Redacción Wayka
Latinoamérica es la única región del mundo donde los embarazos en niñas menores de 15 años siguen en aumento. En el actual contexto de pandemia, esta problemática se ha agudizado por la reducción de los servicios de salud sexual y reproductiva debido a la priorización en la atención del COVID-19 en los centros de salud.
Así lo advirtió Pio Gómez Sánchez, asesor del Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (FLASOG), durante una conferencia de prensa convocada por el Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro – CLACAI, realizada el pasado 4 de noviembre.
En el evento se presentaron los ‘Lineamientos para diseño de protocolo de atención de niñas y adolescentes menores de 15 años con embarazo no intencional’, documento guía elaborado por CLACAI y FLASOG dirigido a los gobiernos y especialistas en salud, educación y justicia para que atiendan adecuadamente la problemática del embarazo infantil forzado.
“El documento habla sobre la necesidad de erradicar las desigualdades que afectan a las niñas, la atención integral que necesitan: educación, escuela; detección temprana del embarazo, aborto seguro, atención oportuna y de calidad en emergencia, y el seguimiento y reparación del daño, que no se realiza en nuestros países”, detalla Susana Chávez, secretaria ejecutiva de CLACAI.
Esta guía es difundida en el marco de la campaña regional #ProtegerlasYa que busca incidir en los Estados para que generen políticas públicas específicas a favor de la atención de las niñas. Según el mapeo realizado por CLACAI, solo Argentina, Colombia y Uruguay poseen normativas nacionales para la atención del embarazo en niñas menores de 15 años.
Niñas, No Madres
En Perú, 8 mil 793 niñas menores de 15 años han tenido partos desde el 2012 hasta lo que va del 2020, según los registros del Ministerio de Salud. Solo este año, 21 niñas menores de diez quedaron embarazadas por violación. Si bien sobrevivieron al parto, la maternidad que ahora asumen les hace mucho más difícil continuar con sus proyectos de vida.
El embarazo en niñas representa un grave riesgo para su salud física. Tienen mayor probabilidad de hemorragia posparto, infecciones uterinas, parto prematuro, mayor riesgo de desarrollar anemia y 4 veces más probabilidades de morir. Además, su salud mental también se ve afectada pues sufren de angustia, miedo, incertidumbre y depresión.
Las niñas que logran sobrevivir al parto, deben enfrentarse a una sociedad que las estigmatiza, juzga y les limita el desarrollo de oportunidades. Las niñas forzadas a ser madres ven interrumpido su desarrollo escolar, pierden oportunidades laborales al crecer y con ello se genera un impacto negativo en su progreso económico. Toda su vida es afectada.
Víctimas del Estado
Nuestro país no es ajeno a esta problemática. Son miles las niñas como ‘N’, ‘Camila, ‘Rosa’ y ‘Clara‘ que no solo fueron violentadas por sus agresores, sino también por los servidores de salud que les negaron atención integral y las autoridades que han dejado en la impunidad a sus violadores.
Con el objetivo de cambiar esta realidad que vulnera la vida digna de miles de niñas, CLACAI y FLASOG esperan que la guía elaborada sirva como un documento clave para generar una mejora en la prestación de servicios del Estado para las niñas.
“Esperamos que este documento sirva para orientar a quienes tienen un compromiso para aliviar y resolver este gravísimo problema que afecta muy gravemente la vida de las niñas y que contribuya a sensibilizar a quienes todavía no se acercaron al problema para que se sumen a los esfuerzos que deben encararse con urgencia”, enfatiza Susana Chávez.