Escribe Camilo Deza de la Vega.

Solo 20,000 entradas salieron a la venta para Peru vs Nueva Zelanda. El estadio «nacional», no lo es más. Solo tiene capacidad para 35,000 personas en tribunas gracias a la remodelación que se realizó durante el segundo gobierno aprista.

¿Las otras 15 mil entradas? Diego Rebagliati, es ex-directivo de Backus / Sporting Cristal, representante de jugadores y conocido comentarista de fútbol. Rebagliati explicó que está bien que las empresas auspiciadoras se lleven las entradas restantes disponibles del estadio. 

A Rebagliati le parece correcto que las entradas se distribuyan entre compañías grandes como Backus (su ex empleador), Coca Cola, Movistar, Hyundai, BBVA, entre otras, pues ellos han estado con la selección siempre, que nunca la han abandonado y que esta práctica ha sido así por mucho tiempo.

Pregunto, ¿las empresas auspiciadoras solamente dan plata y no se les reconoce nada, de tal manera que tienen que recibir entradas en compensación?

¿Las empresas no colocan su publicidad en el estadio, en las transmisiones, en la indumentaria, en las bodegas, en los buses, en los periódicos, la televisión, en las radios, en los medios sociales? ¿No usan las empresas la imagen de la camiseta, de los jugadores, del estadio, del equipo, de la videna, etc. para hacer comerciales y publicidades que les generan cuantiosos ingresos?

Las empresas se hacen auspiciadores porque obtienen derechos de publicidad, hacen uso de la marca de la selección peruana y con ello nos venden sus productos. Esto le trae a las empresas beneficios económicos tremendos que Rebagliati omite mencionar y que además hace quedar a los auspiciadores como los mecenas o buenos samaritanos del fútbol que no obtienen nada a cambio y que por defecto merecen esas entradas.

Y el hincha, ¿qué?

¿El hincha no consume esos productos? ¿No es el hincha el que compra camisetas, cervezas, celulares, autos, gaseosas, comida, periodicos? Son los propios hinchas los que les llenan los bolsillos a las empresas comprando sus productos y no contentos con todo ese ingreso, además de llevarse su dinero, se llevan sus entradas al estadio. Además, algunas entradas serán repartidas entre los clubes, la federación y la asociación, que dicho sea de paso, tuvo un sonado escándalo con la reventa de tickets de cortesía

Y para colmo, justifican la duplicación del precio de las insuficientes 20,000 entradas, debido a los costos que genera el viaje. ¿Y por qué no le piden más plata a los auspiciadores? ¿No tienen plan estratégico y presupuesto? ¿No se supone que son altos gerentes y la federación una entidad privada? ¿Por qué trasladarle el costo al que deja la garganta en el estadio, al que sufre en estas eliminatorias y ha sufrido en las últimas ocho?

Al paso que vamos, ver a Perú en el Estadio «Nacional» va a ser un espectáculo tan caro, exclusivo y discriminatorio que solo los que tengan una tarjeta de crédito platinum (del Banco que ustedes prefieran), van a poder acceder a «dejar la garganta» por nuestra selección.