Por Wilson Chilo, corresponsal en Cusco
Para los y las adolescentes de la provincia de Quispicanchis en Cusco, la pandemia ha significado problemas económicos en su hogar, el quiebre en su vida social y más de seis horas en el celular para asistir a clases virtuales; esto sumado al incremento de casos de violencia contra la mujer, los embarazos adolescentes y la falta de orientación en temas de género.
Ante esa situación, en Quispicanchi, se han agrupado voces de adolescentes del nivel secundario, que han identificado los nuevos retos impuestos por la pandemia y le han hecho frente construyendo un espacio donde poder ser vulnerables y luchar contra la violencia, la desinformación en temas de género y contra los prejuicios. “Adolescentes Defendiendo la Igualdad” es el nombre del espacio.
Mujeres y varones en busca de la igualdad
Para un grupo de adolescentes, de tres centros educativos en Quispicanchi, la falta de educación integral en la escuela y en los centro de salud, fueron las principales razones para crear “Adolescentes Defendiendo la Igualdad” (ADI), un espacio en construcción desde el año 2018. Dicho espacio, tiene el objetivo de reducir el embarazo adolescente y a partir de procesos de fiscalización, mejorar la cobertura en temas de salud sexual y reproductiva en sus comunidades.
Para que los adolescentes puedan defender sus derechos, ellas y ellos fueron capacitados en diferentes talleres y han compartido experiencias con otros espacios a nivel nacional, acompañados por instituciones como el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, los directores, profesores , peresonal de salud, funcionarios y autoridades de la municipalidad provincial de Quispicanchi.
Entre el aislamiento y ambientes de violencia
La promotora del Colegio Nacional Nuestra Señora del Carmen de la provincia de Quispicanchi, Lucrecia Aliaga, es enfática en afirmar que no hay una política acertada para ayudar a nivel psicológico a los niños y adolescentes, “las condiciones de vida de muchas familias -en Quispicanchi- no son las adecuadas, todos los niños y papas durmiendo en un solo cuarto, no es un ambiente saludable”, indica Lucrecia.
Aliaga menciona que en su colegio solo hay una psicóloga para 535 estudiantes, que a pesar de los esfuerzos de acompañamiento de los docentes por whatsapp o llamadas, es insuficiente. “Para los docentes es complicado cubrir las demandas de los estudiantes y sus familias, ellos necesitan un acompañamiento personalizado, más aún en estos tiempos de confinamiento”, es el testimonio de la profesora Vilma Miranda, quien tiene a su cargo entre 150 a 200 estudiantes.
En la provincia de Quispicanchi, durante el año 2020, el Centro de Emergencia Mujer ha recibido 206 denuncias de violencia contra las mujeres, 55 casos tienen como víctimas a menores de 17 años. De enero a junio de este año, ya se han registrado 198 denuncias de violencia, 53 casos, tienen como víctima a menores de 17 años.
Durante el año 2020, se ha registrado un feminicidio en el distrito de Cusipata provincia de Quispicanchis. Este año, ya se ha registrado un feminicidio y una tentativa de feminicidio.
“Conozco mis derechos y cumplo mi rol fiscalizador para que se cumplan”
La psicóloga del colegio Mariano Santos del distrito Urcos, Merla del Rosario Guevara, visibilizó los logros obtenidos gracias a la formación de las ADIs. Indicó que hubo una disminución en el número de casos de embarazos adolescentes desde que se empezó a hablar de equidad de género y educación sexual. Durante el 2017 y 2018, se registraron dos casos de embarazos adolescentes en cada año, mientras que en el 2019, después de un año de la presencia de las ADIs en los colegios, no se registró ningún embarazo adolescente.
Uno de los grandes logros de estos adolescentes y sus aliados fue que en los centros de salud de los distritos de Urcos, Quiquijana y Cusipata, se logró implementar los “Espacios Diferenciados de Atención Integral para los Adolescentes”, donde los jóvenes podían acceder a los servicios de planificación familiar, orientación en salud sexual y reproductiva, distribución de métodos anticonceptivos, y otros; así como información y atención en casos de violencia sexual. En medio de la pandemia estos espacios fueron cerrados y los centros de salud priorizaron la atención a casos Covid-19.
Para los jóvenes de las ADIs, debido a la pandemia, su apuesta cobró más sentido cuando en plena cuarentena su espacio les permitió resistir a esta nueva normalidad. Utilizaron las redes sociales, produjeron podcast educativos, grabaron tiktok y se reunían de forma virtual para acompañar algún caso de violencia o embarazo adolescente en sus colegios.
Estefany Dávila, coordinadora en Cusco del Centro de la MUjer Peruana Flora Tristán, nos contó que en plena pandemia, junto a los estudiantes realizaron un proceso de vigilancia a los centros de salud para asegurar que se continúe informando sobre temas de salud sexual y reprodcutiva.
A través de una encuesta aplicada a 74 adolescentes de la provincia de Quispicanchi, con un rango de edad de 14 a 17 años, se conoció que un 23% del total de estudiantes, acudieron a los “espacios diferenciados”, de ese grupo, el 76% manifiesta haber ido por iniciativa propia.
Su rol fiscalizador también se dio en sus centros educativos, para conocer si se estaba enseñando sobre Educación Sexual Integral. A través de llamadas telefónicas a sus compañeros, pudieron conocer que el 66% de adolescentes sí recibieron información sobre salud sexual en el programa virtual “Aprendo en Casa”.
“Descubrí la mujer que soy, cuánto valgo y cuan fuerte soy”
Yuberly es del distrito de Cusipata y es estudiante de quinto de secundaria del Colegio Tupac Amaru II, es fundadora de los “Adolescentes Defendiendo la Igualdad”, a partir de este espacio y los talleres que ha recibido, identificó que las jóvenes estudiantes sufren violencia en tres ámbitos: su hogar, las calles y en sus centros educativos.
“Siempre vi casos de violencia a mis amigas, en sus hogares, yo quería ayudarles y guiarles, cuando veo un caso de violencia lo comunico a una institución, la red ADI es un espacio para conversar sobre el empoderamiento de las mujeres, antes nos sentíamos un poco inferiores, ahora es diferente, yo descubrí la mujer que soy, cuánto valgo y cuan fuerte soy”, indica Yuberly.
Menciona que en su distrito no se garantiza la entrega de los métodos anticonceptivos porque todavía hay muchos prejuicios en los centros de salud, “te miran y te hacen avergonzar, no nos dan confianza, si iniciamos nuestra vida sexual, debemos conocer sobre los métodos anticonceptivos, que nos entreguen sin miedo”, enfatiza Yuberly.
Contra el machismo y los estereotipos
Luis Javier, joven activista, indica que muchos de sus compañeros y padres de familia piensan que las mujeres son inferiores a los varones, debido a la enseñanza que han recibido, “un ejemplo es mi abuelita, cuando yo iba a lavar un plato, me decía que no lo haga, que eso era de mujeres, eso me sorprendió mucho”, explica.
En la experiencia de Luis Javier, cuando se toca el tema de sexualidad, dice que los jóvenes tienen miedo de consultar con sus padres o profesores, “ sobre estos temas le preguntas a tus amigos, como no están bien informados transmiten los prejuicios”.
Defendiendo el futuro de los adolescentes
A partir de sus experiencias, los y las activistas de esta organización tienen propuestas para sus autoridades. Para Luis Javier se debe trabajar en acortar las desigualdades socioeconómicas que existen entre los estudiantes de la ciudad y de las comunidades campesinas, ya que, debido a estas, no se tiene el mismo acceso a información que permitiría tomar mejores decisiones.
La joven activista Yuberly, propone que debería haber becas para las madres adolescentes, “mi compañera tuvo un bebé, pero ella siempre sacó buenas notas y ahora no puede acceder a la beca 18 por ser madre, ella tiene ganas de seguir estudiando”, el gobierno debe garantizar sus estudios, enfatiza Yuberly.