Una reciente investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) reveló los nexos offshore de la organización católica los Legionarios de Cristo que logró amasar millones de dólares gracias a sus negocios situados en diversos paraísos fiscales, creados con la ayuda de la firma de abogados Appleby.

La agrupación católica creada en México fue fundada por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, acusado de abusar sexualmente de decenas de novicios durante más de 50 años. El clérigo era muy cercano al Papa Juan Pablo II, quien autorizó en junio de 1983 las constituciones de la Legión de Cristo.

Durante el mandato del Papa polaco, Maciel, además de ser protegido de las acusaciones de pedofilia, logró estructurar una sólida red de empresas fantasmas en paraísos fiscales del Caribe, controlando así  los millonarios ingresos de una organización tan acaudalada como el mismo Vaticano.

Empresas de fe

Uno de los primeros offshore creados por Maciel fue “The Society for Better Education”, un paraíso fiscal ubicado en las Bermudas, el 28 de julio de 1992. Dos años después, crearía la sociedad “International Volunteer Services”, también en las Bermudas, que le permitió administrar los ingentes ingresos que producían cada mes los cobros de las colegiaturas del imperio educativo que posee la Legión.

De la mano de Appleby, el sacerdote logró librarse de impuestos, pues en las Bermudas el impuesto a las  empresas es de 0% sobre captación de dividendos, como los fideicomisos que también se encuentran exentos. Ambas entidades alimentaban de recursos un fondo fiduciario llamado Ecyph Limited, que se encontraba en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas.

Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo y abusador de decenas de novicios por más de 50 años. Imagen: Catholic Herald.

Durante esos dos años que le llevó a Marcial Maciel crear ambas sociedades en Bermudas, los Legionarios lograron expandir su imperio educativo. En la actualidad los diversos centros educativos de dicha organización católica generan ingresos superiores a los 600 millones de dólares anuales y atienden a 166 mil estudiantes en México, Argentina, Filipinas, Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Italia, España, Estados Unidos, Suiza e Irlanda.

La que les genera más ingresos es la universidad Anáhuac de México, la cual produce 300 millones de dólares al año, una cantidad similar al presupuesto que maneja el Vaticano. En Zurich, los Legionarios de Cristo tienen presencia en la organización Stiftung Semper Altius; mientras que en Montreaux, tienen injerencia dentro del Institut Le Chatelard Les Avants. Hasta enero de este año, el banco suizo Pictet & Cie administró más de 39 millones de dólares del fondo de inversión Integer creado por la agrupación católica en Luxemburgo.

El fondo de inversión Integer Ethical Funds ubicada en Luxemburgo, fue otro de los brazos financieros más importantes de los Legionarios. La empresa manejó, hasta el 2016, 40 millones de dólares y fue creada por uno de los hombres de confianza de Marcial Maciel, el sacerdote Luis Garza Media que fue acusado en octubre del año pasado de haber abusado sexualmente de un menor de edad en los años 90 en el estado de Connecticut en Estados Unidos.

Cúpula de poder

La investigación de ICIJ revela que la estructura financiera creada por Maciel, con ayuda de Appleby, contaba con una sólida red de operadores cercanos al círculo de confianza del líder de los Legionarios de Cristo. Entre sus operadores se encontraban sacerdotes, laicos consagrados y rectores de las universidades vinculadas a la congregación católica. El dinero amasado por esta red de negocios clericales era controlado por el sacerdote líder de la Legión a través de un esquema secreto que solo conocían sus más allegados y que integraban el círculo de poder de la congregación.

Esquema de Appleby que ilustra la red financiera creada por la Legión de Cristo en los principales paraísos fiscales. Imagen: ICIJ.

Los registros de Appleby señalan que el domicilio fiscal de la red offshore establecida en Bermudas y las Islas Vírgenes es Vía Aurelia 677, en Roma, lugar de residencia de la Vicaría General de los legionarios. Quienes poseían el control financiero eran Marcial Maciel y su equipo de colaboradores más fieles. Los documentos evidencian rigurosos protocolos de administración en los que cada cuenta perteneciente a la Legión debía tener la firma mancomunada de por lo menos tres personas, con excepción de las cuentas que él mismo controlaba. Las tres personas firmantes eran del círculo más cercano del sacerdote.

Entre los hombres de confianza de Maciel, destaca el ya mencionado Luis Garza Medina, integrante de una de las familias más acaudaladas de México y fundadoras de Grupo Alfa. Garza fue vicario general de la Legión de Cristo cuando Maciel creó la red de empresas de paraísos fiscales y es considerado el “cerebro” financiero de la congregación religiosa.

Otro sacerdote allegado a Maciel fue Álvaro Corcuera Martínez del Río, quien ejerció como presidente del Consejo de Administración de la red de empresas ubicadas en México. Corcuera sucedió a Maciel en el cargo de dirección general de la Legión de Cristo que este último fue obligado a retirarse del sacerdocio debido a los abusos sexuales cometidos contra novicios.

Criminal con sotana

Cuando el Papa Benedicto XVI asumió el mando de la Iglesia Católica en 2005, tras la muerte de Juan Pablo II, por fin se inició una investigación contra Marcial Maciel y la Legión de Cristo por las numerosas denuncias de abuso sexual contra el líder de la congregación. En noviembre de 2006 el Sumo Pontífice ordenó a Maciel retirarse del sacerdocio luego de comprobar que las acusaciones de violencia sexual eran ciertas y comprobar que, además de los abusos, el sacerdote había seducido a dos mujeres con las que tuvo tres hijos.

Papa Juan Pablo II bendiciendo a Marcial Maciel. Imagen: AP.

La investigación al cura pederasta continuó incluso después de su muerte en 2008. Dos años después de su deceso, la comisión investigadora de obispos entregó al Papa el informe final de las indagaciones. La conclusión fue que Maciel había llevado una vida criminal y que era culpable de todos los cargos imputados.

Luego del informe, Benedicto XVI ordenó la intervención de la Legión de Cristo y mediante un decreto emitido en 2010 otorgó la administración de la congregación al cardenal Velasio de Paolis hasta concluir con el proceso de limpieza y renovación que concluyó el 2014, según informa el reportaje de ICIJ.