Redacción Wayka
La noche del pasado miércoles 14 de octubre, el cuerpo de la adolescente E.C.C. (17) fue encontrado atado en una piedra del río Achasiri del distrito de Coasa, ubicado en la provincia de Carabaya (Puno). Su caso se ha sumado a las cifras de desapariciones que encubren feminicidios.
Su familia la buscaba desde el 7 de octubre, fecha en que fue reportada como desaparecida. En conjunto con las rondas campesinas iniciaron una búsqueda exhaustiva en todo el distrito, hasta que la hallaron sin vida a 800 metros del pueblo.
Las rondas campesinas lograron capturar a uno de los sospechosos, un adolescente de 17 años identificado con las iniciales R.H.G., quien confesó haberla golpeado en la cabeza con una piedra. Según sus propias declaraciones, habría actuado en complicidad con otras nueve personas.
El menor entregó los nombres de algunos de presuntos implicados a la Policía. Las rondas campesinas capturaron a siete sospechosos y ya están bajo custodia policial. Según informó Radio Pachamama de Puno, otros dos cómplices de la desaparición y muerte de la adolescente aún continúan prófugos.
Cabe resaltar que en el distrito de Coasa no existe ninguna dependencia policial, por lo que las rondas campesinas son los principales agentes para velar por la seguridad del pueblo. Las autoridades mantienen en reserva mayores detalles del caso mientras se realizan las investigaciones.
Mujeres desaparecidas y violencia
Un día después de que se encontrara el cuerpo de E.C.C., el Estado presentó el Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, cuyo registro oficial, revela que, desde 2018, más 35 mil mujeres fueron desaparecidas.
Solo entre setiembre y la primera semana de octubre, se encontraron muertas a tres mujeres adultas y dos adolescentes. Las cinco habían sido reportadas previamente como desaparecidas. No es la primera vez que la desaparición de mujeres está vinculada a otras formas de violencia de género.
La Defensoría del Pueblo reveló que de las 166 mujeres víctimas de feminicidio en 2019, 16 habían sido reportadas como desaparecidas. Es decir, 1 de cada 10 mujeres desaparecidas es encontrada muerta. El caso de E.C.C. forma ahora parte de esta estadística.
Son miles de familias que por años han buscado a sus desaparecidas con sus propios recursos, mientras batallaban con la indiferencia de las autoridades. Se espera que el Sistema de Búsqueda y el Registro de Desapariciones, permita que los casos sean atendidos con urgencia y celeridad para que así las mujeres y niñas sean encontradas con vida.