Escribe Kely Alfaro Montoya

En la Amazonía Norte, se localiza la extracción de petróleo más antigua de nuestro país. En 47 años de actividad existen más de dos mil puntos verificados con pasivos ambientales que ha afectado directa e indirectamente a cerca de 100 comunidades; una población que supera las 20 mil personas(1), afectación que impacta directamente en su seguridad alimentaria.

En un estudio realizado en base a 82 encuestas a jefes y jefas de hogar (alcanzando así aproximadamente a 486 personas) de cuatro comunidades de las cuencas del río Corrientes y río Pastaza, en el año 2014, analicé la estructura del consumo proveniente del salario y de la provisión de bienes o recursos naturales de su territorio(2)El consumo de las familias encuestadas reflejó una fuerte dependencia de su territorio. Los valores de uso de los recursos naturales suponen como mínimo el 66% de la canasta familiar de consumo mensual; es decir dejar de “usar” la naturaleza les genera una necesidad de salario que duplica la posibilidad de renta promedio generada en un mes.

¿Cómo se divide su consumo? El 78% de las familias utiliza plantas medicinales, de las cuales 8 de cada 10 son silvestres; es decir, no las obtienen de su huerta o chacra, están en el bosque o territorio comunal. El 60% de las familias recolecta hasta 14 productos de provisión directa de la naturaleza (desde frutos hasta soguillas para construcción) y para ello se desplazan entre 2 horas a 3 días dependiendo de lo que necesitan recolectar. El 18% tala, y lo hacen con fines de venta (38%), de autoconstrucción o mejoramiento de vivienda (31%) y construcción de canoas (11%). El 75% de las familias caza (se identificaron 23 especies con valores de uso y solo 14 de ellas con valor de cambio; es decir con mercado), El 84% de las familias pesca y es ésta su principal fuente de alimento diario; alimento con probada contaminación por plomo, cadmio y bario.

Este 11 de Setiembre de 2017, los Apus de las cuatro cuencas están convocando al Estado a firmar compromisos y garantizar la consulta previa. No es para menos, siendo la primera explotación petrolera de nuestro país y que a la actualidad cuenta con más de  dos mil pasivos ambientales reportados que afectan –como hemos visto- directamente su calidad de vida, su bienestar y sobre todo la seguridad alimentaria de más de 100 comunidades unidas no solo desde la cultura a su territorio, sino y sobre todo desde la capacidad de subsistencia.

Afectar su territorio sólo en términos de alimentos significa el 59% de su consumo mensual; es decir de cada 10 alimentos que consumen 6 son directamente provistos por su territorio mediante su trabajo no remunerado; solo 4 provienen del mercado, un mercado que tiene precios elevados por los costos de transporte que supone el desplazamiento en selva.

Las actividades extractivas generan externalidades, que afectan su territorio, su calidad vida, su capacidad de provisión de bienes de consumo y los servicios ambientales relacionados con su hábitat y su cultura.

Por respeto ¡Consulta ya!

*Foto de portada Servindi | Pueblos Indígenas Amazónicos Unidos en Defensa de sus Territorios (PUINAMUDT) | Investigación: “La Valoración Económica de Impactos Ambientales como Herramienta para Contribuir al Diálogo en el Marco de los Conflictos Socioambientales. Casos de Estudios en la Amazonía”. Kely Alfaro. UNI, 2014.