Redacción Wayka

Susana Helfer, exviceministra de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación, se pronunció en defensa de los textos escolares que han sido atacados desde la sentencia del Poder Judicial a favor de la implementación del enfoque de género en las escuelas.

Como se recuerda, el pasado 3 de abril, el Poder Judicial declaró nula la demanda que el colectivo Padres en Acción interpuso contra el Currículo Escolar.

Cinco días después, la Comisión de Educación del Congreso citó a la nueva ministra de Educación, Flor Pablo, para que absuelva dudas de los congresistas opositores al enfoque de género sobre los textos escolares. Durante su presentación en la Comisión de Educación, los congresistas fujimoristas compararon a los textos escolares con «pornografía infantil».

En ese marco, Susana Helfer, emitió el siguiente comunicado:

Me mantuve en espera de aclaración sobre los textos escolares, pero hoy es necesario pronunciarme para aquellos a los que les debo todo lo que aprendí en mis más de cuarenta años en educación. Para mis estudiantes de secundaria y de la universidad, para mis colegas, para los cientos de docentes y directivos de Fe y Alegría y de muchas otras instituciones que tuve la suerte de acompañar en sus procesos de formación continua, para los estimados profesionales con los que trabajé estos últimos diez meses en el MINEDU; para mi familia, amigos y también para toda la comunidad que siempre merece el respeto de que le hablen con la verdad.

– Lo primero que hay que decir es que DPCC (Desarrollo personal, cívica y ciudadanía) es probablemente el área más enriquecedora del currículo. Desarrolla competencias y contenidos orientados a la formación de la autoestima, valores personales y ciudadanos en los estudiantes. Lamento mucho no haber escuchado nada en este sentido ni de parte de las autoridades, ni de aquellos comprometidos con el CNEB. La formación en sexualidad integral es apenas uno de los seis capítulos del texto y abarca solo 31 páginas de las 218 que contiene el texto de tercero de secundaria.  

Lo segundo, es asegurarles que los textos de DPCC no son un instrumento malévolo creado para deformar a los adolescentes. Llama la atención la ligereza con que algunas personas se expresan en contra o a favor de los textos sin haberlos revisado. Se afirma que “En el libro dice…”, “el texto contiene…”, pero lo cierto es que el texto no dice ni contiene nada de lo que se le acusa en el desarrollo de los contenidos. En la página 82 del libro de 3ro. de secundaria se parafrasea una definición (que no está cuestionada) de otro texto y tal como corresponde ética y académicamente se pone referencia de la fuente, el famoso link.  No se invita a entrar, no se pide acudir a ella para ampliar información ni nada parecido. Los que leemos sabemos que las citas vinculan en lo específico de su contenido, no con la integralidad del texto que se cita, y concretamente como argumento para el concepto o idea que se desarrolla con su ayuda. Igualmente se cuestiona contenidos de la bibliografía, no de los propios textos de DPCC.

Aún así, si el estudiante copiara el link señalado en una computadora y lo abriera, la fuente remite a información genérica. Las definiciones sobre prácticas sexuales que tanto se han publicitado figuran en páginas posteriores de la fuente, NO EN EL TEXTO ESCOLAR.  Periodistas y especialistas que lo han verificado indican que son definiciones informativas, no de índole pornográfico. La discusión se da en torno a la información de la fuente, si esta es información adecuada o inadecuada para adolescentes de 15 años, es una discusión especulativa al margen del libro escolar.  En este punto mi extrañeza, como ciudadana, es sobre la restricción de acceso a un portal público; varios padres me dicen que quieren entrar al link para corroborar lo inadecuado de la información, pero ya no está disponible, no solo para los estudiantes sino para nadie.

Sin duda hay mucha desinformación de interesados y de autoridades. Estos textos se empezaron en 2016, encontramos una primera versión, los sometimos a consulta en mesas de trabajo con distintos actores, les hicimos mejoras. Enviamos la última versión a la Comisión de Educación del Congreso y al CNE. No recibimos comentarios de respuesta.

¿Son perfectos los textos? Seguro que no. Sé que los hicieron equipos de especialistas de distintas disciplinas contratados, con el seguimiento de técnicos del ministerio. Dudo de malas intenciones, pero eso lo dirán las investigaciones. Después del escándalo generado, la investigación seria se abre como derecho para los que hoy se sindican como responsables de faltas administrativas y penales.  

El Ministerio de educación ha manifestado estar tomando acciones. Ha señalado diez responsables separados, acusación formal ante el órgano de control, comisión de alto nivel. Por transparencia sería conveniente contar con información oficial, con documentos y pruebas sobre las acciones tomadas y los delitos que se imputan.  

Respecto de mi salida del ministerio, es de conocimiento que presenté mi carta de renuncia inmediatamente hubo cambio de gestión por razones ajenas a este asunto, como también lo hicieron otros funcionarios. Esperemos por el bien de la educación que todo se aclare pronto.