Tejiendo resistencias: nace la Red de Defensores de los ríos y cuencas del Perú

“Defender los ríos es defender la vida”. Con esa convicción, decenas de defensoras y defensores del agua se reunieron en Lima para conformar una red nacional que articule las luchas locales frente a la creciente contaminación y saqueo de las fuentes hídricas por parte de industrias extractivas y actividades ilegales.

Durante tres días, representantes de comunidades amazónicas, andinas y costeras compartieron sus experiencias de resistencia en el Encuentro Nacional: Tejiendo defensas por los ríos, agua y naturaleza, celebrado del 12 al 14 de septiembre. El espacio permitió diagnosticar los impactos de la minería ilegal, la expansión de proyectos extractivos y la falta de garantías estatales para proteger los derechos de la naturaleza y de quienes la defienden.

Uno de los aportes más significativos del encuentro fue la voz de las mujeres defensoras, quienes recordaron que los ríos no son solo un recurso hídrico, sino la base de la seguridad alimentaria, la cultura y el sustento espiritual de los pueblos. Desde la Federación de Mujeres Kukama Huaynakana Kamatahuara Kana, se denunció que la contaminación de los afluentes amazónicos no solo envenena el agua, sino también los cuerpos de las mujeres, al estar ellas en primera línea del cuidado, la pesca, la cocina y la salud de las familias.

“Cuando contaminan el río, nos contaminan a nosotras. Y cuando matan un río, también matan nuestra historia”, expresó una de las lideresas Kukama.

Declaración de Lima: compromiso por el agua

Como resultado del encuentro, los defensores redactaron la Declaración de Lima, un documento que reafirma el compromiso colectivo de cuidar la vida de los ríos y cuencas del Perú, al tiempo que exige al Estado el reconocimiento y la protección efectiva de estos ecosistemas como bienes comunes y como sujetos de derechos. El pronunciamiento llama a las autoridades, organizaciones sociales y ciudadanía a sumarse a la defensa integral del agua, en un contexto donde las políticas públicas priorizan los intereses de empresas extractivas sobre el derecho humano al agua.

Voces desde los territorios

Nuestro lago Titicaca está muy contaminado”, denunció Soraya Poma Cotrado, de la provincia y distrito de Chucuito -Juli (Puno), e integrante de la Red de Mujeres Lideresas Unidas en Defensa del Agua y del Lago Titicaca. La lideresa explicó que la contaminación llega por varias vías: desde la actividad minera en las cuencas, la quema de totora, los residuos sólidos y los desagües que desembocan directamente en el lago, tanto en Perú como en Bolivia. “Nosotras también decimos: las hermanas bolivianas nos contaminan con su desagüe, y ellas nos dicen que el Perú las contamina. Es un problema compartido”, relató.

La red que integra Soraya agrupa a más de 60 lideresas, entre regidoras, presidentas comunales y alcaldesas de centros poblados en las 13 provincias de Puno. Desde allí han impulsado un proceso histórico: la ordenanza regional que reconoce al Lago Titicaca como sujeto de derechos, aprobada por unanimidad en abril de 2024. “Algunos nos decían: ¿para qué van a declarar sujeto de derecho, acaso el lago habla? Pero nosotras nos preparamos con la ley en mano y seguimos adelante. Hoy esa ordenanza ya está promulgada, solo falta su publicación oficial”, señaló con orgullo. Para ella, el Titicaca es mucho más que agua: “Es identidad cultural, nos conecta espiritualmente. Cariñosamente le decimos la doncellita, jota mama en aymara”.

Desde Cusco, Rolando Salas, presidente de la FARTAC – Cusco, advirtió sobre el avance de las mineras en cabeceras de cuenca. “Se instalan de manera maquiavélica, astuta y estratégica para extraer recursos, pero sin importar la vida de los campesinos que allí habitamos”, denunció. Recordó que más abajo de los ríos dependen miles de familias que desarrollan actividades agropecuarias y ganaderas, fundamentales para la soberanía alimentaria de la región. “La contaminación ambiental está matando a nuestros hijos”, dijo con firmeza.

Por su parte, Sonia Pastor, del Vicariato San Francisco Javier, que abarca zonas de Cajamarca y Amazonas, subrayó que la minería ilegal es hoy la mayor amenaza para las fuentes de agua de su territorio. “El agua es vida. Y la minería ilegal está presente en todos nuestros ríos”, afirmó. En un mensaje dirigido directamente a las autoridades, Pastor reclamó que recuerden su responsabilidad frente al pueblo: “No están en ese puesto para servir intereses particulares. Están porque el pueblo creyó en ellos, y tienen que pensar en el bien de todos y todas, no solo de unos cuantos”.

Estas voces dan cuenta de que la defensa de los ríos en el Perú es también la defensa de la vida, de los cuerpos y de las culturas. Cada testimonio coincide en que el Estado ha abandonado su obligación de proteger los bienes comunes, y que son las comunidades, en especial las mujeres, quienes han asumido la primera línea en esta lucha.

La deuda del Estado

En el Perú, las defensoras y defensores ambientales enfrentan un panorama crítico: criminalización, amenazas y ausencia de protección institucional. Según datos de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, más de 40 defensores han sido asesinados en la última década en conflictos socioambientales, mientras que decenas más enfrentan procesos judiciales por defender el agua y sus territorios.

El encuentro en Lima denunció que la situación se agrava por la falta de voluntad política del Estado para regular actividades extractivas que vulneran derechos fundamentales. “No se trata solo de contaminación, sino de la negación sistemática del derecho de los pueblos a decidir sobre sus territorios”, alertaron las y los participantes.

Agua, vida y futuro

Desde una mirada ecofeminista, la conformación de esta red marca un hito: reconoce que la defensa del agua es también una defensa de los cuerpos, de las mujeres, de las culturas y de los pueblos históricamente marginados. Las voces en el encuentro coincidieron en que el agua no es mercancía, sino vida, y que su defensa es inseparable de la lucha por la justicia social y ambiental.

La nueva red estará integrado por la Coordinadora Nacional de Defensores y Defensoras de Agua, Ríos y Territorios, la Federación de Mujeres Kukama Huaynakana Kamatahuara Kana, la Asociación de Defensores de Ríos Andino Amazónicos de Cajamarca, la Organización de Desarrollo de Comunidades Fronterizas del Cenepa y los Gobiernos Territoriales Autónomos Awajún y Wampis.

Al encuentro de los defensores se sumaron organizaciones aliadas como Forum Solidaridad Perú, Instituto de Defensa Legal (IDL), CEAS, CooperAcción, Fovida, Earth Law Center y Red Muqui, que desde la sociedad civil han acompañado procesos de defensa ambiental y de incidencia.

Por: Silvia Bardales

Actualidad