Durante el primer trimestre de 2018, el número de intentos de feminicidios se incrementó en 55%, mientras que los asesinatos de mujeres aumentaron en 10%, con respecto al mismo periodo del año anterior, según informó la Adjuntía de la Mujer de la Defensoría del Pueblo.
Hasta marzo de este año 32 mujeres murieron por razones relacionadas a su género y se perpetraron 82 tentativas de feminicidio, cifras superiores a las del año 2017 en el mismo periodo, que arrojaban 29 y 53 casos, respectivamente.
“El nivel de recurrencia de los casos de feminicidio en grado de tentativa se incrementa peligrosamente en nuestra sociedad. El agresor actúa con gran crueldad ejerciendo violencia en zonas vitales del cuerpo de la víctima, con la finalidad de dejarle marcas imborrables. La cifra de casos debe ser mayor, debido a que la institución ha advertido que en los informes policiales la tentativa es considerada como lesiones por violencia familiar, un delito con una pena mucho menor”, explicó Eliana Revollar de la Defensoría del Pueblo.
Según cifras oficiales del Ministerio de la Mujer, solo en 2017 se registraron 121 feminicidios y 247 tentativas, siendo las mujeres entre 18 y 35 años las más afectadas.
La violencia no es una enfermedad
El incremento de la visibilidad de casos de violencia contra las mujeres, ha puesto en debate el tema de la salud mental en el país. Diversos medios de comunicación y la opinión pública califican a los agresores como monstruos o enfermos, patologizando sus acciones al tratar de encontrar una explicación que justifique sus violentos actos.
Hace dos días, la tentativa de feminicidio perpetrada contra la joven Eyvi de 22 años, ha reavivado la discusión sobre este tema. El representante del Ministerio de Salud, Yuri Cutipé, aclaró que la mayor parte de los victimarios no tienen ninguna enfermedad o problema mental y precisó que sus acciones podría responder a que “tiene dificultades para controlar sus actitudes que responden a factores como el machismo”.
Al respecto, la Asociación Psiquiátrica Peruana ha expresado en un comunicado que rechaza tajantemente “relacionar los trastornos mentales con la violencia y la criminalidad en el país”.
De la misma forma la representante del Colegio de Psicólogos del Perú, Cristina Peralta, desmintió los argumentos que relacionan los ataques de los feminicidas con trastornos mentales. Sobre el caso de Eyvi, evidenció que el presunto agresor planificó su acción, que incluso sabía la hora y la línea de bus que la joven tomaría.
La psicóloga indicó que estos individuos no padecen un trastorno mental. Enfatizó que son conscientes de sus actos y saben de las consecuencias, la diferencia es que a ellos no les importa, ni tampoco sienten malestar o culpa por causar daño.