Maestros que violentan: Casos de violencia sexual en colegios ascienden a 8400 en Perú [Testimonios]

Las instituciones educativas en el Perú han dejado de ser los espacios seguros donde escolares acuden a obtener conocimientos. Se han convertido en lugares en los que profesores y demás personal utiliza su cargo para abusar sexualmente de los estudiantes. Más que cifras, son vidas de niñas, niños y adolescentes que han sido y siguen siendo afectadas. Estas son algunas de las indignantes historias.

Por Johana Perleche

“Mira sus senos, sus nalgas. Está bien formadita. Ni siquiera parece de su edad”, eran los comentarios que grupos de profesores pronunciaban cuando se reunían en los recreos. Alicia*, de 11 años, y sus amigas los escuchaban. Toda la secundaria lo hizo. 

Los comentarios dejaron de ser palabras para convertirse en acciones. Miradas libidinosas a menores de edad, sonrisas directas, búsqueda de contacto físico a como dé lugar. Si sus compañeras se habían dado cuenta de lo que sucedía, ¿cómo es que personas adultas no lo hacían?, se preguntaba la escolar. 

No era algo subjetivo. A Alicia un profesor le comenzó a comprar golosinas en el recreo. Otro incluso quiso darle dinero sin motivo aparente. Al inicio ella aceptó. Su inocencia no le hizo dudar de las intenciones de quienes ella veía como modelos a seguir. Los profesores aprovechaban esa confianza para acercarse más a la menor. Cuando preguntaba algo en clase, acudían a su sitio, le tocaban los hombros y se agachaban para contestarle. 

Esta situación le incomodaba y pese a que ella apartaba las manos de sus maestros, ellos seguían. Tomaban las negativas como un juego. Acudían a su aula incluso si no era su horario. La mandaban llamar para que les ayude a repartir cuadernos. Buscaban cualquier excusa que les permitiera estar en contacto con la escolar. Es decir, era constantemente acosada sexualmente por esos adultos que abusaban de su posición de jerarquía.

Alicia, por desconocimiento o temor, nunca denunció lo ocurrido. Ella fue testigo de cómo un señor que trabajaba como personal de limpieza había abusado de una niña de primaria en el baño de la escuela. El sujeto estuvo en la cárcel por lo ocurrido, pero años después volvió a trabajar en el mismo colegio como si nada hubiese pasado. Si esto había sucedido con el personal de limpieza, ¿cómo pretender que un maestro, cuyo orden de jerarquía en la institución era mayor, fuera castigado?

Lima es la región en la que se han registrado más reportes de casos de violencia sexual (1984) en instituciones educativas a nivel nacional. Del total de 1984 casos reportados en la capital, 59% fueron por tocamientos indebidos y otros actos de agresión sexual. 

En todo el Perú la cifra asciende a 8467 escolares que han reportado violencia sexual entre octubre de 2013 a mayo de 2024, de acuerdo al portal “Sí se ve” del Ministerio de Educación. El 13% de estos estudiantes sufrieron violaciones sexuales.

Sin embargo, casos como el de Alicia no forman parte de esta estadística. Muchas infancias y adolescencias temen reportar a los adultos agresores, por lo que se estima que en realidad la cifra sea mucho mayor.

El silencio cómplice y las trabas en la denuncia

Brenda*, de la comunidad shipibo de Ucayali, ayudaba a su madre a vender comida en un colegio cercano a donde vivían. Cuenta que los profesores del lugar hablaban en castellano para que no se sepa lo que decían. Ella, sin embargo, los entendía. 

También los adultos escuchaban cómo se referían a las escolares de manera sexual. “Varios de allí eran testigos y nadie decía nada, nadie hacía nada”, relata.

Un día, observó cómo un profesor de 52 años, que dictaba clases en quinto de primaria, se acercaba a su hermana de 16 años. La menor, que se caracterizaba por ser callada y no sabía leer ni escribir, no contó nada. Tiempo después, Brenda se enteró que este profesor había abusado sexualmente de su hermana. No solo eso, sino que había “hecho un arreglo” con sus padres en el que prometía hacerse cargo de ella si quedaba embarazada. 

Al conocer los hechos, Brenda acudió a realizar la denuncia. Lo primero que le consultaron fue si pertenecía a un pueblo originario. “Le pregunto ¿por qué me preguntas eso? Porque si es de un pueblo original entonces es natural”, le dijeron. 

Estas declaraciones volvieron a la mente Brenda cuando el actual ministro de Educación, Morgan Quero, calificó como “prácticas culturales” las violaciones sexuales a escolares awajún, prácticamente haciendo apología a la violación a menores. “No existe, en territorio peruano, ninguna comunidad nativa donde la violación sexual sea una práctica cultural. Eso es un delito, y en consecuencia, debe ser juzgado y debe ser penado”, resalta Silvana Bedoya, socióloga de la colectiva feminista amazónica Sani Sacha. 

Agrega que, normalizar la violencia sexual quita responsabilidad no solo al agresor, sino también al Estado. “Estas declaraciones deslindan de absoluta responsabilidad al Estado, quienes antes de pensar que esto pueda o no ser una práctica cultural, deberían de asumir la responsabilidad de la protección de los derechos de los menores que están en una situación de absoluta vulnerabilidad dentro de las comunidades”, manifiesta la socióloga.

Brenda, por su parte, insistió para que el caso de su hermana no quede impune. La denuncia continúa en curso. En Ucayali, se han presentado 321 reportes de abuso sexual, de los cuales 35 fueron violaciones a menores por parte de docentes. 

El portal “Sí se ve” del Minedu revela que son las regiones del norte del país las más afectadas. Después de Lima, Piura es la que presenta más casos de violencia sexual contra escolares por parte de profesores y otro personal institucional. En el centro del Perú, Junín es donde se concentran el mayor número de denuncias (480).

Maestros de todos los niveles educativos involucrados

Esto no solo pasa en colegios regulares. Claudia*, de 18 años, acudió al CEBA (Centro de Educación Básica Alternativa) para culminar sus estudios secundarios. Su profesor de matemáticas, Arévalo Rojas** aprovechó la poca concurrencia de estudiantes los fines de semana para violentarla. 

Según denunció Claudia, cuando ella  ingresó a los servicios higiénicos, su profesor la siguió, la besó a la fuerza y tocó sus partes íntimas. Aterrorizada, salió de los baños y corrió hasta la oficina del director para contarle lo que acababa de ocurrir. ¿La respuesta? “Tranquila, podemos solucionar esto entre nosotros”. 

La adolescente acudió con su madre a realizar la denuncia y publicaron la fotografía del maestro de matemáticas en un periódico. Su denuncia ayudó a que otras compañeras, que habían sido violentadas sexualmente por este maestro de matemáticas, lo denunciaran. Incluso, se presentaron casos de estudiantes universitarias, ya que el sujeto era también docente superior. Su proceso continúa.

Las respuestas para el examen de admisión a cambio de sexo

Cuando Dora* se preparaba en un centro pre universitario, Emmanuel Quispe**, docente de Lengua Española, le prometió pasarle las respuestas del examen de admisión si accedía a estar íntimamente con él. Quispe constantemente le enviaba mensajes de connotación sexual. Pese a que Dora no había consentido este tipo de comunicación y solo atinaba a ignorarlo, este profesor continuaba acosándola. 

Ella esperó a terminar su proceso de preparación para denunciar a este docente. Las autoridades retiraron a Quispe de la institución, aunque el proceso penal continúa. 

Maestros violentadores sexuales en el colegio, la pre y la universidad

No importa el lugar de estudios, tampoco la edad. Fiorella* tenía 17 años cuando su profesor de la Universidad Intercultural de la Amazonía abusó sexualmente de ella. Le había dicho que lo busque porque había desaprobado el curso. Al llegar al lugar en que la citó, él se desvistió y abusó de la menor. 

De acuerdo a la Defensoría del Pueblo, entre 2022 y 2023 fueron separados 375 docentes y otro tipo de personal que trabajaban en las instituciones educativas que supervisaron. Es decir, tomando en cuenta los 3397 casos reportados por el Minedu, apenas en el 11% de ellos hubo separación del agresor.

Las personas que debían velar por la formación e integridad de estudiantes dentro de las aulas se convirtieron en sus abusadores. Los casos de Alicia, Brenda, Claudia y Dora son solo algunos de los miles reportados. ¿Qué está haciendo el Estado peruano para evitar que estas situaciones se repitan y ayudar a las víctimas de su indiferencia y negligencia?

*Los nombres de las estudiantes han sido cambiados para proteger su identidad. 

** A pedido de las víctimas, se ha puesto nombres ejemplificadores en el caso de los profesores agresores. Esto para evitar que el proceso penal que siguen tenga deficiencias.

Canales de emergencia

Si eres o has sido víctima de violencia sexual en tu centro educativo, puedes enviar tu reporte en el portal siseve.pe, del Ministerio de Educación. Otros canales de ayuda a los que te puedes comunicar son:

Vía telefónica:

  • Línea gratuita de asesoría legal del Ministerio Público: 0800-00-205
  • Línea gratuita de orientación y soporte emocional del Centro de
    Emergencia Mujer (CEM): 100

Vía web:

  • Entrar a la página web del Ministerio Público: www.mpfn.gob.pe. Dar clic a la pestaña “DENUNCIA WEB”

Entradas relacionadas