La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo otorgó el Premio Nobel en Medicina a los científicos Jeffrey C. Hall, Michaek Rosbah y Michael W. Young por ayudar a descubrir cómo funciona el reloj biológico o «ritmo circadiano».

El sueño, la alimentación, la presión arterial o los niveles hormonales están regulados por relojes internos que nos ayudan a adaptarnos a los cambios de nuestro entorno, como los ciclos de luz y oscuridad.

En 1984, lograron identificar un gen que bautizaron como «period» que era clave para controlar adecuadamente los ritmos biológicos. A través de experimentos con moscas de la fruta, los tres científicos descubrieron cómo plantas, animales y humanos adaptan su reloj biológico para que esté sincronizado con la rotación de la Tierra.

«Pudieron introducirse en nuestro reloj biológico y esclarecer su funcionamiento interno. Sus descubrimientos explican cómo las plantas, los animales y los seres humanos adaptan su ritmo biológico para que se sincronice con las revoluciones de la Tierra», precisó el jurado.

Jeffrey C. Hall, Michaek Rosbah y Michael W. Young fueron premiados con una medalla de oro y un diploma para cada uno, y 8 millones de coronas suecas.