Redacción Wayka

La pandemia no solo ha  visibilizado la importancia de los servicios públicos y del papel del Estado en su gestión, sino también la relavancia  del agua para la vida como la conocemos. Sin embargo, ¿tenemos políticas para proteger nuestros recursos hídricos?, ¿es posible la inversión minera con protección ambiental?. En el marco del foro público  “Alternativas al desarrollo y protección de los recursos hídricos”, especialistas en la materia plantearon recomendaciones para mejorar la gestión del agua. 

Ana María Leyva, representante de CooperAción, enfatizó la importancia de producir información sobre la situación del agua, pues sin ella no se podrá tomar decisiones coherentes con la realidad. “No tenemos estudios técnicos serios, solo se hacen estimaciones” expresó la especialista. 

Se criticó también el enfoque vertical de las políticas de gestión del agua. Dicha característica limita la participación de actores importantes que no son considerados por instancias gubernamentales al momento de diseñar una política. Finalmente, se recomendó fortalecer el sistema de gestión hidráulica, comenzando por desconcentrar el poder de decisión  de la Autoridad Nacional del Agua (ANA).  

Por su lado, Ruth Preciado, especialista en gestión de recursos hídricos, apunta que más del  80% de los conflictos sociales están relacionados con la gestión del  agua. 

Para Leyva, las cabeceras de cuenca son territorios en disputa, pues, la mayoría de los proyectos mineros se encuentran en estas zonas, que al mismo tiempo, están habitadas por la población más pobre del país. 

Para tomar mejores decisiones respecto de su gestión, se debería considerar el agua como un recurso finito y preciado, al mismo tiempo, reconocer la importancia de la participación de los actores locales al momento del diseño de las políticas públicas. Así mismo, reconocer las diferentes valoraciones que tiene el agua.

Al respecto, Walter Pereda representante de AMAS, recomienda reformular algunas  resoluciones jefaturales como la número 202 – 2010 de la ANA, ya que,  clasifica todos los cuerpos de agua como categoría 3. Esto significa que el agua que nace en las cuencas hidráulicas y que recorre miles de kilómetros hasta el mar se encuentra contaminada en su totalidad. Lo definido en esta resolución debe ser modificado pues  la contaminación es diferente en cada parte de las cuencas. Inclusive, hay muchas zonas donde el agua puede ser utilizada para consumo sin realizar procedimientos complicados. 

Pereda concluye que mientras esta resolución no sea modificada se continuará invisibilizando los derechos de acceso al agua de las poblaciones que viven cerca de las cuencas.