Pese a que su labor solo consiste en patrullar, municipalidad busca que serenos usen balas de goma y gas pimienta, lo que puede causar abuso de autoridad si no aplican capacitación adecuada, advierte Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.

Nicol León

Luego de que Aníbal Torres, presidente del Consejo de Ministros, sugiriera que los serenos usen armas en su labor, la Municipalidad de Comas presentó ante el Parlamento el proyecto de ley 1337/2021-GL para incorporar cuatro artículos en la Ley del servicio de Serenazgo Municipal.

Mediante un acuerdo de consejo distrital, firmado por el alcalde de Comas, Raúl Díaz Pérez (Unión por el Perú), el municipio elaboró en tiempo récord una iniciativa legislativa que recoge esta iniciativa para que los serenos usen armas no letales durante el ejercicio de sus funciones.

También pretenden que se creen los Centros de Capacitación de los serenos municipales para que los entrenen sobre el uso de armas no letales. Esto a pesar de que, de acuerdo con la normativa vigente, los serenos solo deben vigilar y apoyar en la atención de emergencias.

En la exposición de motivos se lee que proponen dotarlos de armas no letales como «pistolas de aire comprimido que disparan balas de goma, gas pimienta, entre otros que sirvan como mecanismo de defensa en la lucha contra la criminalidad común urbana».

Los estándares internacionales indican que solo puede autorizarse el uso de la fuerza a los funcionarios que se encuentran adecuadamente capacitados, pero esto no ocurre en el Perú.

Pérez detalló que el Ministerio del Interior tiene pendiente la creación de los lineamientos y estándares para la capacitación de los serenos. «Estas políticas hasta la fecha no se han desarrollado y se encuentran en una etapa muy preliminar», mencionó.

Ante esta iniciativa, Mar Pérez, abogada de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, señaló que actualmente no hay garantía de que los serenos conozcan cómo utilizar armas no letales, lo que podría incrementar la inseguridad.

En el caso de los serenos, alertó que ya se han registrado hechos donde han protagonizado actos de abusos de autoridad, discriminación y violencia. «Esto es en parte porque no cuentan con las capacidades adecuadas ni suficiente supervisión. La situación sería aún más peligrosa si portaran armas», agregó.

Los serenos dependen de los gobiernos locales, por lo que podrían laborar para alcaldes corruptos y, al dotarlos de armas no letales, la violencia contra defensores de derechos humanos podría incrementar.

«Puede ser un coctel explosivo que acreciente los niveles de violencia que ya vienen sufriendo periodistas de investigación, operadores de justicia y personas que defienden los derechos humanos en el país», opinó.

En tanto, para disminuir los niveles de inseguridad ciudadana, propuso que se termine con la corrupción enquistada en la Policía Nacional y se fortalezcan unidades como la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac).

«En lugar de continuar dictando medidas populistas que solo empeoran el problema de inseguridad ciudadana, el Estado debería apostar por un fortalecimiento en serio de la Policía», añadió.