Por Álvaro Meneses

La tormenta de irregularidades y daños arqueológicos alrededor del Hotel Sheraton de Cusco entra a su etapa definitoria. La Corte Superior de Justicia de esa ciudad decidirá sobre la demolición de la construcción en el Centro Histórico de Cusco y la restitución de los andenes destruidos.

Desde el Poder Judicial, las posturas de los magistrados frente al caso han sido diversas desde sus inicios. La Comisión de Juristas de Cusco inició un proceso de amparo que ordene la demolición del Hotel Sheraton y la reparación del patrimonio dañado, que generó una primera sentencia que si bien reconoce los daños al Centro Histórico, la resolución priorizó la construcción por la “inversión económica”.

Para el expresidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, Alberto Martorell, zanja que el argumento de ese primer fallo es una falacia total. Esos lugares generan economía porque son lo que son, auténticos, por su antigüedad y su cultura. Creen que metiendo más infraestructura, aunque sea destruyendo el atractivo, van a venir más turistas. Cuando la gente perciba que ese movimiento económico genera daños, dejarán de ir. Es económicamente negativo”, explica Martorell a Wayka.

Posteriormente, las posturas de los magistrados se mostraron así: un juez que sostiene que “no se puede proteger el patrimonio cultural en la vía constitucional; dos jueces a favor de la inversión económica” que traería el Hotel Sheraton, dos jueces a favor de la demolición de la construcción y restitución de los andenes prehispánicos, y un nuevo juez que mañana definiría el caso con su voto.

Como se recuerda, el caso del Hotel Sheraton construido sobre muros incaicos llegó hasta el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO. El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios advirtió que Cusco podría perder su calificación de patrimonio de la humanidad y entraría en la lista de patrimonio mundial en peligro, si se continúa con la construcción del hotel.

Para Alberto Martorell, la reparación de los muros prehispánicos sería solo simbólica. “La reposición de los muros, en términos prácticos, es imposible de hacer. Hay una construcción que supera todos los parámetros permitidos de construcción en la zona, como volumen, altura, profundidad de pisos, violan todos los principios de construcción”, argumentó.

Irregularidades a la vista

Luego de que en enero de este año, el Ministerio de Cultura, entonces a cargo de Rogers Valencia, anulara una multa de 4 millones 605 mil soles a una de las inmobiliarias a cargo de la construcción del Hotel Sheraton, se comenzaron a conocer una serie de irregularidades alrededor del proyecto.

Como lo reveló este portal, la esposa de un exasesor de confianza de Rogers Valencia trabajó para  R&G y Corrales Ingenieros SRL, las dos inmobiliarias que construían el hotel. Se trata de la arqueóloga Gloria Choque Centeno, esposa de Ernesto García Calderón, quien fue asesor de Rogers Valencia cuando ejercía como viceministro de Turismo en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.

En 2016, la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa denunció a Gloria Choque Centeno y a otros ocho funcionarios de la inmobiliaria R&G por los daños generados al Centro Histórico de Cusco.

Wayka también puso en evidencia que el abogado Ruffo Gaona Moreno asesoró en privado a la inmobiliaria Corrales Ingenieros SRL en el proceso legal de la compra del terreno donde se construiría el hotel y envió cartas a favor de la constructora R&G SAC, cuando fue gerente del gobierno regional de Cusco y luego asesor en la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura de Cusco.

Posteriormente, Ruffo Gaona fue inhabilitado por la Contraloría General de la República para ejercer cargos públicos a raíz de de que la Fiscalía lo investiga por colusión agravada y negociación incompatible en la remodelación del Hospital Antonio Lorena de Cusco, obra por la que OAS confesó haber pagado sobornos.