Según la denuncia, aproximadamente 10 miembros de la Policía Nacional del Perú ingresaron a la habitación que compartían con uno de sus colegas, lo golpearon y abusaron de él durante un supuesto “ritual de iniciación”. Todo esto se dio en la propia dependencia de La Victoria, a vista y conocimiento de los superiores. Estos últimos minimizaron los hechos y los calificaron como un “juego” o “broma” por el que todos han pasado. Incluso, ofrecieron pagarle 4 mil soles a la víctima para que no denuncie lo ocurrido. “Un problema psicológico no se va a arreglar con una denuncia contra nosotros”, afirmaron. 

Indignante. Este fin de semana se conoció el caso de un suboficial del Departamento de Rescate de la Policía Nacional del Perú que denunció haber sido violentado sexualmente por sus colegas dentro de la dependencia de La Victoria. El hecho ocurrió el 9 de enero de 2023, día en el que, de acuerdo al denunciante, uno de sus compañeros de promoción lo llevó con engaños al dormitorio que compartían. Allí lo retuvo para que otros miembros de la Policía ingresen, lo golpeen y abusen de él. El suboficial ha preferido resguardar su nombre públicamente.

“Vi que ingresaron unos 10 efectivos, 9 u 8, con toallas, con frazadas, gritando. Como era más alto (su compañero de promoción), me tapó con la frazada y yo ya no vi nada. Me pusieron más frazadas, me pusieron una toalla, me pusieron de todo de pies a cabeza. Ahí yo estaba peleando porque me estaban metiendo golpes también, no tengo idea por qué. Me agarraron con sus dos brazos, me cogieron las dos piernas, me agarraron y yo caí al suelo. Yo caí de espaldas y en el suelo me comenzaron a puñetear, me empezaron a golpear y posteriormente me bajaron la trusa. Yo trataba de poner fuerza, yo gritaba, golpeé, tiré patada, intenté morder… de todo hice”, narra la víctima para el dominical de noticias Cuarto Poder. 

Los gritos y esfuerzos que hizo para librarse de sus agresores no bastaron. El suboficial víctima no podía ver con exactitud lo que ocurría a su alrededor, pero sentía los golpes y arañazos que sus colegas le propinaban. Cuando por fin le quitaron las frazadas y toallas que llevaba encima,  observó que uno de ellos tenía un celular en la mano: había filmado la agresión y humillación que había sufrido. 

“No sé de dónde trajeron una tabla y con la tabla me tiraron en las nalgas. Me tiraron puñetes, me estaban arañando, me golpearon. Yo ya no sabía qué hacer. Yo me sentía paralizado, me sentía sometido. (…) Me sacaron las frazadas y me estaban filmando con un teléfono celular”, manifiesta el suboficial.

Ante ello, acudió a sus superiores: brigadier, mayor y comandante para contarles lo que le había ocurrido. La respuesta del oficial a cargo no fue la que esperaba.

“Esta vaina no ha sido algo doloso, con intención. Solamente ha sido por chongo. (…) Tienen esa manera de jugarse en la unidad”, le dijeron. 

No solo ello, sino que trataron de disuadirlo para que no denunciara porque debían  “evitar el escándalo”. Además, instaron a que piense en que los policías que lo agredieron, física y sexualmente, también tenían familia y que no debían ser perjudicados por una “broma”.

La “solución” que le dieron fue que, a manera de “escarmiento”, harían que los implicados junten entre 3 mil y 4 mil soles (aproximadamente 400 soles cada uno) para . Ese dárselos a la víctima, a cambio de no proceder con una denuncia. Para estos mandos de la Policía, bastaban 400 soles para borrar una agresión sexual, además de no sentirse en absoluto preocupados porque estas prácticas fueran recurrentes en la institución.

Sin escuchar a sus superiores, el suboficial realizó la denuncia en la comisaría de La Victoria, ubicada en el mismo establecimiento policial en el que abusaron de él. Allí, el médico legista lo revisó y constató las lesiones producto del ultraje sexual. 

Hasta el momento, solo dos de los implicados se encuentran en un penal con prisión preventiva: los suboficiales Irwin Guerra Herbozo y Gilberto Aaron Riofrio Ramírez. Pese a que la Fiscalía ha identificado a más agresores, estos se han excusado diciendo que solo golpearon a la víctima, mas no abusaron de él. Los nombres de los demás agresores no se han hecho públicos.

El abogado de la víctima, Gino Zamora, manifestó al diario La República que la prisión preventiva de los acusados termina este jueves 4 de julio, por lo que solicitará una ampliación de por lo menos 4 meses, a la espera de que se emita una sentencia para todos los implicados y el caso no quede impune.

Tras la emisión del reportaje de Cuarto Poder, la Policía Nacional del Perú emitió un comunicado en el que señala que Guerra Herbozo y Riofrio Ramírez fueron cesados temporalmente. Agregaron que se trata de un “hecho aislado”, lo que se contradice con el audio del oficial al que la víctima acudió para informarle sobre el abuso cometido en su contra. 

“Yo lo he pasado. Todos lo hemos pasado. Pero yo no reacciono igual que tú”, fue lo que le dijeron al suboficial agredido.

Por su parte, el Ministerio del Interior publicó un comunicado en el que señala que ha ordenado a la Inspectoría General de la PNP que realice una “revisión exhaustiva y contundente”. Esto luego de un año y medio de que ocurrieran los hechos.

Ninguna de las dos instituciones ha mencionado a los superiores que, de acuerdo al suboficial denunciante, tenían conocimiento de la agresión y trataron de habilitar la compra de su silencio. 

De comprobarse que este tipo de abusos se dan como una supuesta  “tradición” policial, se evidenciaría la normalización de una cultura de violencia y agresión sexual dentro de la Policía Nacional del Perú y dejaría abierta la posibilidad de que existan más víctimas.