el clima no es propicio para su construcción”, explicó.

Si bien es importante el incremento de proyectos que sigan apostando por las energías limpias, advirtió Calle, la diversificación energética no se logrará de la noche a la mañana. “Ahí hay dos tipos de energías convencionales que ayudarán en lo que llamamos la transición energética. Están las hidroeléctricas y el gas natural. Es cierto que ambas tienen impactos ambientales, pero ayudarán a saltarnos de la energía fósil a la limpia de manera total”.

Según el “Documento de política: acceso universal a energía y tecnologías renovables” de Pedro Gamio, cada año está decreciendo la producción convencional de barriles de petróleo, de acuerdo a información de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), lo que indica la caída cada vez más cercana del crudo como la materia prima por excelencia en la generación de energía mundial.

Acuerdos internacionales comprometen al Perú

El Perú está comprometido con los países firmantes del Acuerdo de París a disminuir hasta el 2030 el 30% de sus emisiones totales de gases de efecto invernadero, de acuerdo a información de sus contribuciones nacionales que fijó en el Pacto de Varsovia durante la COP19, y que precisó en la COP21 en París. “De ese 30%, el 20% es no condicionado, es decir, obligatorio. El 10% restante está condicionado a la inversión privada y la cooperación internacional”, detalló Calle de la SPDA.

En 2015 también el Perú junto al resto de países de Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, la cual incluye los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible. El número 7 es el que se refiere a Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos. En especial, Naciones Unidas especifica que al 2030 se debe “aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas”.

Lo poco o lo mucho que se ejecute para el desarrollo de las energías limpias en el Perú y el mundo, advierte Gamio, será para la supervivencia del ser humano. “La naturaleza se defiende sola, si seguimos emitiendo los gases de efecto invernadero mediante los combustibles fósiles y así se rebase la capacidad de retención de carbono por los mares y los bosques, quien estará en peligro no es la Tierra, sino la humanidad”.