Por Andrea Morales.
Rosa María Palacios ha sido punto de críticas desde el miércoles 19 de enero por un comentario en sus redes sociales donde minimiza el derrame de petróleo crudo de la refinería La Pampilla de Repsol ocurrido el pasado 15 de enero. Así como cientos de usuarios le respondieron directamente en Twitter, artistas diseñadores lo hicieron con ilustraciones para graficar la indignación e impotencia.
Han pasado cinco días desde que la Refinería La Pampilla de la multinacional Repsol derramara cerca de 6 mil barriles de petróleo crudo al mar de Ventanilla, lo que ha ocasionado la contaminación de 1 739 000 m2 hasta el momento, según la OEFA. No obstante, hasta ahora la empresa Repsol no ha asumido su responsabilidad ni ha aplicado un plan de contingencia acorde a la magnitud del problema. Sin embargo, no solo la negligencia, información inexacta y poco clara por parte de la petrolera ha generado indignación, sino también la actitud y justificación de algunas empresas periodísticas y personas influyentes como Rosa María Palacios.
«Se ve horrible pero se puede limpiar”, fue la frase del tuit de Rosa María Palacios más rechazado por las y los usuarios durante miércoles 19 de enero. Esto generó la indignación de cientos de usuarios de esta red social, quienes consideraron que Palacios estaría ejerciendo una defensa a la empresa por la ligereza de su discurso. Las y los usuarios contrastaban las palabras de RMP con la magnitud e irreversibilidad del daño no solo al medioambiente, sino también a los animales y las personas que económicamente se sustentan del mar de Ventanilla.
Ante este comentario, cientos de usuarios de Twitter respondieron indignados mediante mensajes, pero otros optaron por ilustrar la situación. «La indignación que se desató a partir del comentario de RMP se ha dado por la enorme cantidad de evidencia de la magnitud del daño ecológico, para muchas personas ya es insostenible tratar de minimizar este crimen ecológico. Hay demasiada evidencia, por lo que muchas personas se han dado cuenta que RMP tiene una opinión muy sesgada», explicó Álvaro Portales, uno de los ilustradores que graficó la situación.
Sin embargo, el ilustrador señala que el comentario que realizó Palacios el martes no fue «ninguna sorpresa para mí, porque para personas como la señora Palacios, hay cosas que le resultan muy insignificantes. Yo no creo que ella hubiera tenido la misma reacción si este crimen ecológico hubiera ocurrido en las playas en las que ella veranea. Como se trata de una playa de los ‘otros’, de la realidad de los ‘otros’, brota este tipo de manifestaciones que las percibo como muy honestas, pero al mismo tiempo muy cargada de intereses propias de su trabajo como abogada y comunicadora de ciertos clientes… ya lo ha hecho antes con mineras, por ejemplo», asevera.
No obstante, Álvaro Portales considera que «Este tipo de situaciones funcionan también como una oportunidad para zanjar problemas que ya tienen mucho tiempo esperando. Por ejemplo, generar memoria sobre los derrames de petróleo en la Amazonía. Finalmente, esta es una oportunidad para generar conciencia de que debemos cuidar el medioambiente, y que las consecuencias de contaminarlo son muy complejas: no se solucionan con una escoba o un trapo, sino de que se requiere una acción y coordinación política estructural que genere soluciones sostenibles, porque este y otros daños son irreparables».

Otra ilustradora, Clau Hildalgo apunta a que la indignación se incrementó porque Rosa María Palacios es comunicadora y, pese a ello, no es la primera vez que realiza comentarios u opiniones que hasta pueden ser desinformativas. «Considero que como periodista y con tanto alcance, debería ser mucho más cuidadosa a la hora de decir las cosas, por que no es la primera vez que pasa. Recordemos sus comentarios desafortunados con el incidente de los niños intoxicados de plomo en Pasco, por ejemplo. Es como si su privilegio la cegara a mirar un poco más allá».
Hidalgo considera que debemos enfocarnos en comunicar y difundir información verificada. «La motivación que tuve para ilustrar fue comunicar mediante el arte el desastre que estamos viviendo. Además, con la imagen buscaba difundir las cuentas de organizaciones ambientales y de voluntariados para que las personas que me siguen puedan también apoyar, informarse y así contribuir. Así tengamos el alcance de dos o tres personas, eso ya es importante», afirma.

Para Diego Avendaño, la indignación también se dio porque la frase ‘Se ve horrible, pero se puede limpiar’ minimiza la complejidad del crimen ecológico. «No es que se limpia y ya. Me parece insensible, pues hay vida marina que ya no se puede recuperar. No es que quitas algunos animales muertos, algunas aves muertas y ya. No es tan sencillo. Hay un daño ocasionado que ya no se va a reparar o recuperar del todo», asevera.
El crimen ecológico es tan irreversible como las vida marina perdida. Por ello, Avendaño busca ilustrar esas vidas perdidas mediante caricaturas conocida como Bob Esponja, dibujo animado que se caracteriza por narrar de manera cómica la vida imaginaria de animales que viven en el fondo del mar.
Sin embargo, Diego considera que actualmente las redes sociales están muy polarizadas y los usuarios no están dispuestos a dialogar o a reconocer errores, como Rosa María Palacios, quien suele bloquear a quienes la critican. «Yo suelo apelar mas bien al lado reflexivo y eso trato de hacer con mis ilustraciones: mostrar un ángulo diferente y así entender otro punto de vista», señala.